El nanosatélite “Tita”, desarrollado por la empresa argentina Satellogic, fue lanzado ayer al espacio desde la ciudad rusa de Yasny y poco después alcanzó su posición orbital final, desde donde tomará imágenes durante tres años para censar la Tierra.
“Se lanzó a las cuatro y diez desde Yasny, un lanzamiento sin problemas. Ya lo escuchamos por primera vez, sobre Alemania”, informó el CEO de Satellogic, Emiliano Kargieman, y explicó que “Tita” fue lanzado en un cohete ruso en el que iban otros 30 satélites de distintos países.
“El satélite desplegó correctamente las antenas, se estabilizó y está funcionando perfectamente, ya bajando telemetría”, agregó Kargieman en diálogo con Télam.
El BugSat-1, más conocido como “Tita” -en honor a la actriz Tita Merello-, está diseñado para funcionar durante tres años y luego, por la órbita en la que está, “va a tardar unos años más en caer hasta alcanzar la atmósfera, donde se desintegrará”, según el especialista.
“Tita”, que pesa unos 25 kilos, está equipado con tres antenas y lleva una cámara para tomar fotos y videos en alta definición.
Su objetivo es censar la Tierra a través de imágenes, como parte de una constelación de nanosatélites que incluye a “Manolito” y “Capitán Beto”, lanzados en 2013, y a otros 15 que Satellogic planea lanzar durante el próximo año.
A diferencia de los anteriores, cuya construcción fue el fruto de una colaboración entre Satellogic y el Ministerio de Ciencia y Técnica de la Nación, “Tita” es “un desarrollo de la empresa de manera completamente privada”, señaló Kargieman.
“Seguimos manteniendo una excelente relación con el Ministerio, que nos da apoyo en un montón de cosas, pero en este caso no tuvimos el apoyo económico que sí tuvimos para los dos del año pasado”, sostuvo.
De todas formas, Kargieman destacó que la empresa trabaja “de cerca” con el Sistema Científico Tecnológico Nacional.
“En este satélite hay trabajo hecho por la Comisión Nacional de Energía Atómica, por ejemplo, como los paneles solares. Y hay cargas sutiles desarrolladas por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial”, explicó.
Satellogic es una empresa en la que trabajan unas 25 personas de forma directa, creada en Bariloche, aunque en este momento la mayor parte de su equipo está en Buenos Aires.
El proyecto nació en Bariloche “porque al principio empezamos incubándonos en una relación muy estrecha con Invap (la firma rionegrina de innovación tecnológica), durante nuestros primeros dos años. Ya desde mediados del año pasado, cuando terminamos el desarrollo del satélite que lanzamos en noviembre, mudamos la operación a Buenos Aires”, explicó el CEO.
En efecto, el 21 de noviembre pasado Satellogic puso en órbita a “Manolito”, un pequeño satélite de unos 2 kilos que implicó una inversión de cerca de 70 mil dólares en componentes y otros 130 mil en el lanzamiento (además del presupuesto dedicado al desarrollo de ingeniería).
Unos meses antes, en abril de 2013, “Capitán Beto” había sido el primer nanosatélite construido en Argentina en llegar a espacio.
Con sólo 20 centímetros de alto por 10 de lado, este satélite cuyo nombre homenajea a una canción de Luis Alberto Spinetta orbita la Tierra con tres equipos de estudio: una rueda de inercia (para controlar su actuación en el espacio), un startracker (saca fotos para establecer su posición) y una computadora para vigilar su navegación.
Estos pequeños satélites no están construidos con los clásicos métodos de la industria espacial sino que usan componentes de electrónica de consumo y se desarrollaron con técnicas de manufactura rápida.
Así, según Kargieman, es posible avanzar en la “democratización del acceso al espacio» ya que los costos permiten que se le abra la puerta a «más personas, aficionados, empresas, organismos, o laboratorios de investigación para que empiecen a construir tecnología espacial».