Desde el lunes, cuando la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos volteó la apelación argentina sobre el fallo que beneficia a los holdouts, el gobierno de la provincia de Buenos Aires está en una suerte de precavida alerta económico-financiera.
La consecuencia objetiva de esa decisión es que al gobernador Daniel Scioli se le ha complicado notablemente la posibilidad de salir a los mercados internacionales a tomar deuda en dólares para financiar parte de sus gastos internos del segundo semestre.
La versión más apocalíptica que se escuchaba esta semana en el mundillo político y entre economistas que suelen analizar la cuestión provincial, es que al no contar con esos recursos de afuera el gobierno bonaerense tendrá dificultades para cumplir con compromisos esenciales, como el pago de salarios en el último bimestre o el medio aguinaldo de fin de año.
Oficialmente, la administración provincial no se refirió todavía a esta cuestión y a la eventual complicación que significaría para las arcas provinciales.
Consultados, los voceros oficiales del ministerio de Economía prefirieron no hacer comentarios.
Por sorpresa
Scioli estaba en su querida Mar del Plata cuando se enteró del asunto. Se reunió allí con embajadores de la Unión Europea con la idea de transmitir certezas sobre su gestión para atraer inversiones. Como a toda la dirigencia del oficialismo, la decisión de la Corte norteamericana lo tomó por sorpresa: un eventual default técnico del país arrastraría a la Provincia -a todas en realidad- a una sequía internacional mayor de la actual.
Sus declaraciones oficiales, antes de que la presidenta Cristina Kirchner hablara en cadena nacional denunciando una “extorsión” de los fondos buitres, fueron en total respaldo de la administración nacional.
El Gobernador habló de “patriotismo”. Dijo textualmente: “Este momento muy sensible exige un gran patriotismo y un gran encolumnamiento de todos los sectores de la producción, del trabajo y de la política, detrás de la estrategia argentina para resolver definitivamente esta situación”.
Sin buenas noticias
Más tarde, Scioli hablaría sobre el tema con su ministra de Economía, Silvina Batakis, con quien analizó las implicancias de la cuestión para la Provincia. El mandatario, comentan fuentes de su entorno, no recibió buenas noticias.
Batakis y el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, vienen de protagonizar una suerte de gira internacional en busca de mercados y acreedores para conseguir nuevo endeudamiento.
En mayo pasado, en efecto, la Provincia había intentado colocar deuda en el exterior por más de 500 millones de dólares. Se contrató, incluso, a dos grandes bancos de inversión para pilotear la operación. Según trascendió extraoficialmente en ese momento, la toma de deuda estuvo a punto de cerrarse pero se cayó porque la tasa de interés que pretendían cobrar los eventuales acreedores era superior al 12%. Un número que evidentemente se estimó como muy elevado.
Batakis nunca quiso confirmar con todas las letras este traspié -incluso internamente hablaba de que la operación estaba desarrollándose con marcha lenta pero segura-, confiada en que se revertiría la situación cuando empezaran a verse las consecuencias positivas del acuerdo que el ministro de Economía nacional, Axel Kicillof, cerró con el Club de París para cumplir con la deuda impaga y luego de que se definiera, justamente, la apelación argentina en la Corte estadounidense.
En fuentes oficiales sciolistas se asegura que no está para nada en riesgo el pago del medio aguinaldo de mitad de año, que está al caer Batakis y Kicillof tienen diálogo directo, intercambian constantemente correos electrónicos y suelen reunirse más de lo que se publicita. Por eso es de suponer que la ministra tenía la impresión favorable que le transmitía su colega respecto a que era casi seguro que el alto tribunal consultaría al Procurador General de EE UU y así se estiraría todo el trámite con los fondos buitres hasta el año que viene.
En ese ínterin, la Provincia podría a salir a tomar deuda aspirando a pagar una tasa menor. Con las últimas novedades sobre el litigio neoyorkino, parece ser un hecho que la salida al mercado internacional de la Provincia es, por ahora, improbable. En fuentes oficiales sciolistas se asegura que no está para nada en riesgo el pago del medio aguinaldo de mitad de año, que está al caer.
La Provincia cuenta con esos fondos para cumplir en tiempo y forma, se explica. Pero es innegable que en los despachos más jerarquizados de la administración provincial existen especulaciones respecto al panorama que se abre hacia el final del 2014.
Clave política
Todo, además, está teñido de un obvio barniz político dado que Scioli está abiertamente lanzado a la carrera presidencial, bien posicionado en el contexto nacional, y lo último que quiere es una crisis financiera como la que debió manejar un par de años atrás.
Algunos analistas creen que, vedado el financiamiento internacional, al gobernador se le abre un panorama de dependencia casi total de los fondos que envíe a la Provincia el gobierno nacional, por afuera del mecanismo automático de la coparticipación de impuestos, para no tener sobresaltos financieros en lo que resta del año. No sería una buena noticia para el Scioli candidato. DEMOCRACIA.COM