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Por Miguel Abálsamo

Una definición sobre desorientación que siempre me impacto fue aquella escrita alguna vez por autor anónimo, que suelen ser esos autores que deberían conocerse por la profundidad de conceptos emitidos en pocas líneas, con ese talento de la síntesis como brevedad del talento.

«..Unos manifiestan palabras

con aire acondicionado,

otros las hacen con olas de calor,

quedando claramente notado que

no hay un mismo túnel para todos».

Eso también es desorientación. Aquellos donde no hay acuerdo, que en circunstancias menores casi salvables rápidamente se compran problemas, se alejan de soluciones, se enredan en la telaraña frágil de arreglar.

En el camino radical necochense la desorientación es moneda común, y como prueba fiel donde sobran las palabras y no se necesitan testigos, esta la fragmentación, y la perdida de votos hasta llegar en las dos últimas elecciones, 2011-2013 al famélico número de 7.000 votos, casi la misma cantidad de afiliados con que cuenta en centenario partido en el distrito, donde  supo ser reelecto como gobierno municipal con más de 20.000 votos en el 2009.

La renuncia del histórico dirigente radical, ingeniero Roberto Taurian, es una muestra de la falta de diálogos y estrategias.

Una suave  brisa producto de la agresión injustificada del edil Alberto Esnaola al propietario de una radio de FM local, en el propio recinto de la democracia legislativa y ante 90 personas cayó para todos como un callejón sin salida.

Lo que se dice «ahogarse en un vaso (y chico) de agua».

Un debilitamiento institucional de aquellos que desde un comité, compuesto por diversas líneas no pudieron extraer un mensaje común, un comunicado de prensa livianito, aunque de compromiso para demostrarle a la sociedad que este Comité Radical no avala ningún acto de violencia ,provenga de donde provenga y la reciba quien la reciba.

Presionado por los sempiternos perdedores del radicalismo, el eterno legislador Pedro Azcoiti y el utilizador partidario para perpetuarse como concejal a costa del propio futuro del partido, Alberto Esnaola, con la presión del ex alcalde Daniel Molina, el ingeniero presidente no tuvo la personalidad y la firmeza para afrontar el momento ,perdiendo una oportunidad de poner la casa en orden sin dejarse avasallar o intimidar por los que no posibilitan la renovación, ponen obstáculo al futuro y solamente bregan por sus futuros individuales, los que siempre aducen que se alejan como Los Chalchaleros y se lo pasan volviendo como Troilo al barrio.

El Comité no tuvo personalidad, y nadie queda excluido de esto por más que algunos en forma individual nos hablan a oídos a los periodistas manifestando sus desacuerdos, pero a la hora de la verdad siguen timoratos estilo Fernando De La Rua, cuando lo aconsejable sería la imitación de Raúl Alfonsín. Un poco de sangre en las venas nunca viene mal, porque el frío invernal apaciguador de espíritus sólo es la conveniencia de los que perduran sin existir, que están pero no se les nota ,y terminan convertidos en cómplices de un partido vacío.

Como si fuera poco, gozoso del momento, el reemplazante de Taurian se puso rápidamente el traje de presidente, Diego Cersocimo, anunciando a los medios «la decisión de Taurian ya esta tomada y es indeclinable».

Por las dudas.

«Si hubiese estado al frente del Comité Radical Mario Anchorena esto lo arreglaba en quince minutos», me afirmaba un alto dirigente radical en una esquina cualquiera con un sol primaveral que llegaba a la piel.

No lo dudo.

Y me agrego…»a muchos correligionarios les sobra Centro Vasco y les falta barrio..».

Bueno… me quede pensando.

Ese tener barrio tal vez significada convocar a una reunión partidaria, llamar al concejal Esnaola, emitir un comunicado repudiando los hechos sin sobre exagerar, hacerle llegar una nota en mano al periodista agredido, y en horas el tema se cerraba.

Eso debe ser «tener un poco de barrio».

Yo no le llamaría barrio, le diría capacidad política, que no se encuentra sólo en los libros o en la Universidad, eso que no se adquiere en el supermercado ni se compra por kilos.

Esnaola terminó haciendo un duro mal a todo el radicalismo, arrastrando a su grupo, dejando sin definición al Comité y desorientando el afiliado.

Ciertas veces se atraviesan momentos de profundas desorientaciones, a tal extremo que nos parece bien lo que hacen muy mal.

En el medio de esta historia casi rayano a lo ridículo, las diferentes líneas internas apuran el accionar como pretendiendo ganarle al tiempo lo que pierden en el presente.

Gonzalo Diez, anclado al pasado «esnaolista», pretende la renovación por edad, más teoría que práctica porque sigue con los mismos vicios de siempre, mucho comité para adentro, proclamas ideológicas radicales que tienen nostalgia y sentimiento pero le falta práctica concreta en la sociedad moderna necochense, fotografiándose con un inexpresivo presidenciable como Ernesto Sanz, lleno de buen discurso e ideas, carente de acercamiento popular. Un candidato de acompañamiento, nunca un líder a quien acompañan.

Fernando Khun desde los restos de un «molinismo» en extinción lanzó lo suyo, más que por mostrarse públicamente «por las dudas» que sustentado en un seductor proyecto que pueda por ahora crecer y esperanzar al distrito. Es un candidato estilo vecinalista que no transmite demasiado, que pretende decir lo justo y a veces justo se equivoca, como cuando argumentó que la comisión de viviendas durante la época de Tellechea no se reunió nunca, e hicieron cola para contestarle.

Una ingenuidad de Khun, un olvido, o un acto de mala fe, cualquiera de las tres posibilidades no lo deja bien parado. La ingenuidad no eleva, el olvido no es confiable y la mala fe se descubre a poco de andar.

Por si faltaba algo de la incomunicación radical, ni siquiera le consultó a la ex edil Gloria Arguello, activa participante de esas reuniones.

Diez y Khun son hombres que podrían expresar una cierta renovación necesaria en cualquier partido, sin embargo no logran consolidarse en este esquema, la sociedad los ve como más de lo mismo y a veces peor que lo mismo, sin haber podido, al momento, ser seductores desde sus bancas del Concejo Deliberante, donde no han motivado a propios y mucho menos a extraños.

Se lanza el «cobismo» de la mano de Sebastian Ebi

Mientras la desorientación cunde en la Unión Cívica Radical,surge bajo perfil una construcción.

Los seguidores del ex vicepresidente de la Nación, Julio Cobos tienen decidido avanzar en la construcción de una línea interna conducente a la figura del mendocino y en total apoyo a su candidatura presidencial.

Teniendo como eje motorizador al ex Presidente del Comité Radical, ex titular del Concejo Deliberante, Sebastián Ebi, hace algunas horas se llevó a cabo una nueva reunión donde se aceleran los tiempos y se tomaron decisiones.

Avanza la construcción «cobista» en el distrito.

La misma línea denominada en su momento «Confluencia»,dejará paso a otro nombre en próximos días y caras de otras líneas que se están acercando, caso muchos ex RAPACAS, como la ex titular de Desarrollo Social en la administración «molinista», la señora Silvina Benítez, Graciela Burón, con posibilidades de incorporaciones del ex delegado de La Dulce, William Khun, éste último que no estuvo enrolado en ninguna línea interna.

La intención es impulsar la reconstrucción partidaria para luego situarse con posibilidades en el 2015 donde desde el sector surja el candidato a intendente, algo que mantienen en el «freezer» porque primero quieren definir un proyecto que comprenda no solamente al afiliado o adherente radical sino que pueda convocar a diversos sectores de la sociedad y fundamentalmente abocarse a los temas prioritarios de los necochense, sin olvidar el contexto nacional.

En días más estarán reunidos con el propio Julio Cobos en Capital Federal donde delinearán el camino a seguir en nuestro medio y el armado de la quinta sección electoral.

¿Mario Anchorena candidato?

El ex presidente de la UCR. Mario Anchorena, aquel que según muchos radicales hubiese solucionado con su accionar rápidamente esta desorientación partidaria, ligado históricamente a la familia Alfonsín, militando en la línea de Ricardo, puede ser tentado en próximos meses para afrontar una candidatura a Intendente.

Mario Anchorena es un apellido conocido y prestigioso en la ciudad, con un cargo en el Banco Nación Argentina, ligado en su momento al Club Villa del Parque, amante del fútbol y del boxeo, hijo de don Mario Anchorena una historia viviente del distrito, con su mesura de siempre y su análisis coherente repite » tiempo al tiempo…».

Muestra en su mochila una militancia siempre en el mismo lugar y parado en las férreas convicciones, y un año de trabajo excelente al frente de la UCR.

Por ahora su posibilidad esta en la mente de muchos afiliados, el tiempo dirá si esta idea se cristaliza o quedó en un deseo inconcluso.

Lo que si es cierto es que el radicalismo esta en uno de sus peores momentos en la historia, con la menor cantidad de votos expresados en las pasadas dos elecciones, con una dirigencia que se resiste a dar pasos al costado, con dubitativos y tibios que los vomita Dios, y con figuras (como Ebi, Anchorena u otros) que les cuesta aparecer por la burocracia existente y las «roscas» palaciegas.

Seguramente en algún tiempo, y de la mano de la rebeldía que suelen expresar los jóvenes y los históricos que nunca se sienten viejos, deberán hacer tronar su escarmiento.