Mañana jueves 6 a las 18 y continuando con el Ciclo “Temporada Lírica de Verano”, se proyectará el ballet”Romeo y Julieta” de Sergei Prokofiev en el Auditorium del Centro Cultural de Necochea, calle 54 Nº 3062, con la conducción de la profesora Ana Gabino. Como en las anteriores presentaciones de este año, se hará especial referencia a la relación entre la literatura, las artes plásticas y la música.
Axel Díaz Maimone se referirá a aspectos de la inmortal obra de Shakespeare que inspiró al gran músico ruso Sergei Prokofiev para componer un ballet magnífico que puede ser considerado como uno de los mejores del siglo XX.
“Romeo y Julieta” es tal vez la obra más nombrada del escritor inglés que creó con maestría personajes inolvidables, que expresaron las pasiones y sentimientos en historias maravillosas escritas con el lenguaje de los genios.
El drama del amor imposible de “Romeo y Julieta” inspiró a una enorme cantidad de escritores, pintores y cineastas, con resultados de diversa calidad. Así como en “Otello” de Zeffirelli, proyectada recientemente en este ciclo, se conjugaron con perfección la excelencia de la música con la calidad del texto de Arrigo Boito, la escenografía y dirección del cineasta italiano y las maravillosas voces de Plácido Domingo, Katia Ricciarelli y Justino Díaz con la Orquesta de la Scala de Milán dirigida por Lorin Maazel, la versión de “Romeo y Julieta” que se proyectará también es el resultado de una conjunción genial de música, literatura, coreografía, escenografía e intérpretes.
Sergei Prokofiev, uno de los más importantes compositores del siglo XX nació en Ucrania en 1891 y falleció en Moscú en 1953. También fue un gran pianista y director de orquesta.
Compuso varias óperas, sinfonías, música de cámara, 5 conciertos para piano y orquesta, 2 conciertos para violín y orquesta, numerosas obras para piano y varios ballets, especialmente cuando vivía en Paris.
Fue víctima de la implacable persecución del gobierno comunista ruso, que consideraba su estilo musical alejado de los cánones soviéticos. En 1948, el Politburó condenó la música «formalista», fuera de los parámetros del realismo socialista, que estaban componiendo Prokófiev, Shostakóvich y otros. Sus armonías fueron juzgadas «cacofónicas» y tuvo que prometer que realizaría obras con mayor lirismo realista.
Cuando Se le planteó a Prokofiev la composición de un ballet basado en la tragedia de Shakespeare, el músico vaciló. No estaba seguro de que que se pudiera traducir el complejo contenido psicológico del drama al lenguaje del ballet. Le preocupaba que ya 14 autores diferentes hubieran escrito óperas inspiradas en “Romeo y Julieta”. También Tchaikovski y Berlioz tenían sus exitosas obras orquestales sobre el tema.
Finalmente se decidió y escribió minuciosamente su partitura, en su estilo moderno pero no exento de romanticismo, con una orquestación fabulosa, bellas melodías e inusitada riqueza rítmica.
Cuando los directores de ballet recibieron la música, la encontraron absolutamente distinta a su repertorio e imposible de bailar. .Cancelaron su contrato con el compositor.
Por otra parte, Prokofiev había realizado una modificación importante en la historia. Había sustituído el final conocido por un final feliz. En el último acto, Romeo llega un minuto antes y encuentra a Julieta viva, antes de tomar el veneno, lo cual da un viraje total al relato.
La razón que esgrimía era puramente coreográfica: la gente viva puede bailar, pero los moribundos no pueden hacerlo. A causa del rechazo, Prokofiev arregló parte de la música como suites de concierto, que fueron presentadas con éxito en Moscú en 1936 y 1937. Luego el compositor acordó con los coreógrafos hacer el final escrito por el maltratado Shakespeare, pero la obra no fue estrenada en Rusia sino en Checoslovaquia, en 1939, sin la presencia del músico.
La versión que se proyectará el jueves fue filmada en vivo en la Ópera de la Bastilla de Paris, con sus bailarines y su orquesta, dirigida por VelloPän. Son sus solistas dos bailarines excepcionales, ambos franceses, que desarrollaron exitosas carreras internacionales. Se trata de Manuel Legris como Romeo y Monique Loudieres como Julieta.
La coreografía, escenariografía y vestuario pertenecen al genial bailarín y coreógrafó Rudolf Nureyev, que tanta gloria deparó a la Ópera de Paris.
Al respecto, cabe destacar quecuando Nureyev vio, en 1968, la película “Romeo y Julieta” de Zeffirelli, filmada es el escenario natural de Toscana y de Venecia, sintió una fuerte impresión.
Los actores, las escenas, el vestuario, lo impactaron. La enorme belleza de la película y la historia de los amantes adolescentes le inspiraron la perfecta coreografía de esta versión.
Una vez más, la genialidad de Zeffirelli se asoma por detrás de una obra maestra de la literatira y de la música.