Por Miguel Abálsamo
«Será un hombre joven de unos 40 años… experimentado en la política, que conozca de la función…» era el indicio que el intendente interino José Luis Vidal daba a conocer a propios y extraños a la hora de nominar al dirigente que debía desembarcar en el puesto más clave de la Municipalidad, luego del ocupante del sillón mayor.
Ana Asa, haciendo valijas rumbo a un conocido lugar que volvería a habitar, el Concejo Deliberante, luego de alcanzar ese puesto en elecciones mediocres por el Frente para la Victoria, cuarto en la última compulsa interna, detrás del Partido Fe, el Frente Renovador «massista» y la coalición de radicales y socialistas.
Ese estratégico lugar dio pie a muchas suposiciones, desde los más estrechos colaboradores de Vidal, a extrapartidarios e incluso a una jugada pragmática de inclusión de algún perfil opositor.
No era imaginable el doctor José María Álvarez, de regular actuación al frente del área salud municipal, por donde pasaron desde una combi sin funcionar en el traslado de pacientes, a una semana sin comer carne por parte de los enfermos, a un área oncológica descuidada casi en la indolencia donde el médico Eduardo González Landolfi y su equipo trabajan en estado de dificultades extremas, escaseando en algunos momentos las drogas indispensables para combatir el cáncer, que provocó más de un revuelo interno.
Con una salud pública en terapia intensiva, inmersa en un municipio con extremas dificultades, sin resolución de la crisis institucional porque la justicia se toma sus tiempos de conveniencia, sin demasiada experiencia política y muy lejos de exhibir el conveniente perfil bajo que la situación ameritaba, el hombre elegido fue el médico José María Álvarez, no precisamente un conocedor de la política local, menos aún un comprometido dirigente – militante de la causa enarbolada al menos en las palabras por la intendencia circunstancial.
Una sorpresa en un marco de crisis.
¿Podrá soportar Álvarez semejante desafío?
Un lugar donde hay que tener las espaldas anchas para aguantar, las decisiones con temple y la estrategia del diálogo o la cuerda para tensar acuerdos en los momentos dados.
¿Es el hombre adecuado para estas circunstancias?-
«Al cojo hay que verlo caminar»… solía decir Juan Perón. Bueno… esperemos ver al rengo caminar.
Por lo pronto tuvo afirmaciones desafortunadas, tal vez propias de la inexperiencia o del apresuramiento estudiantil de un novato con ganas.
«La gestión de gobierno se hace fuera de las oficinas», manifestó Radialmente, sin darse cuenta quizás, o dándose demasiada cuenta quizás, Álvarez puso en caja a su antecesora Ana Asa, agregando…» desde las oficinas no se resuelven los problemas, desde el escritorio no se dan salidas positivas, hay que darle un giro a la secretaría».
Duros conceptos, más cercano a un candidato en campaña, a alguien que desliza comentarios sobre un opositor que ocupaba ese lugar, un lanzamiento propio con marcada subestimación para lo recientemente terminado, y una sensación de elevados conceptos que pueden terminar siendo una telaraña difícil de desenredar en el complejo mundo político que tiene a Álvarez como actor de reparto, o al menos un suplente para las grandes ligas.
Fuera de estas manifestaciones, el flamante secretario de gobierno tendrá en próximos días, además de festejar Nochebuena y Navidad y alguna copa alzada de fin de año temas concretos para determinar si es un jinete con futuro o simplemente un cuidador de caballos de corto plazo.
Su discurso sobre la gestión en la calle no esta mal, suena lindo a oídos ciudadanos que gustan de escuchar estas motivaciones.
También deberá acomodar su silla, cumplir más que las horas establecidas, porque en un gobierno no se ficha, se trabaja, no se mira el reloj, se lo olvida, y fundamentalmente se concentran allí en su área los grandes problemas ciudadanos.
La semana entrante verá desfilar sobre sus narices a cientos de remiseros que cortarán los dos puentes y llegarán a las puertas del municipio con la intención de respuestas.
Deberá escuchar reclamos, búsqueda de soluciones y gritarán sin demasiadas argumentaciones que están hastiados muchas veces de las connivencias de grandes empresas, en realidad las «grandes» son dos remisseras, con el poder político.
Repudiando muchos de ellos a su vez al flamante sindicato de remisseros, porque todo lo que proponen, blanqueamiento de choferes, obra social, seguros, etc. son realidades sociales que hoy podrían dejarlos sin trabajo.
Un todo contra todos en el mundo de las cuatro ruedas.
Llegarán los taxistas, queriendo saber como pueden seguir haciendo lo que quieren los remisseros, sin que Gobierno ponga las cosas en su lugar y cada lugar en su cosa, pidiéndoles las listas de remisseras, legales, ilegales, «truchas» e inexistentes, que funcionan en el distrito con complicidad municipalidad de muchos tiempo, y como pueden existir paradas que violan las ordenanzas que el Concejo Deliberante en democracia ha votado.
Le reclamarán los guardavidas a través de sus dos sectores, lo harán los artesanos y cantantes callejeros, la gente pidiéndole definición sobre las bajadas en las playas, la oposición deberá ser llamada al acuerdo en los grandes temas en que se pueda acordar, los propios, que ya no se saben cuales son y cuantos quedan, querrán respuestas, la militancia se preguntará ¿qué pretende?… y los municipales aumentos que se merecen, sin faltar la inseguridad que golpeará sus puertas, y un sinfín de reclamos que tienen línea directa con el área de gobierno.
Le harán notar que entró muy decidido pero sacando demasiado y peligroso pecho, como violando los legítimos códigos de la política, con un rally de aventura lenguaraz a los que no se atreverían incluso muchos que suelen ostentar en serio algún poder.
Álvarez en un castillo de arena, que puede perdurar si es cuidado y se cuida, al lado tiene el agua que cuando crezca lo inunda , el viento que soplando un poco incisivo se lo lleva rápido, tormentas que nunca faltan y sobran en el verano.
En el medio de un clima enrarecido donde el todos contra todos más que el todos con todos, prevalece en el Frente para la Victoria y sus aliados.
Cuatro bloques de seis componentes. Sobran las palabras.
Asa la cambiante Perestiuk y un Benedini más Director de Cultura sin cartera que edil, por un lado, el licenciado Calcabrini por el sciolismo, Ordoqui por el «mariottismo» y
Lezcano por otro andarivel, configuran un equipo donde cada uno concentra separado, piensan disímiles, tienen conductores e ideas desencontradas, y no se encuentran carriles de unidad, salvo Cristina, agarrada con pinzas, que mantiene con su capacidad una conducción nacional.
En el medio Álvarez, casi en soledad y en desconocimiento. Un coctel no explosivo pero duro de digerir.
Enero y febrero son meses que nos distraen con el verano, las olas y el viento como entona Donald desde la década del setenta, todo se disimula con la playa y el mar, algún entretenimiento y la calurosa temporada, marzo es la vuelta al colegio y la realidad ante el espejo.
Si el secretario de gobierno llega a marzo habrá un paso veraniego de «aguante mi hijo el dotor»…sesenta días para la observancia dentro de un gobierno interino que planificar sesenta días parece un siglo.
Pueden pasar muchas cosas.
La decisión de la justicia provincial de restituir o destituir al intendente Tellechea, la prosecución «vidalista» ante la inacción muy propia de la justicia, las elecciones anticipadas para que el «veneguismo» comience a pensar en gobernar menos de dos años el distrito y a su vez caerle la ficha de lo que le tocará en mala suerte, las ganas de candidatos como Julio Municoy, un lanzado a la intendencia que alienta expectativas por su forma de ser y personalidad, apuros del socialismo de Labataglia y Frias, que de la mano de Binner la vuelta quieren dar, y una tos con convulsiones con diagnóstico médico necesario para un radicalismo con Gonzalo Diez en carrera y varias ganas de anotarse aunque sea para mostrar en el futuro.
386 millones de evaluación para un presupuesto que se cumple menos que la Ley en la Argentina.
Pago de aguinaldos con dificultades para afrontarlo.
Aumento a municipales que tienen sueldos atrasados.
Estabilidad para los destajistas que no pueden seguir bamboleantes en la inestabilidad.
Y aumento de tasas que viene más conversado que efectivizado y cada día que se habla parece más alejado.
Ah… una interna peronista este domingo que tiene menos pasión que la hora del té en Recoleta, donde diez mil afiliados están en un padrón distrital para ver el peronismo pasar y si siquiera hacen dedo para que los levante.
En el medio Álvarez.
El hombre que esta un poco solo y espera.
Quien quiere llevar la gestión a la calle, pero antes deberá acomodarse adentro para poder salir a la luz.
¿Será su destino otra área en 30 días?
Bueno..30 días en el municipio de Necochea se asemeja a una década.
Y de frutilla de postre abran las puertas de gobierno porque llegarán desde el subsuelo de nuestro pago chico los que reclamarán por las viviendas que fueron usurpadas y los que se apoderaron de las mismas porque son pobres sin techos y todos esperan respuestas.
En el medio Álvarez.
En realidad en el medio, los ciudadanos.
En tu comentario Miguel,que siempre leo ,creo que le das una bienvenida de retirada al Jefe de Gobierno doctor JoséM.Alvarez. Ojo, no vaya a ser que terminen pagando las culpas de este desastre de Vidal y Asa personas que llegan a último momento como Alvarez. No te prendas a esa para salvarlos a estos dos que terminaron de tirar la ciudad a la basura-
A la basura que utiliza el municipio detrás del Colegio Danes, con camiones municipales.
Basta.No aguantamos más los ciudadanos,y todavía seguimos pagando impuestos.Basta.