La presidenta podría recibir el alta médica, luego de 30 días de reposo en la Quinta de Olivos. Entre otras restricciones a su rutina, tendrá vedado los viajes en helicóptero. Las distintas versiones acerca de sus próximas decisiones políticas.
La presidenta Cristina Fernández regresará en pocos días al ejercicio de la gestión de gobierno, al cumplirse el mes de reposo que le ordenaron los médicos. Hoy, como estaba previsto, 30 días después de la cirugía en la que le extrajeron un hematoma del cráneo, la mandataria se realizará chequeos cardíacos y neurológicos. No se descarta que hoy mismo reciba el alta, ya que su evolución ha sido favorable en todos los aspectos.
En cualquier caso, el retorno de la mandataria al trabajo diario deberá cumplir con algunas restricciones planteadas por los médicos. Se sabe que Cristina tendrá vedado volar en helicóptero, una rutina que solía repetir para ir rápido desde Olivos a la Casa de Gobierno. La jefa de Estado también deberá espaciar un poco sus traslados en automóvil.
Las limitaciones planteadas por los médicos llevarán a que Cristina, al menos hasta fin de año, mantenga la mayor parte de su actividad en la quinta de Olivos. El pronóstico de un inminente regreso de la mandataria, que se da como un hecho para la semana próxima, está acompañado por versiones diversas, incluso contradictorias, sobre cuáles serán sus primeras decisiones. Desde hace 15 días circula el rumor sobre un eventual cambio del equipo ministerial, un relanzamiento del Gabinete que consistiría, más bien, en una «rotación» de los ministros y secretarios de Estado ya en funciones. Esa posibilidad, mencionada hace unos días por el diputado Carlos Kunkel, incluye también a los funcionarios que encabezan organismos con autarquía administrativa, como la ANSES y el PAMI.
Esa alternativa consistiría en mantener a los funcionarios de lealtad probada pero cambiándoles sus responsabilidades. Implicaría producir modificaciones puntuales en algunos puestos del Gabinete. Esta versión, sin embargo, convive desde hace días con otra diametralmente opuesta, que anticipa que no habrá cambios de nombres y tampoco reasignación de funciones, sino nuevas políticas. Además, un cambio en el Palacio de Hacienda podría entorpecer una compleja y crucial negociación en curso que busca acercar posiciones con los fondos buitre que iniciaron un litigio en la justicia estadounidense y que llevaron a la Argentina ante la amenaza de un default técnico. El gobierno está diseñando una oferta a través de dos fondos con los que tiene buena relación: Fintech (que acaba de adquirir el 22,7% de Telecom Argentina) y Gramercy.
La fecha, el escenario y las características de la primera actividad pública de Cristina también alimentan el suspenso. En las últimas horas se especuló con que la mandataria volverá a la actividad el lunes, sin recibimientos multitudinarios ni actos masivos: un simple pero emotivo regreso al trabajo desde la tranquilidad de Olivos. Otros rumores hablan de un acto para el martes próximo, en el Salón de las Mujeres del Bicentenario. También se menciona una visita a la fábrica de electrodomésticos SIAM, ubicada en Avellaneda, todo un símbolo de la industria argentina, reabierta con el esfuerzo de una cooperativa de metalúrgicos y el apoyo del Estado.
Entre la batería de versiones hay espacio para una actividad en la calle, con motivo del Día de la Militancia (que el peronismo celebra el 17 de noviembre, por el retorno definitivo de Perón) pero con una impronta más plural: consistiría en un reconocimiento a la militancia política de todos los partidos, en consonancia con los 30 años de recuperación de la democracia.