Material enviado por el Lic. Jorge Mancuso
Entre los puntos centrales que tiene este proyecto, está el que desde el riñón más cercano del kirchnerismo plantean como fundamental, como lo es aquel que tiene como objetivo fortalecer a los partidos políticos frente a la dispersión que se ve hoy en día, y unificar candidatos detrás de un partido, no permitiendo las listas espejo o candidatos testimoniales, a las que el kirchnerismo tanto acostumbró en las últimas elecciones.
Desde el sector más cercano al patagónico, aseguran que obligando a sus rivales internos a ir a internas se les puede ganar más fácilmente, y después de hacerlo que estos no se pueden presentar como candidatos por otros frentes electorales, no permitiéndoles ir por fuera del partido. Además, si se es afiliado a un partido político, no se puede ir como candidato por otro partido, sino que debe dar pelea interna en el partido al que es afiliado o en todo caso, renunciar a su afiliación e ir como independiente o afiliado a otro partido político.
Con esto, el oficialismo intenta evitar que el peronismo disidente siga creciendo por fuera del Partido Justicialista, y prohibiéndole a la gran gama de candidatos que tiene este sector, entre ellos Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Francisco De Narváez, Mario Das Neves, Jorge Busti, José Manuel de la Sota, entre otros, a que en caso de que pierdan las internas, no se puedan presentar por fuera del partido (como sucede en estos días) a las elecciones del 2011.
El punto más cuestionado por la oposición, es el de querer imponer un piso del tres por ciento del padrón electoral nacional a un partido para poder presentarse, lo que eliminaría a las pequeños partidos políticos, cuyas plataformas suelen ser muy ideologizadas, y a los cuales no se les permitiría participar, porque en escasos caso pasan el tres por ciento de los votos. Con esta acción, el oficialismo estaría evitando que pequeños partidos políticos afines muchas veces a proyectos kirchneristas se presenten electoralmente, buscando que esos votos se transmitan a sus candidaturas.
Para darle un toque más de primer mundo a este proyecto, desde el gobierno nacional aseguran que más que internas, lo que se hará son “primarias” al estilo norteamericano, haciendo que se vote gradualmente en cada provincia, permitiendo a todos los candidatos ir a internas y dar pelea en todo el país, y esas internas no sólo abarcarán a los candidatos a presidente y vicepresidente, sino también a los cargos de diputados y senadores nacionales, algo comparable a lo que ocurre hoy en día en la provincia de Santa Fe o en la República Oriental del Uruguay por ejemplo.
En el oficialismo cuentan en voz baja que pueden llegar a sacar fácilmente este proyecto aún con el nuevo Congreso, ya que aseguran contar con el apoyo de la Unión Cívica Radical (UCR), ya que este centenario partido sería el mayor beneficiado con una ley como esta, por obligar a un personaje como el vicepresidente Julio Cobos, a volver a las huestes partidarias si quiere pelear por una candidatura presidencial en el 2011, lo que condicionaría fuertemente al mendocino en su afán de conseguir mayor apoyo a su intención de ocupar el sillón de Rivadavia.
Además, desde el Frente para la Victoria dicen contar con el apoyo del Socialismo y de varios miembros fieles a los mandatos del cineasta Fernando “Pino” Solanas para tratar este proyecto después del 10 de diciembre, aunque en ambos casos se asegura que pedirán cambiar el tope de tres por ciento para presentarse a las presidenciales, ya que afirman que es una pelea desigual que los partidos políticos chicos, especialmente los que responden a la izquierda y centroizquierda nacional, no pueden apuntar ni llegar.
Quienes sí se han manifestado furibundamente en contra de este proyecto de reforma política, son la Coalición Cívica y Unión-PRO, quienes ya han dicho que votarían en contra de este proyecto y ni siquiera darían el quórum necesario para tratar lo que consideran un nuevo “mamarracho” constitucional por parte del ex presidente Néstor Kirchner, y por creer que esto obedece sólo a las necesidades electorales del patagónico, que ante el acorralamiento que sufre por parte de la mayoría de la sociedad, busca cercar a la oposición cercenando la posibilidad de presentarse a cientos de candidatos a elecciones libres.
El único punto que parecen compartir todas las fuerzas, a excepción del empresario De Narváez, es en acabar con el financiamiento privado de la campaña y empezar a partir de ahora un financiamiento total o parcial por parte del Estado que le dé igualdad a todos los partidos políticos, único punto que por ejemplo comparte Elisa Carrió con el gobierno y del cual muchos se basan en que podrían bajar al recinto los miembros de la CC para dar debate y pelear por cambios en el proyecto. El empresario nacido en Colombia denunció públicamente que esta “es una nueva trampa del oficialismo para el proyecto reeleccionista de Néstor Kirchner” y reclamó “un debate serio y constructivo”.