Un defensor de la rotación maíz-soja que pegó un grito de alarma la última semana es Gerónimo Venegas, líder de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) «No hay rotación, nos llevan a sembrar soja sobre soja, nos van a quitar la fertilidad», sentenció.
La organización Maizar, que agrupa a toda la cadena de valor del maíz, aseguró que Argentina «tiene que incentivar una agricultura de mayor volumen que le asegure la sustentabilidad en el largo plazo».
«En este objetivo, el maíz es un cultivo clave para incorporar a la rotación y maximizar los rindes de todos los cultivos a través del cuidado de los suelos», indicó la entidad que dirige Pablo Ogallar.
En números absolutos se cultivaron a la fecha 918 mil hectáreas de maíz sobre una estimación de cobertura 25 por ciento inferior al año pasado.
En la campaña 2008-2009 fueron sembradas 2,46 millones de hectáreas y este año, con la previsión de siembras tardías, se podrían implantar un total 1,87 millones de hectáreas. El promedio histórico ha sido de 2,73 millones de hectáreas en los últimos cinco años. La proporción ha sido respecto de la cobertura de soja, de una hectárea de maíz cada cinco de soja.
Ernesto Ambrosetti, economista jefe de la Sociedad Rural Argentina, elaboró costos: sembrar (laboreo, semillas e insumos) una hectárea de maíz en promedio cuesta 265 dólares contra una de soja que exige una inversión 175 dólares.
Para que una hectárea de maíz rinda unos 10 mil kilos (10 toneladas) a los 265 dólares hay que sumarle 100 dólares más destinados a fertilizantes, alta calidad de semilla y variedades.
Sin embargo el abismo entre la rentabilidad de la soja y el maíz no es un puente demasiado ancho, y por lo tanto la sojización avanza con el 35 por ciento de retenciones que asegura una buena caja al Gobierno y siguen sin eliminarse (o reintegrarse) los derechos de exportación a la producción maicera y triguera. A este paso, sin rotación se encuentra en peligro la fertilidad de los suelos argentinos, un bien tangible que permite aumentar la producción.
La agricultura es un proceso continuo y todas las actividades que se realizan tienen impacto tanto en los resultados inmediatos como en las campañas subsiguientes, sostienen en Maizar.
Un dato interesante es que en el caso de la soja, los especialistas reportaron importantes alzas en sus rendimientos, entre un 12 y un 19 por ciento, cuando es sembrada en un lote donde en el ciclo anterior se cultivó maíz.
El aumento en la productividad de la soja sobre el maíz como antecesor se atribuye, entre otros factores, a que el cereal americano es altamente eficiente en la generación de materia orgánica y de cobertura del suelo por rastrojos.
Además, según Maizar aumenta la eficiencia del uso del agua y disminuye el riesgo de estrés, además de mejorar el balance de nutrientes.
Se pudo comprobar un 15 por ciento de mayor producción de soja en los tiempos de sequía cuando se cosechó en un lote que había tenido antes maíz.
Maizar también aportó el dato de que gracias a los nuevos híbridos y otras biotecnologías que desarrollaron los investigadores, la productividad de los surcos de maíz creció un 110 por ciento contra el 45 % de la soja.
Los campos que rodean tambos, feed lots y emprendimientos ganaderos de alimentación mixta sembrarán maíz además de los grandes grupos, pero hasta el 47 por ciento de la producción de maní pasará a soja este año. (LA AUTÉNTICA DEFENSA)
Dirigentes de CARBAP recibieron al Diputado Nacional Christian Gribaudo
La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa recibió hoy al Diputado Nacional Christian Gribaudo, actual vicepresidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara Baja, y presidente de la Mesa de Consenso Agropecuario.
El legislador aceptó la invitación de la Mesa Ejecutiva y Administrativa de CARBAP con el fin de analizar la problemática agropecuaria de las provincias de Buenos Aires y La Pampa. Gribaudo coincidió con los dirigentes de la institución en la necesidad de seguir profundizando una agenda única y prioritaria de temas agropecuarios frente a la grave coyuntura del sector.
Tanto los dirigentes de CARBAP como el representante del PRO esperan que, independientemente del recambio de legisladores que se producirá en diciembre, se pueda retomar cuanto antes el debate serio y honesto entorno a las políticas agropecuarias que el sector necesita para volver a transitar el camino del desarrollo y la producción.