Los socios del frente Unión PRO con aspiraciones presidenciales, Mauricio Macri y Felipe Solá, se volverán a ver cara a cara y en soledad esta semana cuando se reúnan en la sede del gobierno porteño para intentar «superar» las diferencias que se instalaron entre ambos por compartir el mismo objetivo de llegar a la Casa Rosada en 2011.
Al encuentro, que aún no tiene fecha ni horario pero que se concretaría sobre mediados de la semana, llegarán con situaciones diferentes: Macri, asediado por propios y cercanos para que defina su futuro político; y Solá, en pleno armado que le de sustento a su promocionada aspiración presidencial.
En tanto, Solá avanza en el rearmado del peronismo opositor, con el que busca respaldar su meta presidencial, y llegará al cónclave luego de haber encabezado el lanzamiento de la Mesa Juvenil Peronista Interprovincial.
Al sindicato de Comercio de la ciudad bonaerense de Tandil llegaron dirigentes enviados por el gobernador cordobés, Juan Schiaretti; el entrerriano Jorger Busti; el misionero Ramón Puerta; el santafesino Reutemann; y del PJ disidente de Corrientes.
Fuentes del entorno del ex gobernador bonaerense confirmaron que la reunión con Macri servirá para distender la tensión que se generó desde el cuasi lanzamiento de Solá semanas atrás pero señalaron que el malestar del macrismo es porque «Felipe está haciendo lo que no hace Mauricio».
La tarea de negociador en el frente opositor ahora está en manos de De Narváez, quien se reunió el lunes de la semana pasada con Macri y 24 horas más tarde lo hizo con Solá.
El encuentro del martes por la noche, del que también fue parte el titular del gremio de peones de campo Gerónimo Venegas, fue para «trabajar por la unidad del espacio» y también por un entendimiento de la oposición en el ámbito legislativo, señalaron las fuentes consultadas.
De ese encuentro surgió la necesidad de reunir a Solá y Macri, «para ratificar que cada uno va a construir sin perjudicar al otro y dejar que las candidaturas de ambos corran en paralelo», pero para eso Macri deberá definir su estrategia para intentar a suceder a Cristina Kirchner o relegar por cuatro años más sus aspiraciones.
El bonaerense llevará al encuentro como pergaminos el reconocimiento público que recibió de parte de Reutemann y de Busti: «En el caso de Solá lo conozco de hace muchos años, tenemos una cierta afinidad porque en ciertos temas, como el de la producción, hablamos el mismo idioma», dijo el santafesino.
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