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A veinticinco años de su lanzamiento, «Thriller» volvió a estar en boca de todos gracias a una edición de lujo que reconfirmó su estatura de obra cumbre.
¿Alguien recuerda cuándo fue la última vez que trascendió una información sobre Michael Jackson estrictamente vinculada con su música? Interrogante difícil de responder por cierto, ya que, sin temor a exagerar, durante la última década las noticias relacionadas con el llamado «Rey del Pop» tuvieron que ver en su mayoría con cuestiones judiciales, comportamientos extravagantes o alguna nueva cirugía estética. Aunque en 2008 las cosas fueron distintas y retomaron el carril estrictamente profesional. Lo que debería ser algo normal en la vida de cualquier músico, se transforma en toda una rareza tratándose de él, pero lo concreto es que, por fin, el nombre de Michael Jackson volvió a sonar fuerte por una razón musical de enorme peso.
Con motivo de cumplirse veinticinco años de la aparición de Thriller, se lanzó a escala mundial una edición de lujo que incluye los nueve temas que le dieron vida, reversiones a cargo de artistas contemporáneos como Will.i.am, Akon, Fergie y Kanye West y una auténtica joyita titulada «For All Time», una balada sentimental perteneciente a las sesiones originales de grabación pero que había quedado afuera y permanecido como inédita hasta ese momento. El kit se completó con un DVD que reúne los videos de los temas «Billie Jean», «Beat It», «Thriller» e imágenes de la noche en que Michael inmortalizó su paso de baile hacia atrás (el famoso «moonwalk» o «caminata lunar») en la ceremonia por los festejos del vigésimo quinto aniversario del sello Motown.
«Es algo realmente difícil de creer que hayan pasado 25 años desde que el productor Quincy Jones y yo nos embarcamos en un álbum llamado Thriller», coment por ese entonces Michael Jackson en un video que envió a sus fans a través de su compañía discográfica Sony/BMG.
Editado originalmente el martes 30 de noviembre de 1982, Thriller no sólo se convirtió en el álbum más exitoso de Jackson sino en el más vendido de la historia, contabilizando hasta hoy cerca de 104 millones de copias en todo el mundo. Sin dudas, todo un privilegio que lo ubica por encima de auténticas gemas discográficas de la talla de Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band (The Beatles), Dark Side Of The Moon (Pink Floyd), Back In Black (AC/DC) y Greatest Hits 1971-75 (The Eagles), entre otros. Como si esto no fuera suficiente, el disco obtuvo ocho premios Grammy en las categorías Album del Año; Grabación del Año («Beat It»); Mejor Performance Vocal Masculina Pop («Thriller»); Mejor Performance Vocal Masculina Rock («Beat It»); Mejor Performance Vocal Masculina R&B («Billie Jean»); Mejor Canción R&B («Billie Jean»); Productor del Año (Quincy Jones y Michael Jackson) y Mejor Ingeniería de Grabación (Bruce Swedien).
Más allá del espíritu nostálgico – que la industria discográfica cada tanto suele explotar y que en este alicaído presente le viene como anillo al dedo -, las exorbitantes cifras de venta, los reconocimientos y los premios, la pregunta que quizás más de uno se fórmula aún hoy es ¿por qué Thriller causó tanto impacto en su momento y permanece vigente, al punto tal que merezca una edición homenaje por sus bodas de plata? Para conocer en detalle los aspectos que convirtieron a este álbum en un mojón por demás trascendental en la historia de la música pop, bien vale sumergirse en la historia, en el germen que le dio comienzo.
Corría 1979 y en forma paralela a su participación en The Jacksons, el grupo que compartía con sus hermanos, Michael se consagraba en solitario de la mano de Off The Wall, que no fue su debut solista pero sí el primer álbum de su etapa adulta. Producido por el destacado músico, arreglador, compositor y director musical Quincy Jones, Off The Wall sacudió los charts gracias al éxito de temas como «Don’t stop ´til you get enough» y «Rock with you» y a una irresistible combinación de pop, soul y funk hiper bailable.
Envalentonado por la gran repercusión obtenida, poco tiempo después Michael comenzó a pergeñar su próximo capítulo discográfico, cuya elaboración fue digna de un estudiado trabajo de laboratorio. Nuevamente en compañía de Quincy Jones, Jackson tenía como objetivo primordial darle una vuelta de tuerca a su música y trasladarla a la mayor cantidad y variedad de gente posible sin importar raza, religión ni ubicación geográfica. Para lograr ese ansiado crossover había que comenzar ampliando la paleta de estilos y se juramentó que cada uno de los nueve temas que conformarían la lista de Thriller no estaría de relleno.
De esta manera, las canciones fueron arribando: «The girl is mine» aportaba el soplo melódico romántico que apuntaba a los amantes de las baladas; «Billie Jean» tenía todo el atractivo que un tema dance pop requería; «Beat It» intentaba captar la atención del gusto rockero; «Wanna be startin’ somethin'» y «Thriller» incitaban al funk; el toque soul lo daba «Human nature» mientras que el resto recorría diversos caminos que convergían en sus influencias basadas en la mejor tradición de la música negra (James Brown, Stevie Wonder, Diana Ross) y llevaría a las grandes audiencias las típicas coreografías callejeras que, poco tiempo después, estallarían bajo el rótulo de breakdance.
Los ingredientes para hacer de Thriller el álbum multitarget por excelencia ya estaban reunidos pero Michael quería apuntar más alto, y como una manera de no dejar ningún cabo suelto, apeló al recurso de las estrellas invitadas. ¿Quién podría resistirse a escuchar la voz de Paul McCartney en una balada a su medida como «The girl is mine»? Pues ahí estuvo el ex Beatle para cantar a dúo con el moreno. La lista de participaciones especiales se completó con el guitarrista Eddie Van Halen, quien con su solo sumó la cuota de hard rock que la canción precisaba.
La amplitud de estilos más el valor agregado de importantes músicos invitados y la brillante producción de Jones cubrían todos los frentes y presagiaban un futuro alentador. De todos modos, se sabe (y Jackson lo sabía mejor que nadie) que en ningún ámbito de la vida resulta sencillo predecir un éxito pero, al menos, él tenía la certeza de que Thriller no pasaría desapercibido. Y vaya si superó las expectativas propias y ajenas. Una vez editado, con los temas «Beat It», «Billie Jean» y «Thrller» a la cabeza, el disco se instaló durante treinta y siete semanas en el primer puesto de los rankings, figuró en las listas de las mayores ventas durante dos años, siete de sus nueve temas fueron número uno y convirtió a Michael en una figura tremendamente popular.
La categoría ATP (apto para todo público) del álbum, que tanto desvelaba a Jackson durante el proceso de composición, fue un verdadero acierto de su parte pero más allá del amplio espectro musical, el atractivo de Thriller descansaba en el ritmo contagioso y altamente bailable, en la muy buena factura de las pegadizas melodías y en una lírica que pendulaba entre las relaciones amorosas y las historias de terror (uno de los subgéneros cinematográficos preferidos del público adolescente), aspecto que Jackson supo capitalizar también desde el lado visual. Si los clips de «Beat It» y «Billie Jean» hicieron de Michael alguien hipermasivo en todo el planeta, el «cortometraje» de «Thriller», dirigido por el prestigioso realizador John Landis y así calificado por sus ¡catorce minutos de duración!, no sólo revolucionó la historia de los videos musicales sino que marcó un precedente en la materia del cual más de un colega tomó nota para saber cómo promocionarse de ahí en adelante, amén del soporte sonoro.
Por todos estos motivos, más allá del frío dato de las cifras, Thriller (álbum que aún suena en radios y cuyos principales cortes continúan bailándose en no pocas discotecas) merece el lugar que ocupa en la historia de la música pop y, edición aniversario mediante, renueva su increíble vigencia porque es nada más ni nada menos que un clásico.
«Mi pasión por la música jamás ha cesado y hay mucho más de Michael Jackson por venir», aseveró el propio artista en el mismo video dirigido a sus fans que se mencionó anteriormente.
Hoy, con la lamentable noticia de su desaparición física, el valor de Thriller cobra una dimensión más grande aún y lo ubica en la categoría de obra cumbre y legado musical de un artista completísimo. Murió el Rey. Viva el Rey! (10 Música)