martes, noviembre 19, 2024

Opinión

!!! Como la leche de Claraz!!!

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Por Miguel Abálsamo

Al igual que  la leche vencida que se dio, hasta que lo hizo público el periodismo , en la localidad de Claraz, con anuencia del área de Bromatología de la administración «molinista», denunciada por la médica de la Unidad Sanitaria de aquel medio, con indolencia de aquellos que deben controlar, el gobierno comunal pasa situaciones parecidas. Un gobierno que como la leche de Claraz quiere seguir llegando a chicos y ancianos, pero ya todos desconfían y le miran la fecha de terminación.

La leche de Claraz tuvo fecha vencida, la administración de Molina tiene final en el 2011, así lo indican los plazos constitucionales en un país en democracia.

El «molinismo» está en mal estado.

Ahora aglutinando fuerzas y escondiendo las críticas internas, por la inminente elección de renovación legislativa el 28 de junio.

Un gobierno que ha finalizado cada año de mandato con déficit, actualmente la deuda alcanza algo más de diez millones de dólares, un gobierno al que la coparticipación provincial le ha venido en tiempo y en forma, que aplica moratoria como si fuera  un entretenimiento, en una clara muestra de desprecio por el contribuyente y total falta de equidad fiscal con el cumplidor, a quien se le exige cada día más. Un gobierno que cuenta con el presupuesto más alto de la historia de Necochea, cien millones de pesos, con enorme caradurez utiliza las cuentas afectadas para rentas generales, caso el no pago al Centro Cultural, debe 80.000 pesos, luego de haberse aprobado una ordenanza  donde debía destinar un porcentaje de la tasa vial para solventar gastos de nuestra Biblioteca, un gobierno que aumentó las tasas más del ciento por ciento, que  cobra alumbrado, barrido y limpieza, y de tres ítem cumple dos, alumbrado y barrido, demás esta decir que de limpieza no hablemos en la ciudad, basta recorrer algunas de sus cuadras para constatar este dato. Un gobierno que le retiene el 25 por ciento del pago a la recolección de residuos, algo así como 250.000 pesos mensuales, destinados a la  construcción de la futura planta de residuos, enviando el dinero a rentas generales, sacándolo de las cuentas afectadas a tal fin.

Un gobierno que quiere exhibir como argumentó de campaña la salud pública, realmente desastrosa, en mi editorial de semana pasada especificamos  la situación de ambos hospitales y de los centros de salud, un gobierno que no tiene un catastro  en serio, y cada vez percibe menos pago de tasas, por dos motivos, el primero fruto de la recesión imperante en el país de los Kirchner y su socio local Daniel Molina, segundo porque la falta de confianza hace que el contribuyente no pague impuestos, al no ver su dinero retribuido en obras.

Un gobierno que prometió elecciones de delegados por el voto popular tres veces durante el mandato del actual alcalde. Y consiguió argumentos falaces para  desviar la atención y borrar lo escrito.

Un gobierno que evade la ley de responsabilidad fiscal, y nunca informa sobre sus números a la ciudadanía.

Un gobierno que tiene una imponente deuda con la Usina popular Cooperativa «Sebastián de María», con la Universidad de Quequén, y fundamentalmente una enorme deuda social con la población. De 6000 planes sociales que disponía, solamente entrega unos mil, un gobierno que prometió reconstruir las casas del Plan Federal «Titanic» del barrio seis de Quequén, nunca lo hizo, mintió en la cara de la población, engañando a los propietarios de ese barrio.

Un gobierno que en su mandato introdujo en el estado seiscientas personas, algunas necesarias, la mayoría familiares o el amiguismo para pagar apoyos políticos.

Un gobierno que tiene en la justicia esperando resolución, el caso más escandaloso de muchos años en Necochea, el «campingate», donde se cambio la firma de los componentes de la firma Salasch  por el Grupo Trabajar, sin pasar por el Honorable Concejo Deliberante, situación que ha derivado en denuncias en la fiscalía de la doctora Analía Duarte, todavía durmiendo en los cajones a la espera de resolución,  habiendo  varios funcionarios comprometidos.

Un gobierno que destruyó el Frente Costero, comprometiéndose a  20 millones de pesos en inversiones, no consiguió un centavo, cayendo en el ridículo de anunciarnos que gestionaba un crédito del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), un organismo cuidadoso en la forma de otorgar dinero, justamente le iba a prestar a una municipalidad endeudada, un gobierno que dejó  un verano a medias en pleno corazón de la playa y situaciones poco transparentes  en las concesiones, tan poco  claras como la  situación de aquellos dólares olvidados debajo de una cama en un hotel playero, ligado a dirigentes cercanos con el pensamiento  de  la gestión Molina. Situación nunca aclarada.

Un gobierno que se jactó de un asesoramiento amplió de todos los profesionales del distrito para elaborar el proyecto del Frente Costero, y no recurrió jamás a la capacidad de nuestros arquitectos, ingenieros, contadores.

Un gobierno que tiene olor a «chiquero», con referencia a la situación de la playa de estacionamiento de camiones de Quequén, la denuncia habla de doble o triple facturación, un sumario interno realizado desde el área de Gobierno, mientras tanto en la playa de camiones reina la anarquía y el caos, con números que no dan, en un negocio donde la matemática simple indica que debería dar superávit, es cuestión de contar cada camión por diez pesos la estadía, sumarlos mensuales, deducir gastos y puntos. No se necesita economistas de Harvard para tener claridad en el tema.

Un gobierno comunal que nos anuncia con su socios K, obras y millones antes de cada elección. Se abren sobres, se pasean maquetas por los diferentes lugares pero el poncho no aparece. ¿Estaremos otra vez ante una estafa a la ciudadanía que cree y espera..? Esperemos que no, y que esta vez la compañía política  de anuncios y promesas compuesta por  los socios Julio De Vido, Daniel Molina, Néstor Kirchner, como figuras principales, no queden solamente en eso. Anuncios electores que volverán a  repetirse  en dos años más.

Un gobierno que ha bajado el presupuesto para las localidades del interior. En Juan N. Fernández recortó un 38 %, siendo de 129.000 pesos por 3000 habitantes, es decir, 43 $ por personas. En Claraz, presupuesto de 43.000 pesos, dividido por 800 personas, 54 pesos por habitantes. La Dulce, presupuesto 183.400 pesos, dividido por 2.500 habitantes, da 73 pesos por personas. Ni hablar de Quequén, donde se le hace imposible al  habitante tener los números que la localidad debe percibir en concepto de coparticipación.

Un gobierno que impidió, y nos ha hecho perder seis años, de contar con un Polideportivo frente a la Terminal, prometiendo reemplazarlo por obras propias. Conclusión, ratas, pastos, una imagen espantosa justo en el ingreso y egreso de la ciudad.-

!!!Vergonzoso!!!

Lo sucedido en la localidad de Claraz, dándoles leche vencida a chicos y ancianos. Afirmado por la misma médica de la Unidad Sanitaria de aquel lugar, añadiendo que «Bromatología me dijo que la diera…que no pasaba nada…no tuvimos síntomas de vómitos o diarrea..»

!!!Vergonzoso!!!

Tan penoso como el comunicado de prensa desde el área salud del municipio, culpando a quien pasara por la vereda ,sin asumir las propias. Apremiando con un sumario interno a los responsables, haciendo respuestas enérgicas para la tribuna, pero escasamente convincentes.

No tienen que hacer sumarios internos, los responsables son los de más altos rangos, a mayor nivel mayores responsabilidades. Alguien debería renunciar, y esto no es tener «mala leche» de mi parte. La única mala leche es la que le  dan a chicos y ancianos en Claraz.

Sumado a esto un grado de soberbia bastante elevado.

Esa soberbia que aumenta en los más incapaces, como para cubrir con una capa metálica los hechos cotidianos. La soberbia es pretender saber uno sólo más que todos juntos, o seguir sin querer ver y escuchar lo que  ocurre.

Al igual que la leche de Claraz, la administración del alcalde  tiene fecha de vencimiento, aunque parece haber entrado en mayor descomposición que los productos lácteos.