El vector del dengue fue detectado en la Villa de Loma Negra, de acuerdo a lo confirmado a El Eco de Tandil por el director de Zoonosis Rurales. El especialista recomendó intensificar medidas preventivas, aunque descartó la eficacia de una fumigación masiva.
El director de Zoonosis Rural, doctor Jorge Bolpe, confirmó ayer a Multimedios El Eco que el mosquito Aedes Aegypti fue detectado en las últimas horas a unos 15 kilómetros de Olavarría, en la villa de Loma Negra, en tanto que ayer se realizaron estudios sobre muestras remitidas desde Tandil y el resultado fue negativo.
El funcionario -dependiente del Ministerio de Salud de la Provincia- hizo referencia a la epidemia existente en varias provincias del norte del país, como Chaco, Formosa, Salta, Catamarca y algún punto de Tucumán, «lo que produce miles de casos de dengue como ocurre en una situación epidémica».
El especialista explicó que «el problema es que los municipios que tengan el mosquito tienen un riesgo adicional, porque de venir personas enfermas se podría generar una situación de transmisión epidémica en aquellos lugares donde está el vector».
Consultado durante el magazine televiso «La Ciudad», Bolpe dijo que «la última detección que tenemos más al sur es el Municipio de Olavarría, en un lugar puntual en el que en este momento está trabajando el Municipio para determinar el grado de detección que tiene la infestación por este mosquito».
El hallazgo se dio «en un barrio de la Villa Loma Negra, donde hay intenso tráfico de camiones por las fábricas que hay en el lugar».
Jorge Bolpe explicó que el Aedes Aegypti «viaja en todo el mundo pegado a distintos elementos que transporta el hombre».
El profesional aclaró que «las larvas están en un medio acuático y sería muy difícil que se llevara un florero con agua de un lugar a otro, por ejemplo».
Por otra parte, «el mosquito vivo no vuela más de 100 a 200 metros, buscando un lugar donde poner sus huevos. Lo que sí se pueden trasladar son los huevos del mosquito, pegados en algún recipiente que puede contener agua».
Acotó que «el recipiente que más se ha movido en el mundo son las cubiertas en desuso» y que los huevos «pueden resistir heladas y temperaturas extremas durante más de un año. En el momento en que se instala en un lugar donde se acumula agua dentro de la cubierta puede generar todo el ciclo y la proliferación de mosquitos». (EL ECO)
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