lunes, noviembre 25, 2024

Locales

El asesino Martín Ríos irá a juicio por el crimen de Alfredo Marcenac

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Por Mónica Bouyssede y Adrián Marcenac padres de Alfredo

La Jueza María Fontbona de Pombo, dictó el auto de elevación a juicio para el asesino Martín Ríos, quien mató a balazos a nuestro hijo Alfredo MARCENAC, el 6 de julio de 2006, mientras caminaba con sus amigos por la calle Cabildo en la ciudad de Buenos Aires.

El mismo asesino que «jugó a matar» otras cuatro veces antes de disparar contra Alfredo y contra un grupo de personas aquella tarde de muerte en Buenos Aires. Desde ese entonces, como ocurre a muchas víctimas de nuestro país, hemos sufrido las idas y venidas de un sistema judicial que deja mucho que desear en nuestro país. Hemos tenido que tolerar no sólo que, la familia del asesino y sus abogados hayan tratado de justificarlo diciendo que es «un pobre enfermo que se siente desvalorizado y perseguido» lo cual lo desresponsabiliza y LOS desresponsabiliza, sino que en base a las pericias (¿o impericias?) de algunos peritos médicos del Cuerpo Médico Forense (CMF), los fiscales de la causa le dictaran el sobreseimiento!! al asesino, con la justificación de que no comprendía lo que hacía.

Finalmente, después de tanta agonía,  no sólo por la tristeza que provoca saber que Alfredo ha sido privado cruelmente de su vida, sino por las increíbles cuestiones que ya mencionamos, ha primado la cordura y el 13 de marzo pasado la Jueza María Fontbona de Pombo resolvió la elevación a juicio, declarando formalmente clausurada la etapa sumarial y no haciendo lugar al pedido de sobreseimiento solicitado por la defensa, con el siguiente dictamen para el imputado:

«HOMICIDIO AGRAVADO POR HABER SIDO COMETIDO POR PLACER» en perjuicio de Alfredo MARCENAC.

«HOMICIDIO AGRAVADO POR HABER SIDO COMETIDO POR PLACER  en grado de tentativa reiterado» en once ocasiones.

«Portación ilegítima de arma de guerra» en cuatro ocasiones.

Entre los fundamentos de su decisión señala que  «…considero que las pruebas colectadas durante la presente instrucción, resultan ser por demás suficientes para determinar el arribo de los presentes actuados a la etapa de debate, pues se ha acreditado la intervención del imputado en la comisión de los hechos ilícitos y, en tal sentido, se ha corroborado que el encausado pudo comprender la antijuridicidad de su accionar y dirigir su conducta conforme a esa comprensión».

La Dra. Pombo además, cuestiona el informe pericial emitido por los psiquiatras del CMF que en su momento expresaron que «… como el paciente no habla… nos vemos obligados a deducir… una motivación patológica, en ausencia de otos elementos en los cuales basar la psicogénesis delictiva…». Expresa la Jueza que los profesionales médicos reemplazaron una conclusión científica sustentada en síntomas y elementos reales valorables, por un razonamiento abstracto, lógico, que eligen subjetivamente orientar en el sentido que lo hacen.

En relación a la forma de actuar de Ríos luego de los hechos que se le imputan dice que del análisis de los hechos surge que «…el imputado siempre se dio a la fuga del lugar de los distintos hechos, ya sea en bicicleta o a pie, logrando su finalidad de evitar ser aprehendido por persona alguna, actitud que conformaría las aseveraciones de que aquél claramente no tuvo afectadas sus facultades mentales y que, de acuerdo a ese proceder conductual, la exteriorización de su voluntad ha sido organizada» . Concluye señalando que dado que no han variado las circunstancias al ordenar la medida al disponer el procesamiento, corresponde que Ríos enfrente el juicio oral con la medida cautelar de la prisión preventiva.

Debemos decir que a pesar del sistema, la Jueza Fontbona de Pombo pudo, desde el principio de esta causa y muchas veces en soledad, defender los derechos de Alfredo MARCENAC y de nuestra familia, en el marco que establece la ley. Así queda demostrado que los jueces, fiscales y cuerpo médico de la justicia tienen la posibilidad de ser eficientes o ineficientes. No es una cuestión del sistema sino de quienes se desempeñan en él.

Aún queda un camino por recorrer para llegar al final del juicio. Sabemos que nada nos devolverá a Alfredo, nuestro hijo. Tampoco queremos venganza ni la pena de muerte para el asesino. Sólo queremos y pedimos que la justicia defienda la vida de las víctimas, como nuestro hijo Alfredo y tantos otros ciudadanos de nuestro país. Sólo así se cumplirá esa frase tantas veces escrita en los expedientes judiciales «será justicia».