¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. Mateo 7:5
Por Horacio Castelli
Alguien de «una» ciudad en las últimas horas criticó la postura de un dirigente que intenta zanjar una diferencia poniéndose como solución en un conflicto que parece no tener fin y que afecta a una de las empresas más grandes del distrito.
A «ese» alguien le cabe muy bien la frase de Mateo porque expresó hace unos días que «si se concreta la idea (del dirigente) se estaría falseando la voluntad del voto de los asociados.»
Mientras tanto «ese» alguien tiene en su grupo de trabajo directo, personas que se presentaron ante el electorado del «distrito» como concejales y luego pidieron licencia para ocupar cargos ejecutivos.
No fueron dos, ni tres. Son varias las personas que cambiaron el lugar para el que fueron elegidos; por otro que la gente no votó, porque durante la campaña electoral de «ese» distrito los candidatos nunca informaron de su posible cambio de funciones.
Esta historia tiene varios capítulos y parece ser que tendrá algunos más antes que termine el año.
Por ejemplo, parece que la historia de los funcionarios tendrá algunos retoques en el guión del ejecutivo municipal de «ese» distrito.
El Director de Seguridad Pública pasará a desempeñarse como Secretario de Gobierno; el Secretario de Gobierno se tomará una laaarga licencia; el Director de Gobierno pasará a desempeñar funciones como Secretario Privado de «ese» alguien y el Secretario Privado…
Pero no todo terminaría allí, seguiría modificándose la voluntad de los electores porque quién fue elegido para conducir los destinos administrativos de «ese» distrito se iría a cobijar en un mullido sillón de legislador provincial.
Esta historia continuará…