Material enviado por el Lic. Jorge Mancuso
Los motivos por los cuales el consumo de energía significa un dolor de cabeza para miles de usuarios bonaerenses. Lo poco que puede hacer el gobierno provincial al respecto, las medidas que se estudian, y el reparto territorial de las distribuidoras. Dónde y por qué la electricidad vale más.
Está calentito el verano. Y si es necesario someterse a extensos períodos de furioso ventilador o regocijante aire acondicionado, a veces se hace imperioso buscar más aire fresco cuando llega la boleta de la luz con el nuevo tarifario. Ni hablar si hubo un exceso en el gasto respecto al año testigo, con lo cual el incremento se eleva por la aplicación del Programa de Uso Racional de la Energía Eléctrica (PUREE).
La situación, que afecta a miles de usuarios en la provincia de Buenos Aires preocupa al gobierno bonaerense, actualmente en la búsqueda de una salida para morigerar las alzas. Pero su intervención puede ejercerse solamente sobre las distribuidoras que están bajo la tutela provincial, abastecedoras del interior provincial. No así sobre los usuarios de Edenor, Edesur y Edelap, que suministran el servicio al área más poblada. Estas empresas reportan solamente al ministerio de Planificación Federal de la Nación , y es el Estado Nacional el único que puede intervenir al respecto.
¿Por qué la provincia no puede llevar adelante una acción en conjunto que llegue a beneficiar a todos sus ciudadanos?, ¿Cuáles son las razones que llevan a un incremento tan importante de la luz?, ¿Cómo es la situación de los usuarios de cooperativas eléctricas?, ¿Luján es un hecho aislado o el primero de los distritos donde estalló un problema que se ha vuelto como un boomerang para las autoridades?. Las respuestas deben empezar a buscarse en el entramado de un sistema eléctrico complejo, donde intervienen muchísimos actores. Solamente en la provincia de Buenos Aires hay seis compañías distribuidoras, sin contar las cooperativas eléctricas que abastecen a más de 200 comunidades.
No toda la responsabilidad debe buscarse en el aumento de consumo de muchos usuarios, ni el principal culpable es el PUREE. Hubo, de hecho, un considerable incremento del kilovatio (Kw), potenciado por una quita en los subsidios con los que el Estado solventaba el sistema. El gobierno nacional ha decidido bajar subsidios a las empresas prestatarias de servicios en momentos donde suben los insumos, y el costo se traslada a los usuarios. La luz y el transporte son los primeros servicios en los cuales se nota el cambio.
Malas lenguas aseguran que la política de retirar las ayudas financieras para contener tarifas tiene directa vinculación a la necesidad de contar con dinero para el plan de obras públicas. Oficialmente se dice que «todo apunta a sincerar el sistema».
Se asegura que no son las compañías distribuidoras quienes se quedan con el beneficio de estos aumentos. Ni siquiera verían engordar sus arcas las transportadoras y generadoras. Parece que la gran porción de la torta se la llevan los proveedores de combustibles fósiles. El uso de petróleo hizo subir el el costo de producción del mercado eléctrico mayorista. ¿La mejor tajada se la llevan PEDEVESA, YPF y demás suministradoras de insumos?
Entendidos en la materia atribuyen a la diversificación del mercado una razón que complica aún más las cosas. En el sistema de compensaciones debieran colocarse también los motivos por los cuales las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa fe -las de mayor consumo- sean las que tengan el servicio más caro. «Se debe a que menos reciben por fondos subsidiarios», explican los conocedores de la materia.
Un sistema integrado y manejado por el Estado es, para muchos, la única salida para que todos los usuarios paguen lo mismo. Pero se reconoce que se está muy lejos de ello.
Cómo funciona el sistema
La Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), es la que cobra un valor fijo por Kilovatio (determinado por el Estado nacional). a las distribuidoras Pero estas tienen otro precio por el Kw, con un cuadro tarifario diferente para cada empresa. Ese cuadro lo define el Ente Regulador Nacional de Energía en el caso de las prestatarias nacionales, y el Ministerio de Infraestructura en el caso de las provinciales. Por ello, el valor del Kw varía de una empresa a otra.
El conurbano norte lo tiene Edenor, el conurbano sur Edesur, y La Plata con su zona de influencia Edelap. Son tres empresas de jurisdicción nacional que tratan directamente con el ministerio de Planificación Federal. Su servicio está apenas por debajo de las empresas de jurisdicción provincial. En tanto, el interior se lo dividen Edes (sur), Eden (Norte y noroeste) y Edea (costa atlántica y centro). De ellas, el kilovatio más caro corresponde a Eden, le sigue Edes y por último está Edea, aunque la diferencia entre una y otra apenas supera un centavo.
Estas empresas provinciales tuvieron autorización para un aumento entre el 3 y el 70 por ciento, de acuerdo al consumo de los usuarios. Así, aquellos que se mantienen entre los 0 y 500 Kw / mes sufren un alza del 3%; entre 500 y 700, 18%; de 700 a 1400, 35%; y más de 1400 Kw/m, 70% de incremento. Mientras tanto, el cuadro tarifario de una nacional como Edelap va de 0% para la escala más baja hasta el 400 % para la más alta (el cuadro discriminatorio es más amplio y llega a consumidores de más de 1800 kwt por bimestre.
Según datos de la Dirección Provincial de Energía, el 97 por ciento de los usuarios bonaerenses está en la escala más baja de consumo, hasta los 500 kwt. Sin embargo, hay una notoria suba en la utilización de energía eléctrica a partir de las fuertes temperaturas con que se despachó la primavera y el verano. Esto lleva a que muchos se hayan pasado del límite y hayan hecho andar el medidor a más velocidad que en 2003, año testigo con el cual se compara el consumo actual (se toma igual mes pero no del año anterior sino de 2003).
Allí es donde entra a tallar el PUREE, el sistema que premia a quienes ahorran y castiga con el doble del costo los excesos. Es decir que si hay un excedente de 10 kwt el usuario pagará por 20, y a la tarifa fijada para la franja de consumo en la cual haya quedado. Otra razón del tarifazo recibido por miles -y que llegaría a otros miles- es que los impuestos se cobran porcentualmente sobre el valor del consumo. La boleta de luz se compone del gasto de Kw, más el Valor Agregado del Distribuidor (VAD) que es el cobro de servicio de la empresa. A ese monto se deben agregar una serie de impuestos que se cobran porcentualmente, excepto uno de cinco pesos fijos determinado por la provincia.
Cooperativas y caso testigo
Las cooperativas eléctricas son un fenómeno extendido en la provincia, y decenas de distritos tienen este sistema de distribución de la energía. La mayoría de ellas toma el suministro que otorga la prestataria provincial correspondiente a la zona donde se encuentre el municipio (sólo unas pocas son compradoras directas a la Cámara de Distribución), y el precio del kw es el mismo de esa prestataria. Por ejemplo, la Cooperativa Eléctrica de Tornquist tiene el mismo precio que Edes, la de Las Flores que Edea y la de Pehuajó que Eden. Sin embargo, el servicio de las cooperativas suele ser más caro.
Se debe a que en la boleta se añaden otros servicios y, en muchos casos, hasta la municipalidad cuela pequeñas tasas o contribuciones, como podrían ser fondos para el cuerpo de bomberos voluntarios o servicios de seguridad social, sepelios, etc.
En medio de reclamos desde diversos puntos de la provincia (muchos en el Conurbano), estalló una comunidad indignada con su cooperativa eléctrica. Se trata de Luján, donde hasta la propia intendenta Graciela Rosso se quejó porque «las boletas están muy infladas». La cantidad de usuarios que recibió desmedidos volúmenes de costo alertó no sólo a la comuna, sino a las autoridades provinciales.
El Director de Energía, Néstor Callegari, y autoridades del Organismo de Control de Energía Eléctrica (OCEBA) se acercaron al municipio. Lo primero que constataron es que «la facturación está, en principio, bien realizada». Si bien se estudiará caso por caso, no parece haber errores. La segunda comprobación fue que «se nota un incremento importante del consumo», que hizo pasar a muchos de categoría y los llevó al castigo del PUREE. Incluso, la cooperativa mandó una nota a los usuarios exhortándolos a bajar el consumo. Mientras las autoridades municipales se quejan por una supuesta mala aplicación del IVA, el caso de Luján alertó al gobierno provincial.
El caso podría repetirse en breve en otros distritos, y el costo político comenzaría a ser alto. Es por eso que la provincia negocia con Nación una reducción en la aplicación del PUREE (no puede hacerlo sobre el valor del Kwt). Apunta fundamentalmente a los sectores humildes y a las zonas donde se ha declarado la emergencia agropecuaria. Aunque si lo logra sólo será para las regiones en las que operan Edes, Eden y Edea y las cooperativas satélites. No donde distribuyen Edelap, Edenor y Edesur, con quienes sólo puede negociar el Gobierno federal.
Como fuere, la provincia se encuentra bastante atada para resolver el caso. En su momento, el reparto del sistema eléctrico la ha dejado sin voz ni voto sobre acciones que toman compañías que operan en su territorio. La cuestión de fondo, no parece fácil de solucionar, ni estaría la voluntad de hacerlo por parte de las autoridades nacionales. (Fuente: La Tecla)