Por Miguel Abálsamo
Horacio Tellechea sabe que la tolerancia es la religión del sabio. el ex titular de deportes, hoy elogiado por muchos que ayer no le profesaban ese amor, mide sus tiempos, piensa su movida y como buen tiempista acomoda el cronómetro de su historia en el momento justo. Hoy es el gran » requerido…»
Cuando asumió la Dirección de Deportes de la comuna en el año 2003, sabíamos de su sencillez y hombría de bien, conocíamos de su trabajo, el verdadero capital que nunca se pierde ni quiebra. Era su fortaleza. Faltaba probarse el traje de funcionario. Todo un desafío.
Tuvo pasta, agallas y creatividad. Sobrevoló las tonterías mentales de los especuladores y sorteó escollos que a veces del propio riñón del poder pretendieron colocarle. Por celos, envidias o diferencias de conceptos.
Horacio Tellechea asumió, trabajó, venció y se fue por la puerta grande en el momento justo, ante la consideración positiva de gran parte de la comunidad. Para muchos el mejor funcionario con que contó la administración del alcalde Molina.
Se dice que al perder la ilusión no se olvida la esperanza y suele encontrarse la verdad.
Horacio en sus caminatas, en sus paseos por el verde paisaje, en la soledad de un libro y una reflexión, rápidamente recobró la ilusión, renovó su esperanza y se aferró a las verdades.
Aquel joven inexperimentado lleno de ideas que desembarcó a la función pública, terminó siendo ese joven experimentado lleno de ideas que dejó la función pública y abrió pasó a convertirse en una pieza importante de una generación de recambio que asoma en la vida política del distrito.
Hoy es Horacio, el «requerido». Como diría el poeta Horacio Ferrer » amado por los unos y por los otros..» falta don Astor Piazzolla colocando la magia de su música en este «verano no porteño «.
Ha llegado la hora de proteger al joven Horacio Tellechea. Recubrirlo de aquellos que comenzaron a «requerirlo», y le exigen definiciones. Horacio debería contestar..» vísteme despacio que estoy apurado», al estilo Napoleón.
Detrás de su prestigio muchos pretenden colar en el tren que conduce a octubre del 2009.Quieren hacerle jugar en una noche de Casino todas las fichas que obtuvo en cinco años de funcionario.
¿Correligionarios que lo quieren bien o correligionarios que lo quieren mal?… esta es la cuestión.
El doctor Alberto Esnaola jugó una pieza de ajedrez incorrecta. Un dirigente de estrategia que no juega a los dados , en esta oportunidad le faltó cintura y talento político. Luego de una charla informal como tantas que tienen tantos en este verano mate por medio, decidió apurarle definiciones a través de la prensa. Error. Creo que el diputado nacional doctor Pedro Azcoiti y el propio Daniel Molina no desconocían esa charla que Esnaola iba a tener. Aventuro a afirmar, fueron parte de un esquema programado, señal de debilidad del radicalismo que se quedó sin figuras y apuro por cerrar lista en Necochea para que cada uno luego haga su juego en la quinta sección electoral y en la provincia de Buenos Aires. Anclar al ex titular de deportes como cabeza de lista de concejales y los tradicionalistas repetidores de puestos legislativos, tengan camino abierto para jugar el otro partido .
Horacio Tellechea no es furgón de cola de un proyecto sino es la locomotora que puede comenzar a impulsarlo. Es una nimiedad ofrecer en una conversación informal y privada una candidatura y hacerla pública a la mañana siguiente. En la pequeñez de pensar en un partido político, cuando la sociedad del distrito de Necochea espera gestos superadores y no meras coyunturas electorales no exentas de ventas marketineras.
Quieren colocar a Tellechea en una comedia de enredos de una interna del radicalismo, cuando se ha convertido en un actor principal para encabezar la cartelera de temporada y unirse a los mejores actores, vengan de donde vengan, para cambiar el destino de un distrito que da pena cada día y que nos termina de doler a todos en el estado en que se encuentra.
Es una hora clave para la aparición de treintañero y cuarentones .Los jóvenes dirigentes de nuestra ciudad , pergeñando una política por los próximos veinte años. Dejando de lado el «caudillismo» de momento para convertirse en estadistas.
Allí estará la clave del futuro del distrito.
Primera prueba este año cuando la renovación legislativa y luego la intendencia.
Con proyectos claros y cuestiones de estado que unan por sobre las diferencias, y conformar un esquema de hombres y mujeres que sin perder identidades sean capaces de anteponer primero el distrito, luego los partidos políticos, por último los hombres.
Sólo los espíritus vulgares no tienen destino.
Horacio Tellechea deberá ser capaz de sobrevolar las cuestiones internas desgastantes, para ser un engranaje de un gran movimiento político, social y cultural, que pueda dar respuestas a la hora del momento, convocando y seduciendo a la gran empresa de todos los necochenses.
¿Será capaz de desatar ataduras mentales y escaparle al microclima agobiante que le querrá imponer el radicalismo para convocar y ser convocado en un proyecto integrador de ciudad?
Deberá comprender que todos habitamos el mismo cielo pero cada uno perfila diferentes horizontes.
No sólo Horacio Tellechea tendrá esta responsabilidad al haberse constituido en este presente en un referente importante de nuestra sociedad, otros dirigentes tienen igual compromiso, algunos con menor o mayor experiencia.
¿Tendrán la audacia para convocarse en un proyecto superador, que incluya sus propios partidos políticos en un gran frente necochenses, o miles de ciudadanos deberán seguir esperando resignados que nada cambie, o cambie algo para que nada cambie?
Tengo la intuición, que algo puede comenzar a parirse en Necochea, con sintonías en común, generaciones parecidas y sueños compartidos.
Donde el 2009 no se convierta en el fin sino en el comienzo de un vuelo que nos transporte seriamente en un proyecto para veinte años. Además de ponerle un ojo a las próximas elecciones pensemos en las próximas generaciones.
Recordando que el éxito es un hijo de la audacia. Esperemos que muchos dirigentes puedan unirse con audacia, transitar los mismos senderos y encontrar los caminos adecuados en esta nueva realidad.