Lic. Prof. Boris A. Stankievich
A pesar de que la actividad relacionada con el turismo salud en la provincia de Buenos Aires tiene una rica historia que excede la centuria, en materia de regulaciones, estudios científicos vinculados a la terapéutica y planificación integral, está casi todo por hacerse.
Es bueno admitirlo; otros han tomado la delantera. Y posiblemente el modelo más cercano a ser tenido en cuenta es el de la Provincia de Entre Ríos, que en poco más de diez años ha desarrollado un modelo sustentable (perfectible seguramente), que busca optimizar la explotación racional del recurso termal.
Sin duda es necesario, por caso, generar una autoridad especifica de aplicación, avanzar en normativas especificas en pro de un mejor desempeño de la actividad, regular la cantidad y densidad de las perforaciones que buscan captar el recurso termal, impulsar estudios que permitan optimizar las inversiones que se hagan en el rubro.
Recorriendo la geografía bonaerense es posible observar que al desarrollo del turismo termal, en sus lugares más tradicionales (Pedro Luro, Carhué) se van agregando otros que sin una relación inmediata en cuanto a lo geológico, se presentan como alternativas muy bien posicionadas, ya que sus emplazamientos las favorecen en otros aspectos.
Días atrás una serie de actos en Río Hondo y Buenos Aires convocaron a los protagonistas de la actividad, generándose una serie de ricos debates sobre el tema. Entre otros frutos, se acordó impulsar la creación de un grupo de estudios biotermales y una asociación de especialistas en el tema.
Esto es un paso adelante, pero es necesario que los legisladores “se metan al agua”, es decir se interioricen, investiguen y promuevan la generación de normativas que ordenen el desarrollo del sector, ya que el avance registrado en el número de complejos termales, la necesidad de contar con una legislación y un marco adecuado para esas inversiones, la importancia de trabajar en una estrategia de desarrollo y crecimiento desde el punto de vista turístico, el valor de aumentar el conocimiento científico sobre el recurso y evitar cualquier posibilidad de contaminación, hacen que sea de interés de la gestión provincial, modernizar la normativa relacionada a la regulación del elemento en sus distintas facetas.