El XXXVI Congreso Extraordinario de
En este contexto, el debate de los congresales de las filiales regionales exhibió que los magros salarios de los trabajadores de prensa contrasta con las incalculables ganancias que acrecientan día tras día el capital de los empresarios periodísticos.
El escenario es el mismo, tanto en medios privados como públicos, aunque en el caso del Estado hay una responsabilidad aún mayor: además de ser patronal del sector y no cumplir con su función de policía del trabajo, contribuye a incrementar las ganancias patronales con recursos públicos que distribuye con total discrecionalidad.
Al argumentar el proyecto que luego se transformaría en el Estatuto del Periodista Profesional, Perón expuso hace 60 años un concepto que tiene plena vigencia: “el panorama que nos ofrecía la prensa mostraba el contraste tremendo entre empresas demasiado ricas con periodistas demasiado pobres”. Seguramente utilizaba el pretérito porque pensaba que en pocos años la situación habría sido revertida.
Los trabajadores de prensa no rechazamos la publicidad oficial, solamente demandamos que no puede ser en exclusivo beneficio patronal, sino de todos los que contribuyen con su esfuerzo fecundo al engrandecimiento de nuestra prensa.
Contra los salarios de prensa conspiran hoy, y desde hace muchos años, la injusta distribución de la riqueza y un altísimo costo de vida que aumenta en forma permanente por obra de la inflación, y con un impacto mayor en las zonas más desfavorables. A ello se suma la reticencia de las cámaras a poner en funcionamiento la unidad negociadora en el ámbito de la paritaria nacional y la falta de voluntad política para resolver una cuestión que deja a nuestro sector entre los más postergados del mundo laboral nacional.
No puede haber libertad de prensa si los periodistas ejercen su profesión en un entorno de corrupción, pobreza y temor. Pagar bajos salarios, violar los convenios colectivos y negarse a la negociación con los trabajadores también es violentar la libertad de expresión.
Los congresales de
Por todo lo expuesto, el XXXVI Congreso Extraordinario de
Que los estados nacional y provinciales, convertidos en autoridad de aplicación laboral, aseguren jurídicamente las relaciones, las obligaciones, los derechos y las garantías para todos los que trabajan.
Que nadie quede librado a manejos discrecionales por parte del que contrata o del que paga y, de este modo, se suprimirá el factor principal de disociación, desorden y abuso.
Necochea, 15 de marzo de 2008