domingo, diciembre 22, 2024

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VIALIDAD: 8.000 km. de rutas provinciales están sin señalizar

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Por Damián Rodera

Hasta poco antes de la crisis de 2001 el robo de carteles de tránsito era casi artesanal: con un par de herramientas, el interesado quitaba uno por uno los tornillos de los postes, se cargaba la chapa al hombro, y a pie o en bicicleta seguía su camino. El uso del metal variaba: se vendía por unos pocos pesos, se usaba para reforzar el techo de una vivienda precaria, podía integrarse a una colección extravagante, o –hay casos detectados- emplearse como “parche” para reparar autos de carrera.


La actividad se “profesionalizó” cuando por efecto de la devaluación del peso se incrementó el valor de los metales. Los carteles de tránsito –fabricados en aluminio- se convirtieron en un ambicionado botín que se vendía fácilmente en cualquier acopio del rubro. Por un kilo de aluminio hoy se pagan alrededor de 4 pesos.

Los robos constantes obligaron a cambiar el aluminio por chapa galvanizada, aunque los carteles siguen siendo negocio. Llaves y pinzas fueron reemplazadas por modernas motosierras. Ahora se cortan directamente los postes, y las chapas son apiladas en camionetas que llegan a recorrer cientos de kilómetros “levantando” carteles de las banquinas. Se calcula que para que una señal permanezca en su sitio se necesitarán en promedio dos reemplazos.

Sin recursos

La situación se repite en toda la provincia. Y si a esto se suma el magro presupuesto que el gobierno bonaerense destina a señalización, se explica por qué sobre un total de 10.650 kilómetros de rutas provinciales pavimentadas hay 8.000 kilómetros (el 75 por ciento) sin carteles y sin líneas demarcatorias.

Así lo admitieron fuentes de la Dirección de Vialidad provincial y aclararon que este dato no contempla los casi 26 mil kilómetros de caminos de tierra que también dependen de la provincia. Retorcidos, oxidados, los carteles que todavía sobreviven en estos caminos polvorientos son verdaderas piezas de museo.

Gustavo Brambati, jefe de Seguridad Vial de Cesvi Argentina, explicó la importancia de las señales de tránsito. “Para el conductor es información fundamental porque le permite anticipar sus maniobras, especialmente de noche. Un cruce peligroso, una curva cerrada, es información muchas veces decisiva para evitar accidentes”.

Técnicos de Vialidad estiman que una señalización mínima de estos 8 mil kilómetros de rutas demandaría una inversión cercana a los 215 millones de pesos, entre señales verticales (cartelería) y horizontales (pintura sobre pavimento).

Buscando paliar este y otros déficits, ese organismo provincial solicitó para este año un presupuesto total de 1000 millones de pesos. La Ley de Presupuesto que, a pedido del gobierno de Daniel Scioli, votaron los legisladores bonaerenses en diciembre pasado le adjudicó a Vialidad 726.245.200 pesos, un monto similar al de 2007. Aunque sólo un 5 por ciento de ese total (36 millones) podrá usarse para señalización. Entre otras cosas. Porque con ese mínimo porcentaje deberán pagarse también durante todo el año obras menores como rellenos, bacheos, luminarias, parquización, controladores de semáforo. Es decir, que aún destinando esos 36 millones sólo a señales de tránsito estarían faltando otros 179 millones para cubrir las necesidades mínimas de señalización que hacen falta en las rutas provinciales por las que a diario transitan miles de argentinos.

Roberto Moya, representante de Vialidad ante el Consejo Provincial de Seguridad Vial, indicó que las únicas rutas bonaerenses bien señalizadas son la 2 y la 11, ambas concesionadas. Es que –aunque no siempre lo hagan del modo ideal- las empresas concesionarias están obligadas por contrato a mantener la cartelería en condiciones. Para ello, cuentan con los millonarios ingresos que recaudan con el cobro de peajes.

El funcionario explicó que también las rutas 63 y 71 (esta última en el tramo Pinamar-Las Armas) cuentan con una correcta señalización: en ambos casos, los recursos provienen del peaje de la ruta 11.

Alambre y voluntad

La escasez de recursos no sólo se materializa en la falta de señales. Los materiales que se emplean para la construcción de carteles son cada vez más baratos (se usa el denominado “papel grado de ingeniería” que no tiene la calidad recomendable). Para demarcar rutas no sólo se usa la pintura menos resistente sino que a veces hasta se la diluye en agua para que rinda más, según admitieron en varias de las 12 jefaturas que Vialidad tiene en la provincia. Además, la falta de financiamiento ha vuelto recurrente el reemplazo de la cartelería vertical por la horizontal: la curva que antes se anunciaba en un cartel junto a la banquina ahora se pinta directamente en el asfalto.

“La señalización horizontal debería funcionar como un refuerzo de la vertical y nunca como reemplazo. El cartel en la banquina permite una percepción visual muy superior a la horizontal” explicó Brambati.

En Vialidad de Necochea aseguran que, en comparación con 2002, la señalización ha mejorado, pero el déficit sigue siendo importante. Sobre un total de 850 kilómetros de pavimento que tiene a su cargo esa jurisdicción, hay 600 donde faltan carteles y donde las rutas no están pintadas.

En la jefatura Junín –que abarca nueve partidos y más de 600 kilómetros de ruta- la situación dista de ser la ideal. Un relevamiento realizado en esa región hace 15 días reveló que en el tramo de la ruta 65 que atraviesa esa zona (165 kilómetros) se necesitaría aumentar el número de carteles en un 30 por ciento.

Misterio en el kilómetro 130

El mojón que marca el kilómetro 130 de la ruta 2, en el partido de Chascomús, debe reponerse una vez por semana. Como por arte de magia, ese pequeño cartel de metal desaparece sistemáticamente. En la zona se han ensayado distintas respuestas, desde sesudas explicaciones científicas hasta inquietantes historias protagonizadas por almas en pena. No obstante, el consenso general apunta a un burdel sin nombre legal conocido en la zona como “kilómetro 130”. Según explican los habitués, ese mojón es el trofeo predilecto de los clientes ocasionales, que para inmortalizar su paso por el lugar no dudan en alzarse con el cartelito.

Cada uno de estos “recuerdos” le cuesta al estado provincial entre 120 y 150 pesos, según la calidad del material y sin sumar los 30 pesos del poste de madera.

Pero además del robo, los daños a los carteles también obligan al recambio. “El año pasado el taller de Vialidad La Plata produjo 6500 carteles de todo tipo que fueron colocados en las rutas y ya no se notan, porque se los robaron o porque fueron destruidos en choques o sin ninguna razón”, dijo Roberto Moya.

Stickers, rayaduras o pintura son algunos de los daños más comunes que exhibe la escasa cartelería bonaerense. Aunque ninguno más tradicional que el disparo con armas de fuego; el blanco más elegido por los tiradores es la figura de vaca, la del cartel amarillo que previene de un eventual cruce de animales. Y se sospecha que muchos de estos impactos se realizan desde vehículos en movimiento.

Peso a peso

Los carteles de tránsito, fabricados con material especial para permitir su visibilidad por la noche, tienen un valor alto. Como Vialidad dispone de cuatro talleres en la provincia, y además emplea materiales más económicos, los precios son bastante inferiores a los de mercado. No obstante, cada cartel preventivo (el clásico amarillo) o los reglamentarios de velocidad le cuestan a la Provincia 300 pesos, más un poste de madera (60 pesos) por cada uno.

Los informativos, tanto de orientación como turísticos y de servicios, tienen un valor de 760 pesos, más dos postes de madera por unidad.

Pero lo más caro es la pintura: se necesitan 25 mil pesos para demarcar un kilómetro, con un producto de calidad que dura 5 años (otras más baratos tienen una vida útil de entre 6 meses y un año).

De los 215 millones de pesos que Vialidad estima serían necesarios para señalizar los 8 mil kilómetros de ruta mencionados, 200 se llevaría la pintura y los 15 restantes la cartelería. En este ítem, estarían faltando –sólo para alcanzar una señalización discreta- unos 10 mil mojones (1.500.000 pesos), 32 mil carteles preventivos (11.520.000), 2100 carteles informativos entre orientación y turísticos (1.800.000 pesos) y 1600 de velocidad (550 mil pesos)

Junín: Falta 30 % de carteles en la Ruta 65

En la jefatura Junín –que abarca nueve partidos y más de 600 kilómetros de ruta- la situación dista de ser la ideal. Un relevamiento realizado en esa región hace 15 días reveló que en el tramo de la ruta 65 que atraviesa esa zona (165 kilómetros) se necesitaría aumentar el número de carteles en un 30 por ciento. (LA VERDAD)