domingo, diciembre 22, 2024

Nacionales, Salud

SALUD: Los diez mitos médicos más populares desterrados por los investigadores

Sharing is caring!

Los mitos médicos son muy comunes. A veces, lo que las personas creen que saben sobre una enfermedad o su tratamiento puede tener un importante impacto en la forma en que la controlan, e incluso pueden dañar su salud.

Y cuando los mitos médicos comienzan a interferir con un control adecuado, es momento de reconciliarse con la realidad, explican los especialistas. Una forma de contrarrestar los malentendidos es brindándole a la gente información precisa y educación para ayudarles a cuidarse adecuadamente. Los investigadores médicos han tratado de explicar o desterrar ciertas creencias que circulan en la «medicina popular».

Uno de estos mitos se refiere a que «la saliva es un buen desinfectante». Y esta falsa idea tiene una base fundamental en la imitación animal. La saliva está compuesta en un 95% de su volumen por agua, el 5% restante lo integran sales minerales como iones de sodio, potasio, cloruro, bicarbonato y fosfatos.

Recientemente se han identificado también sustancias como la lisozima, que rompe las paredes celulares de las bacterias contenidas en los alimentos, protegiendo en parte a los dientes de las caries y de las infecciones.

Sin embargo, su poder bactericida es muy bajo y lo más probable es que la aplicación de saliva en las heridas favorezca el transporte de gérmenes más agresivos que aumenten el riesgo de infección de las mismas.

Entre las creencias más «simpáticas» figura la que afirma que » cortar el pelo hace que crezca más rápido y fuerte «.

Bueno, parece ser, según los que saben , que cortarlo solamente lo hace más corto y crece casi exactamente un centímetro por mes, «no importa qué haces o tomas». Además, el cabello es más grueso en la base que en el extremo y por ello cuando lo cortamos da la sensación que sale más fuerte.

Otra creencia muy difundida es que «la inyección es el tratamiento más rápido». En realidad, cada medicación tiene su vía específica de administración en el organismo.

Muchos pacientes frecuentemente piden inyecciones. Al respecto, explica la doctora Beena Kamath , «La mayoría del tiempo, las inyecciones no son necesarias, y más, pueden ser peligrosas (causar una infección por la piel).

Siempre hay medicina efectiva en forma de tabletas o jarabes que son más baratas y más seguras». Respecto a las enfermedades, está muy arraigada la idea de que el » Asma es psicológica».

Al respecto, explican los especialistas, «el factor psicológico juega un papel importante en todas las enfermedades crónicas, desencadenando o exacerbando las afecciones.

Esto no significa que el Asma sea una enfermedad psicológica pura, ya que necesita un terreno alérgico o no, que permita que el factor psicógeno entre otros, posibilite la aparición de las crisis».

Otro error muy común es creer que «para la gripe y los resfríos, lo mejor es el antibiótico».

Precisamente porque la gripe y el resfrío es una enfermedad viral , no tiene sentido la insistencia de muchos pacientes en recibir antibióticos: los antibióticos no matan los virus, sino que, como la propia etimología de la palabra indica, ‘matan bacterias’.

También está muy arraigado popularmente que «l as corrientes de aire producen los resfríos».

En realidad, explican los especialistas, » nadie se resfría por no llevar una chaqueta o un suéter cuando está fresco, por sentarse o quedarse dormido en un lugar con corriente de aire, o por salir con el pelo mojado».

Lo que sucede es que el frío baja nuestras defensas y los virus se aprovechan de eso. Pero si no hay virus (existen más de 100 tipos de rinovirus), no hay resfrío.

Incluso desde el embarazo ya surgen mitos. Como el que afirma que si el vientre de la futura mamá está bajo, es un niño, y si está alto, una niña. O que si la panza está en punta es varón y si es redonda es mujer; simplemente no es verdad.

La forma y altura del vientre están determinadas por el tono muscular y uterino y por la posición del bebé. Y una vez que nació el bebé, otra creencia, que hay que «tomar con pinzas». Es la que dice que amamantar es el mejor anticonceptivo.

Lo cierto es que el Método de la Lactancia (MELA), como se lo llama, sólo es válido, explica la Guía para el uso de métodos anticonceptivos del Ministerio de Salud de la Nación sí y sólo sí la lactancia es exclusiva y la madre amamanta fre-cuen-temen-te, tanto de día como de noche (no deben transcurrir más de seis horas entre mamada y mamada); si no se han reiniciado los períodos menstruales y si el bebé es menor de 6 meses de edad.

Las estadísticas indican que en los primeros 6 meses después del parto, su eficacia es del 98%. Pero, si no se respeta al pie de la letra los puntos anteriores, no se aceptan quejas.

Y quien no escuchó que «si uno se atraganta lo mejor es la miga de pan» . El atragantamiento, que se produce cuando un trozo de alimento o un cuerpo extraño se quedan atorados en la garganta o en la vía aérea, provoca cerca de 3.000 muertes al año, explica la NewYork-Presbyterian Hospital.

En estos casos, la técnica de primeros auxilios recomendada es La Maniobra de Heimlich (ver técnica), que consiste en una serie de empujones en el abdomen, por debajo del diafragma.

Este es el único método recomendado en la actualidad por la Cruz Roja Americana para despejar la vía aérea bloqueada en los adultos. En el caso de niños muy pequeños, una opción sería colocarlos boca abajo en nuestro antebrazo, aplicando con la otra mano unos golpes bruscos entre los omóplatos.

Maniobras como deglutir migas de pan es, en muchos casos, contraproducente afirman los especialistas.

Por último, una técnica clásica de primeros auxilios, pero que actualmente los médicos dicen que es inútil e incluso peligrosa es » c hupar el veneno de una mordedura de serpiente» .

Estas anticuadas actuaciones «hacen más mal que bien al retrasar el urgente cuidado médico, contaminando la herida y dañando los nervios y los vasos sanguíneos», comenta Robert Barish, un médico de emergencias de la Universidad de Maryland.

La víctima no debería sufrir ningún daño y ser transportado al centro médico más cercano, tan pronto como sea posible. Queda claro que no todo lo que se cree es cierto, por eso, lo mejor, siempre es consultar con el médico.