sábado, noviembre 23, 2024

Locales

SESENTA AÑOS DESPUÉS. LAS ENSEÑANZAS DEL PROCESO DE NUREMBERG

Sharing is caring!

null

Por: Hernán Uribe (especial para ARGENPRESS.info)*

El 30 de septiembre de 1946 se empezó a conocer el veredicto del Tribunal de Nuremberg que juzgó a una veintena de líderes nazis alemanes algunos de los cuales pagaron con sus vidas los horrendos crímenes que con Hitler a la cabeza cometieron durante más de dos décadas desde que alcanzaron el poder en 1933. La lectura de las condenas prosiguió el uno de octubre y con ello finalizó el juicio más célebre en la historia de la humanidad.

El tribunal estuvo compuesto por magistrados y fiscales de Gran Bretaña, Unión Soviética, Francia y Estados Unidos. Los 24 acusados tuvieron acceso a los derechos establecidos en disposiciones legales entonces mundialmente aceptadas. Contaron con abogados defensores elegidos por ellos, presentaron pruebas y testigos y hablaron personalmente ante los jueces. En los hechos se procesó a 23 personas, pues Martin Borman, uno de los lugartenientes de Hitler nunca fue encontrado, aunque sí fue juzgado en ausencia y sentenciado a muerte.

Robert Ley, jefe del área laboral hitleriana, se suicidó en su celda durante el juicio y quien fuera técnicamente el sucesor del führer (jefe), el mariscal del aire Hermann Goering, se mató también en prisión con una pastilla de cianuro, apenas supo del veredicto. De esa manera, de los 12 que debían morir, fueron ejecutados diez, un número menor sentenciado a prisión y tres resultaron absueltos.

Otros nazis prominentes enfrentaron la derrota en la segunda guerra mundial (SGM) con sus propias muertes. Adolf Hitler debió encabezar la nómina en Nuremberg (**) mas, como es conocido, se suicidó el 29 de abril de 1945 y su cadáver fue quemado. Transcurridas 48 horas, Joseph Goebbels, el ministro de Propaganda y hombre del círculo privado de su jefe, se envenenó junto con su esposa y sus seis hijos.

Heinrich Himmler, calificado como unos de los más siniestros miembros de la jerarquía nazi y jefe de la policía secreta del Estado, la GESTAPO, eligió asimismo auto eliminarse. El 21 de mayo de 1945, ya rendida Alemania, fue retenido en un puesto de control británico de Meinstedt. Vestido de civil, con un parche en uno ojo, Himmler estaba realmente irreconocible, pero lo perdió su mentalidad policíaca. Fue el único alemán que ese día presentó documentación, obviamente falsa. Apresado, dio a conocer su identidad y al día siguiente se mató con cianuro.

El proceso de Nuremberg tiene muchas singularidades. Posee dos aniversarios, según se tome la fecha de su inicio, octubre de 1945, o de su término el mismo mes de 1946. Durante ese año de batallar jurídico fueron celebradas 403 sesiones públicas, se oyó a 33 testigos citados por la acusación y a 61 convocados por la defensa. Otros 142 testigos presentaron declaraciones juradas por escrito. Se conoció alrededor de 200 mil pruebas en contra de los dirigentes nazis y las organizaciones que eran el sostén del régimen, como el Servicio de Seguridad (SS), la Gestapo y la Wehrmacht (Ejército). El sumario completo abarca 42 volúmenes de 27.104 páginas en las cuales el escrito de acusación ocupa 25.000 palabras y 100 mil el veredicto.

En la partida del juicio, el fiscal estadounidense, Robert Jackson, proclamó: “Alemania se convirtió en una inmensa cámara de torturas, los gritos de sus víctimas se oían en el mundo entero, estremeciendo a todos los pueblos civilizados. Soy uno de los que, en el curso de la guerra acogían estas historias con desconfianza y escepticismo. Pero las pruebas que aquí se presentaran serán espantosas y ni una sola de mis palabras podrá ser contradicha”.

Efectivamente, el veredicto de Nuremberg hizo y hará historia. Los siguientes fueron los condenados:

Kart Doenitz: comandante en jefe de la Marina de Guerra. Sucesor de Hitler en el efímero gobierno pos guerra. Diez años de prisión; Hans Frank, general de las SS (tropas de asalto hitleristas). Horca; Wilheim Frick: general SS- Horca; Walter Funk, consejero político de Hitler, miembro del Reichstag ( Parlamento). Cadena perpetua; Herman Goering: Horca; Rudof Hess_ cadena perpetua; Alfred Jodl, general de la Wehrmacht. Horca; Ernst Kaltenbruner, general de las SS. Horca; Wilheim Keitel, jefe del alto mando del ejército. Horca; Constantin von Neurath, general SS. Quince años; Erich Raeder, Gran Almirante. Perpetua; Joachimn von Ribbentrop, general SS y ministro. Horca; Alfred Rosenberg, general SS y “teórico” racista- Horca; Alfred Sauckel, general SS. Horca; Arthur Seyss-Inquart, general SS, ministro del Interior y canciller de Austria. Horca; Albert Speer, ministro de Armamentos del Reich. Veinte años; Julius Streicher, gauleiter de Franconia, director del periódico nazi ‘Der Stürmer’. Horca.

Todos y cada uno de estos personajes habían sido dueños de un poder temible y terrible; bajo su voluntad personal, decidieron la vida y la muerte de millones de seres humanos; fueron los dirigentes de un imperio efímero, pero muy poderoso que territorialmente incluía prácticamente a toda Europa continental y a parte de Africa. ¿Qué camino recorrieron para descender al papel de reos?

En 1933, al acceder a la Cancillería del Reich, Hitler enfatizó: “Dadme diez años y no podréis reconocer a Alemania”. En abril de 1945, tal vaticinio se materializaba a la inversa. La supuestamente invencible Alemania era ahora una nación semidestruida y vencida por los ejércitos de la URSS, Gran Bretaña y Estados Unidos.

La lección es doble, pues en pleno 2006 hay poderosos que recurren a la guerra como “solución”, instalan campos de concentración, cárceles ilegales, practican descaradamente la tortura y toman prisioneros en cualquier latitud. Es lamentable, pero Hitler tampoco ha sido olvidado.

**) La elección de Nuremberg como sede del juicio contra los criminales de guerra no fue casual. En esa ciudad de Baviera se elaboraron las llamada “Leyes de Nuremberg” que legalizaban un feroz racismo.

* Hernán Uribe es periodista y escritor chileno.

redaccion@argenpress.info
info@argenpress.info
COPYRIGHT 2002 – 2006 ARGENPRESS®
webmaster@argenpress.info