Chaco ya está sufriendo las consecuencias del desmonte: las inundaciones. En las localidades más afectadas -Charata, Las Breñas, General Pinedo, Gancedo, entre otras- las lluvias han superado, en algunos casos, los 400 milímetros en dos días.
Debido a ello, y a que toda la zona fue deforestada, hay cientos de personas evacuadas y más de 30 mil damnificados con distintos niveles de afectación.
Los bosques actúan como una esponja natural que absorbe el agua de las lluvias. Cuando son arrasados, el agua se acumula y la tierra se inunda.
Los efectos de la crisis climática no resisten más destrucción de bosques. Pero el gobernador Capitanich sigue promoviendo la deforestación en la provincia, para hacer lugar a la producción ganadera intensiva.
La deforestación y los sectores Agricultura, Ganadería y otros usos de la tierra representan el 39% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) del país y provocan el cambio climático.
Chaco hoy está en emergencia hídrica porque está en emergencia forestal. Basta de topadoras.
Exigile al Gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, que frene los desmontes e implemente políticas fuertes en defensa de los bosques.
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