“El primer día que daba clase a un curso me los miraba, había 30 o 40 alumnos, y me decía: ‘Si dentro de diez años uno de estos no conoce la literatura mejor que yo, el que habrá fracasado seré yo’. Porque si el alumno debe ir siempre detrás del maestro estaríamos aún en tiempos de Aristóteles.”* Lo dijo Martín de Riquer, uno de los grandes especialistas en Cervantes y en literatura provenzal.
Con esta reflexión: ¿Dónde van a parar todos los supuestos y acciones paternalistas de tanto político anclado en el pasado?
Lo sé, las palabras de Riquer pueden usarse para refutar a más de uno que “modestamente” pretende ocupar el lugar más alto del podio dentro de su actividad o profesión. Lo que sucede es que nuestros políticos ya se están aprestando para las elecciones del próximo año y no pueden con su genio: en lugar de mostrar plataformas y hechos concretos, siguen recurriendo a las ya inservibles fórmulas paternalistas que pretenden “salvarnos de…”, “ enseñarnos que,,,”, “cuidarnos de…”
Eternos adolescentes sin cabeza, los argentinos debemos soportar que nos reten, nos indiquen el camino, nos digan qué tenemos que pensar. ¡Somos un caso perdido!
Comienza la carrera, todos están en sus marcas.
Quién sabe, quizá en algún momento alguno de ellos se detenga a pensar que la adolescencia no es eterna, que las experiencias cuentan y que si consultan más allá del círculo que los rodea, algunos de los discípulos conocen más que los maestros.
*Lorenzo Gomis, Conversaciones: Martín Riquer, El Ciervo nº 630-631, septiembre-octubre 2003.
*(Escrito originalmente el 8 de diciembre del 2019)
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