viernes, marzo 29, 2024

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REINO UNIDO: Brexit «sin acuerdo» dispara el miedo

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EPA/FACUNDO ARRIZABALAGA

Reino Unido se vuelve a debatir con los fantasmas de un divorcio sin acuerdo de la Unión Europea el próximo 29 de marzo y las pesadas consecuencias que podrían derivar de esta situación, en medio de escenarios apocalípticos y otras alarmas concretas más claramente justificadas.

Como trasfondo el contenido tóxico de documentos más o menos secretos que fueron arrojados al tapete en el momento justo, profundizando divisiones entre los bandos que confrontaron en el referendo de hace dos años, lo que vuelve a amenazar el precario equilibrio del gobierno conservador de la premier Theresa May.

El último sacudón llegó desde las páginas del Sunday Times, que publicó extractos de una serie de posibles escenarios estimados por funcionarios involucrados en las negociaciones del Brexit, conducidas por el euroescéptico David Davis.

Hipótesis que invocan abiertamente la salida «sin acuerdo» del bloque europeo trazando tres posibilidades: una moderadamente negativa, otra grave y por último, una apocalíptica, bautizada como «Armageddon» por la prensa.

Aún dejando de lado la más extrema, que plantea un cuadro al borde de la ruptura de relaciones diplomáticas con Bruselas, las previsiones resultan de temer: en un lapso de dos semanas podría darse la pesadilla de la falta de medicamentos, combustible y comida, con el colapso potencial del puerto de Dover, ya desde el «día 1», el corte de lazos con el continente europeo y el gobierno obligado a implementar planes de emergencia.

«En el segundo escenario, que ni siquiera es el peor, los supermercados en Cornualles y Escocia se quedarían sin alimentos en un par de días y los hospitales sin medicinas tras dos semanas», dijeron a la prensa los funcionarios informantes con preservación de su identidad.

Con el Poder Ejecutivo obligado a confiar, tal vez, en puentes aéreos de la aviación militar, mientras que para la tercera semana el racionamiento podría extenderse al combustible, con el gradual agotamiento de las reservas.

Exageraciones, peligros reales o al menos verosímiles, el debate quedó abierto, mientras May corre el riesgo de ser absorbida por la enésima polémica sobre el tema con los opositores que condicionan a su propio partido y a su gabinete de gobierno.

Según rumores citados por la agencia Bloomberg, la premier se dispone a intentar la vía del compromiso sobre el problema irresuelto de las futuras fronteras entre Irlanda e Irlanda del Norte, proponiendo garantizar la apertura, por medio de una prórroga limitada en el tiempo, del alineamiento de todo Reino Unido a las reglas de la Unión Aduanera europea.

The Guardian no subestima los temores agitados en el informe del Sunday Times, mientras que los partidarios del llamado a un nuevo referendo retomaron impulso para decir que una revisión de la salida británica todavía sería posible, como escribe el exministro laborista Andrew Adonis.

Y que, aún más, «cambiar de idea» puede ser «un deber patriótico», como señaló otro de los europeístas extremos, el exvicepremier libdem Nick Clegg.

En la vereda de enfrente, el euroescéptico Telegraph se burló de la «operación de alarmismo» planificada por sectores de la alta burocracia estatal desde siempre hostiles al Brexit a la que «solamente le falta la plaga de langostas», escribieron.

Las revelaciones del Sunday Times no ayudan a May, que se ve envuelta en un movimiento de pinzas entre el grupo de ministros «moderados» que le sugiere virar hacia «un Brexit sensato» y el batallón de los «duros» que amenazan hasta con hacer caer la mayoría en caso de que haga muchas concesiones. Mientras tanto un financista histórico del Partido Conservador, Crispin Odey, hizo caer la guillotina sobre la actual líder tory: «May no es capaz de conducirnos», sentenció, trayendo al ruedo al ministro de Ambiente, Michael Gove, como un posible «premier in pectore». (ANSA).