viernes, abril 19, 2024

Destacadas, Internacionales

EL MUNDO: Cumbre para la Historia en Singapur

Sharing is caring!

EPA/TERENCE TAN / MCI / HANDOUT HANDOUT EDITORIAL USE ONLY/NO SALES/NO ARCHIVES

Una cita con la historia, en una Singapur blindada con excepcionales medidas de seguridad, en la cual Donald Trump y Kim Jong-un llegan con humores distintos a la cumbre del martes: el presidente estadounidense viene de una clamorosa y casi ruptura con sus aliados del G7, mientras que el líder norcoreano tiene, a priori, más motivos para sonreír.

«El mundo entero está mirando hacia este encuentro histórico», dijo Kim al encontrarse hoy con el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, en la residencia oficial Istana, para agradecerle «por los esfuerzos sinceros» al hospedar y preparar la cumbre.

Lee, que ofreció cubrir los costos organizativos estimados en unos 20 millones de dólares, agradeció a su vez a Kim, manifestándose confiado en un cambio en la península coreana que contribuya a la estabilidad para toda la región.

Un clima positivo y de esperanza al cual también aportó el Papa Francisco: «Quiero nuevamente hacer llegar al amado pueblo coreano una especial reflexión de amistad y plegaria.

Las conversaciones que tendrán lugar en los próximos días en Singapur pueden contribuir al desarrollo de un camino positivo que asegure un futuro de paz para la península coreana y para el mundo entero», afirmó hoy durante el Angelus en el Vaticano.

A la bendición papal se agregaron rumores en la noche del sábado en Singapur sobre presuntos «gestos importantes» por parte de Trump, entre ellos un posible anuncio sobre la apertura de la embajada de Estados Unidos en Pyongyang.

Esto se daría si el mandatario republicano tiene «percepción de la sinceridad negociadora de Kim sobre la desnuclearización», que debe ser «completa, verificable e irreversible», dijeron las fuentes. Cualquiera sea el final, al menos para el líder norcoreano, que llevo con él a su influyente hermana Kim Yo-jong, el éxito parece asegurado, pues el próximo martes no sólo se sentará en pie de igualdad con el mandatario del país más poderoso del planeta.

Sus aperturas respecto del tema nuclear, con la demolición del sitio de pruebas atómicas de Punggye-ri y el compromiso de suspender nuevos test y lanzamiento de misiles, le valieron además el descongelamiento de las relaciones con Corea del Sur y la reapertura de canales diplomáticos importantes, por un lado, con Rusia, y volver a acercarse a su más poderoso aliado histórico, la República Popular China.

Por ejemplo, el presidente chino, Xi Jinping, le puso a disposición a Kim los aviones de Air China para llegar con seguridad absoluta hasta Singapur. En resumen, en relación a los tiempos aún recientes de ofensas e insultos cruzados con Trump, Kim puede ahora dar un suspiro de alivio: aun cuando los resultados de la cumbre no fueran los mejores, Pekín, según le confiaron fuentes autorizadas a ANSA, está dispuesta de todos modos a apoyar la economía de Corea del Norte.

También Pyongyang podría disponer de fondos para inversión en infraestructuras liberados de las sanciones de Naciones Unidas.

Un plan similar al de estructuras ferroviarias y camineras costeras que le presentó el presidente surcoreano, Moon Jae-in, a Kim en la cumbre intercoreana del pasado 27 de abril. Este martes le tocará a Trump un encuentro con el primer ministro de Singapur, mientras Kim se podrá relajar en la lujosa suite del Hotel St. Regis, que cuesta ocho mil dólares por noche: unos 300 metros cuadrados con gimnasio, jacuzzi, cristales de Bohemia y una pintura de Chagall colgada en el salón. Luego las miradas del mundo apuntarán al también lujoso Capella Hotel, en la isla de Sentosa, donde los protagonistas de la cumbre se verán finalmente cara a cara.

Más allá de los temores suena razonable el análisis que Ian Bremmer, fundador del grupo de opinión Eurasia Group, publicó en Twitter: «La cumbre con el dictador será dramáticamente más amigable que la de Trump con sus aliados más estrechos del G7». (ANSA).