El presidente brasileño Michel Temer, que el lunes fue denunciado por corrupción ante la Corte, puso en marcha un plan para permanecer en el cargo y rebatir las acusaciones de la Procuraduría.
Temer repitió que no dejará la Presidencia antes de reunirse con su equipo de ministros y abogados con quienes analizó hasta altas horas de la noche el delicado cuadro político y jurídico que enfrenta.
La reunión en el Palacio del Planalto comenzó luego de que el procurador, Rodrigo Janot, acusó a Temer por corrupción y solicitó al Supremo Tribunal Federal que lo condene con la pérdida del mandato.
Temer se convirtió en el primer presidente acusado formalmente por corrupción en la historia de Brasil.
«Para revertir la denuncia Temer acusará a Janot de condenarlo sin pruebas», tituló hoy el diario Folha de San Pablo.
«Comencé a leer la denuncia recién ahora (..) pero puedo adelantar que el Presidente no cometió el delito de corrupción que le fue imputado», declaró el abogado del mandatario, Claudio Mariz.
El procurador Janot sustentó su acusación en la delación premiada del empresario Joesley Batista, dueño del frigorífico JBS.
Además de confesar la comisión de delitos y de acusar a Temer, Batista entregó la grabación de un diálogo entre ambos en la que al parecer se pactó el pago de sobornos.
La denuncia de la Procuraduría fue ingresada al Supremo en la noche del lunes, hora de Brasilia.
La popularidad de Temer bajó al 7 % según una encuesta de la consultora Datafolha publicada el fin de semana pasado.
Durante la reunión de ayer por la noche entre Temer y sus colaboradores fueron evaluadas las consecuencias que esta denuncia más allá de lo jurídico.
«Para el Palacio del Planalto es preciso evaluar el impacto de la denuncia en la opinión pública», escribió este martes Folha que consultó a fuentes del gobierno. (ANSA).
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