martes, abril 23, 2024

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OPINIÓN: Saliendo de la hoguera

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Por Miguel Abálsamo

No hemos soportado adversidades climáticas tremendas o devastadoras, agua arrasando viviendas (recordar inundaciones del 80), un fuego destructor, o situaciones de las que debemos estar años para reparar, sin embargo, el gobierno actual del doctor Facundo López, asumido hace 16 meses, tomó una Municipalidad de Necochea en estado de crisis, si fuera una empresa privada hubiese quebrado en todo el sentido literal de la palabra, como el estado no quiebra, muchos dicen… «que se ocupe el que viene».

Necochea comienza a salir lentamente de una hoguera en la que estaba atrapada.

Recuerdo aquel film… «Ciudad en llamas», donde se retrataba la Nueva York de la década del 70-80, en un submundo de inseguridad, anarquía, falta de conducción, apagones diarios, una ciudad que comenzó a ser vivida en plenitud luego de esa hoguera en que estaba sumergida.

El distrito de Necochea fue un distrito en llamas.

De nada valdría argumentar en demasía o cargar de escritos una página. Cada uno de los habitantes de nuestro medio sabe muy bien de donde venimos.

De un resultado matemático que daría cero si sumamos, déficit, falta de maquinarías viales, proveedores desfilando para cobrar, algunos con suerte daban vuelta por los pasillos durante meses otros prefirieron el camino de no regresar y olvidar la pesadilla, barrios que se caían, dinero que llegaba de provincia o Nación para obras determinadas y se derivaban a otros fines, generalmente al pago de sueldos, y si fue a otros fines esas desapariciones debería estar la justicia presta a resolver estos temas.

El intendente actual recibió una intendencia con un déficit de 250 millones de pesos, obras sin terminar cuando el dinero habría sido girado, kilómetros de calles, especialmente de tierra destrozadas, con una sola maquina en el corralón municipal, un distrito olvidado en el mapa provincial donde había más desconfianza que calor en el verano, créditos cerrados en instituciones bancarias, puestos de descenso a la hora de consideración entre los 135 distritos bonaerenses, una playa de estacionamiento de camiones «El Chiquero», regalada al capital privada que no hizo una obra en un año, deudas elefantiásicas en el contrato con la recolección de residuos, retraso total en la obra pública…. fue un volver a empezar, o peor, es preferible empezar algo que tener que reconstruirlo entre los escombros, el distrito era un escombro.

No es cuestión de ponerle fecha al atraso que comenzó en el distrito, cada uno puede ponerle el día, año y gobierno que elija, lo que es indiscutible es que las administraciones de gobierno diversas, por no poder, no querer o no saber, nos habían sumergido en lo más profundo del océano, algunos de nuestros políticos que contribuyeron al hundimiento aconsejan en el presente como aprender a nadar. Casi una cachetada a la sociedad.

Lo peor sin embargo no fueron ni el déficit, ni la obra pública olvidada, ni las calles intransitables, ni las promesas nunca cumplidas, lo peor fue tener un ejercito desmoralizado, sin esperanzas, entregado ante tanta frustración y mediocridad.

Levantar la moral de nuestro pueblo para que comience a volver a creer, fue la tarea más difícil, y la que habrá que consolidar diariamente.

La única manera es con hechos claros, observar la concreción de obras y cumplir la palabra empañada, esa única verdad debe estar ante los ojos, terminación de la avenida en Quequén, dotación de cloacas a vecinos de la vecina localidad, la avenida 10 revitalizando todo el sector de la villa balnearia, en pocos meses estar un alto porcentaje de nuestras calles en optimo estado, que el vecino sepa donde va el dinero de sus tasas municipales, institucionalizar realizaciones como la Ruta del Tango, el Enduro Pale, la Expo Necochea organizada por las áreas de Producción y ENTUR para mayo en nuestro parque «Miguel Lillo», estar cerca de los que más sufren como son nuestros vecinos que viven en la precariedad de casitas de chapas, algo que parece no haber descubierto muchos ex intendentes en años, para reemplazar esas chapas que se caen por material.

Gobernar es tomar decisiones.

Cerrar definitivamente el tema del Complejo Casino, llamando al capital privado a la inversión, apuntar a la zona del Jardín de Rocas para convertirla en «el lugar» y no como ahora abandonada sin uso, apertura del Frente Costero camino al crecimiento hacía el sur.

Esta nueva Necochea que estamos dispuestos todos a militar ,no sólo viene del oficialismo, tiene un acompañamiento volando con altura, de muchos dirigentes de la oposición entendiendo el momento que vivimos en el presente, sabiendo que no hay tiempo para discursos trillados ,discusiones banales que empequeñecen, cuando por delante tenemos la posibilidad de desarrollo de la Necochea del SI.

Mirar al futuro

Nadie dice que la unidad necochense debe privarnos de la diferencia, al contrario, la discusión ayuda y engrandece, lo que obstruye es la intransigencia que ha sido moneda corriente de nuestros últimos años, aquellos que han sido atentatorios del avance del distrito, y precisamente son los que más critican, entendiendo que todos tenemos derecho a la crítica, pero mucho más aún los que tienen la amplitud para ayudar a una mejor ciudad.

Muchos de nuestros políticos, especialmente los que vienen de muchos años de cuidar su «quintita», prefieren el problema antes que la solución, y cuando peor un poco mejor ellos.

Son los que no han enviado a la oscuridad como distrito, con sus horrores, actitudes individuales y sectarias, son los incapaces de escuchar al otro y mucho menos aceptarle la idea, sin también los que tienen acotado su llegada popular, los que la gente ya conoce, saben de ellos desde sus DNI hasta sus pensamientos, personajes que se van convirtiendo en marionetas jugando las últimas cartas en el solitario de la política lugareña.

No es una cuestión de edad el perdurar o exiliarse de la política, es cuestión de mentalidad, muchos se aggiornan, se ponen al día, otros permanecen en el pasado, cajón del anticuario.

El quedarse en el tiempo es repetir mismos discursos, creer en la verdad absoluta, ser dueños de slogans que suelen usar como gacetilla cansadora.

Muchos de estos coros estables  nos han llevado a la situación cuasi terminal, donde nada funcionaba, solamente las excusas ante el fracaso, siempre la culpa la tenía el otro, y cuando tenían oportunidad de remediarla la empeoraban.

A los que postergaron el futuro sería bueno recomendarles humildad y un poco de silencio saludable, si no se atreven a la autocrítica que suele ser dolorosa a la hora del análisis.

Necochea esta saliendo lentamente de esa hoguera que estuvo a punto de calcinar nuestras posibilidades, y tiene futuro… que para los débiles suele ser inalcanzable, para los temerosos algo desconocido pero para aquellos que están decididos el único camino que nos queda, después del triste pasado que intentamos dejar atrás-.