miércoles, abril 24, 2024

Locales, Opinión

¿Nos animaremos a discutir el futuro de nuestro parque?

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Por Miguel Abálsamo

(NOTA UNO)

En una sociedad donde debatimos el matrimonio igualitario, liberación al consumo de drogas, Reforma Constitucional, política inmigratoria, cada hecho de corrupción, ponemos en tela de juicio permanentemente a la justicia y a nuestros políticos, abrimos una grieta en los últimos años sobre el rol de la prensa y la Ley de Medios, y discutimos al hombre más importante de la humanidad, Francisco, que además es argentino hasta la muerte, no sabemos, no queremos, no podemos abrir seriamente, sin prejuicios, anatemas de bajo nivel o actitudes fundamentalistas, el presente y futuro de nuestro parque «Miguel Lillo».

Al menos para saber que quiere nuestra sociedad, no las pequeñas y respetadas minorías de paisajistas abrazados al primer árbol en peligro e insultando y denostando a quien  piense diferente, aunque quiera y proteja a nuestro parque como el más exaltado de la sobreactuación medio ambiental.

Todos coincidimos en algo, que sólo basta con recorrer nuestro sus 640 hectáreas, el parque se esta muriendo mientras negamos la discusión o no nos animamos a la modernización sin perder sus raíces.

Mientras esto ocurre hay una certeza, cada día que pasa estará peor, indiscutible verdad casi imposible de rebatir.

Si algo produjo la militancia del «nada cambie paisajista»  es que estemos como estamos.

No quiero confundir el paisajista con el ecologista, parecen, pero no son iguales.

Ecologista: que propugna la necesidad de proteger la naturaleza y el medio ambiente.

Ergo, ecologistas comos todos.

Paisajista: diseñador de parques y jardines, planificadores y conservadores de los lugares.

Ha llegado la hora de dejar fundamentalismos, que es simplemente un acercamiento a la intolerancia de no escuchar nada más que sus propias voces y de creerse dueños de verdades absolutas.

Cuando se abre un debate sobre el futuro de nuestro parque «Miguel Lillo» se deben abrir las mentes sin ataduras mentales a todas las ideas, sin que están supongan histerismos desmesurados, repudios periodísticos, tratar a quienes quieren un parque abierto a la creatividad, donde hay lugar para todos con innovaciones, iniciativas privadas, dándole una dinámica todos los días del año como si pretendieran su destrucción o la privatización, alambrándolo al vecino.

Sinceremos la discusión.

El parque es de todos, no de un puñado de habitantes para sus caminatas diarias, sintiéndose invadidos en sus interiores como su fuese propiedad privada de un grupo diverso.

Aquellas tierras confiscadas…

Corría el año 45 cuando se confiscaron las tierras de la familia Díaz Vélez. Ha pasado mucho tiempo, repetidos argumentos y el mismo final…la nada como conclusión.

El 11 de marzo del 73, año de ebullición en la historia argentina, asistentes en la sala de sesiones del Honorable Concejo Deliberante de Necochea testifican que la discusión sobre el parque terminaba en interrumpida sesión, gritos, militancia e insultos, cuando algunos ediles se referían al futuro del parque, especialmente de aquel Partido Intransigente, que ganaría las elecciones de la mano del agrimensor Edgardo Hugo Yelpo, intendente de aquel entonces, y esa barra gritaba «…el parque no se toca…», algunos que ni siquiera tenían argumento, tan sólo el fervor militante.

No hubo silencio, a pesar del pedido del Presidente del cuerpo, el señor Juan José González del PI. Las gargantas quedaron exhaustas (dicen narradores de aquel 73), amenazas de violencia, que en definitiva hicieron que de una jornada de debate sobre nuestro «Miguel Lillo»,el final fuera dejar todo igual.

Han pasado más de 40 años y algunas cosas no cambian, concretamente esto.

Las minorías, cada vez que se abre el debate conceptualizan lo mismo…”Quieren vender el parque, quieren privatizar el parque, quieren lotear el parque… quieren…», hasta han llegado a decir en esa desesperación por defender la quintita ideológica…” quieren cercar el parque y no podremos pasar más».

Aunque nadie cree en estas argumentaciones es como aquel concepto…”Miente…miente que algo quedará», sobre el parque diría…» asusten, asusten que alguien se asustará».

No hay peor ciudadano que un ciudadano asustado por algo que nunca ocurrirá.

La dirigencia política, salvo excepciones, aquel Partido Intransigente de don Edgardo Hugo Yelpo en el 73, sectores peronistas, que en otra nota analizaremos (Geronimo Venegas, Pablo Aued, Roberto Rago), y alguien que me consta por hablar personalmente el tema más de una vez, el hoy desaparecido doctor Gastón Guarracino, quien en caso de haber accedido a la intendencia en el 2007(gano el radical Daniel Molina por escasos votos),tenía claro su accionar, sobre este verdadero tema tabú en la ciudad.

En el año 2014 se creo a través del Ejecutivo Municipal la Comisión de Análisis y Planificación de Acciones sobre el Parque Miguel Lillo, ad honorem, siendo integrada por un representante del intendente municipal, con la integración de las áreas Planeamiento y Medio Ambiente, Obras Públicas, Legal y Técnica, Entur. Cultura y Deportes, invitándose (según su artículo tercero) a cada uno de los bloques políticos que integraban en ese momento el HCD. y al Colegio de Arquitectos, Colegio de Ingenieros, Asociación Amigos del Parque «Miguel Lillo»,y a la Asociación para la Conservación del Parque.

Se comprometían a convocar a audiencias públicas a fin de escuchar a vecinos y entidades interesadas en emitir opinión sobre el tema.

180 días para establecer una política de estado con respecto al parque.

90 días para recopilar toda la información, opiniones de todos, instituciones o particulares, utilizándose las vías de las redes sociales como nuevas visiones creativas.

Muchos se levantaban de sus sillas porque no aceptaban voces diferentes, hubo más gritos que diálogos, más grietas que construcción de ideas en conjunto, y todo se fue desmoronando, previo desgaste.

Así estamos hace muchos años.

Cuando se pretende debatir el futuro de nuestro parque surge lo peor de cada uno, la intolerancia, irracionalidad, sectarismo, que termina rápidamente con cualquier posibilidad.

Parecería ser una estrategia de minorías para callar voces mayoritarias, y en el medio de eso el temor de nuestra dirigencia, que no quiere seguir adelante con sus ideas para no sufrir un costo momentáneo en los debates.

Mientras tanto el parque se deteriora, el estado de la masa arbórea desde Pinolandía a Las Grutas en terapia intensiva, con diferentes administraciones municipales sin decisión, como acotada por movilizaciones domingueras más bullangueras que importantes.

El parque es parte del atraso de Necochea, un verdadero tapón al crecimiento.

Algunas preguntas que la ciudadanía debe hacerse..

1)¿Qué  piensan nuestros principales dirigentes políticos sobre el futuro del parque?

Pero sin demagogia o dobles discursos, la realidad de lo que piensan no lo que suelen decir ante una cámara, una nota radial, los digitales o nuestro único diario de papel. Que respondan sin intentar quedar bien con Dios y el Diablo.

2)¿Qué opinan nuestros 20 concejales?

3)¿Qué opinan nuestros dos diputados provinciales, arquitecto Roberto Rago y Martín Domínguez Yelpo?

4)¿Qué opina el periodismo del distrito de Necochea?

5)¿Qué opinan los clubes deportivos?

6)¿Qué opinan las diferentes instituciones, clubes rotarios, Leones, Cámara Comercial, Asociaciones Vecinales..?

7)¿Qué opinan nuestros sindicatos, algunos de ellos con hermosos camping en esa zona?

8)¿Qué opinan los Colegios de Arquitectos, Ingenieros, Abogados, Escribanos….?

9)¿Qué opinan el Departamento Ejecutivo Municipal?

Y por último la opinión del pueblo, tal vez en un plebiscito vinculante respetándose el voto popular.

¿Queremos seguir con este parque moribundo o verlo renacer?

¿Queremos tener 640 hectáreas ociosas o podemos en parte de ellas realizar construcciones modernas sin desvirtuar lo natural, llamando a concesiones a los capitales privados que inviertan en la zona y modernicen su geografía?

Hay lugar para todos en nuestro parque.

Para la distracción, el encuentro familiar, las caminatas, la preparación física, la oxigenación, la recreación, la inversión del capital privado, el aporte innovador del estado.

Para lo único que no hay margen es para seguir retrasados en la historia y siempre discutiendo lo mismo para terminar haciendo exactamente lo mismo.

Es la hora de decir junto…El Parque del SI…

4 thoughts on “¿Nos animaremos a discutir el futuro de nuestro parque?

  1. Com,ienzo a oler feo cuando empezamos a mover el tema del parque en una sola direccion.
    Perdoneme Miguel pero prefiero que este el estado presente y no un puñado de tipos con plata que se queden con todo, son años que uno tiene y desconfio de mucho cuando empezamos estas discucioones.

  2. DEBATE, si totalmente de acuerdo, pero no imposiciones de quienes negocian el medio ambiente. Hay normativas que cumplir y todos los ciudadanos que amamos el parque para caminar, correr, compartir un mate, asado, recrear o simplemente divertirnos estamos seguros que es de todos. La importancia de reflexionar sobre la importancia que tiene nuestro parque como recursos natural nos invita a pensar el lugar privilegiado que tenemos y mejorarlo como cuidarlo.

  3. La nota no esta mal Miguel, lo unico que preocupará de un parque abierto a invesiones como voz decis es que vendran los de siempre a haser los negocios que conocemos.En esto hay que tener cuidado como tambien que no hagan barrios como medanos para los ricos que como dice el teleteatro no piden permiso.

  4. Menos mal que al «dueño» del Bo. Parque no le dejaron meter mano en los terrenos de enfrente, que habían «podado los árboles», sino estaríamos aún peor.-

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