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Cuba recibió a tres millones de turistas en lo que va del año, una cifra que confirma el «boom» en la industria del ocio, cuyas perspectivas más cercanas son llegar a los cuatro millones de arribos y atraer más viajeros «americanos».

La estadística confirma un crecimiento del 12 % de ese sector frente a igual lapso en 2015, quizá el más dinámico cubano anual entre los que atraen ingresos al país detrás de la contratación de médicos y servicios de salud.

Ello acerca el objetivo de la isla de atender a cuatro millones de «vacacionistas» al año. Para 2016 están previstos arribos de 3.800.000 extranjeros.

Pero no se descarta que en 2016 «se roce» la meta, y ello está relacionado a las llegadas de estadounidenses, pese a que siguen limitadas a 12 grupos «de intereses diversos» que excluyen el fundamental, o sea el de tener la debida autorización del Departamento de Estado para venir de vacaciones a la isla, algo que sigue prohibido a causa del embargo que aún aplica Washington.

Recientemente el ministro del Turismo, Manuel Marrero, estimó públicamente que la tendencia al crecimiento «permitirá sobrepasar las proyecciones y romper registros históricos».

En julio último la estatal Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), una entidad gubernamental, reveló que un total de 71.815 estadounidenses llegaron a Cuba entre enero y marzo pasados un 93,9% más que en el primer trimestre de 2015.

Esto convirtió a «los yanquis» en el cuarto grupo más numeroso en visitar la isla en en el lapso mencionado después de canadienses, cubanos radicados en otros países y alemanes.

Aunque no hay cifras disponibles, este verano boreal los hoteles cubanos abrieron sus puertas de par en par al turismo local con más elocuentes ofertas que otros años y contrarrestaron así las penurias anuales de la «temporada baja».

Expertos consideran que una gran expansión del número de clientes nacionales contrasta el incremento del bajo poder adquisitivo que como promedio persiste en la isla.

La «diversificación» de mercados emisores que las autoridades del turismo preconizan, está ahora vinculada a ofertas a empresarios foráneos para que coloquen capitales en el país.

Ello está relacionado con la economía en general que necesita por lo menos de 2.500 millones anuales en capitales para el crecimiento que necesita para salir de su lentitud.

Un paso en ese sentido es la preparación de la tradicional Feria Internacional de La Habana (FIHAV) para promocionar «en grande» sectores cubanos «disponibles» para negocios con empresas extranjeras, entre estos el energético, incluyendo el petróleo y el renovable, alimentos, ramas industriales, y especialmente el turismo.

Grandes complejos inmobiliarios que tienen al golf como centro, nuevas marinas y nuevos hoteles, incluso administrados por cadenas estadounidenses, están destinados a hacer del «boom» turístico actual, algo permanente.

También las aerolíneas de Estados Unidos que ya iniciaron sus viajes regulares a Cuba, los viajes de cruceros y los viajes, aún paralizados, de ferris desde la península de La Florida, a Cuba.