jueves, abril 25, 2024

Internacionales

Cayó el de Berlín, pero cada vez hay más muros

Sharing is caring!

Otro muro está por construirse en Europa para intentar poner freno a los inmigrantes, esta vez en Calais, en Francia, por decisión de Gran Bretaña, en el corazón de ese Occidente que, en teoría, criticó mucho iniciativas similares surgidas en fronteras del sureste, como en Hungría.

El «great wall» de Calais, como lo calificaron los medios de prensa del Reino Unido, será de cemento y tendrá cuatro metros de alto, un kilómetro de largo a la par de la carretera que llega al puerto francés sobre el Canal de la Mancha y su construcción comenzará «muy pronto», dijo el subsecretario para la Migración, Robert Goodwill.

Tal vez la obra se inicie a fin de mes. Pero el gobierno austríaco se pone a la defensiva del «asalto» de los refugiados, con un sustancial freno a los pedidos de asilo y hasta 2.200 soldados para controlar sus propias fronteras.

En base a las estimaciones que circulan, el proyecto del muro de Calais debería costar casi dos millones de libras esterlinas (poco más de 2,6 millones de dólares) y forma parte de un paquete de medidas de 17 millones (22,6 millones de dólares) de Londres para controlar mejor la frontera «compartida» con las autoridades francesas.

El paquete fue establecido hace un tiempo entre ambos países y el ex premier David Cameron lo presentó en el encuentro de marzo pasado con el presidente Francois Hollande. Los británicos tienen interés en sostener la tarea difícil de los franceses que afrontan los miles de migrantes en el campo «jungla», no lejos de la más importante arteria vial que conduce al puerto y a los embarques hacia Inglaterra.

Numerosos migrantes, cada día, intentar subir a los camiones que se dirigen a Dover, a menudo encolumnados en espera de acceder a los ferrys, causando malestar, regularmente puestos en evidencia por la prensa británica.

El muro se va a unir a una serie de áreas marcadas por redes y alambres púas que transformaron la terminal de embarcaciones y la zona circundante en una suerte de bastión, que resulta aún fácilmente violable. Así lo demuestran los grupos de refugiados que periódicamente son descubiertos a bordo de camiones frigoríficos desde la otra parte de la Mancha, a menudo en el condado inglés de Kent. Pero la iniciativa recibió críticas fuertes. No tanto de parte de asociaciones humanitarias sino de los interesados directos, los autotransportistas británicos.

Uno de los colectivos, la Road Haulage Association, habló de «despilfarro del dinero público» y pidió, en cambio, que los fondos sean usados para mejorar la seguridad y los controles directamente sobre las carreteras, potenciando la presencia de la policía y también usando al ejército.

«No juzgo las medidas de otros gobiernos, pero pienso que no vamos a ninguna parte de este modo», comentó el canciller italiano, Paolo Gentiloni. «Debemos darnos cuenta que la solución es invertir en Africa, resolver crisis como la siria y compartir el peso de la inmigración a nivel europeo. Si pensamos, en cambio, cada uno en levantar el muro propio creo que no llegaremos a nada», agregó.

Si Londres se prepara a construir el «gran muro de Calais», Viena abandona en cambio la «Notverordnung», la ordenanza de emergencia frente a los migrantes que tendrá seis meses de vigencia pero podrá ser prorrogada tres veces.

No está claro aún, según la prensa austríaca, si entrará en vigor cuando se alcance el techo de los 37.500 pedidos de asilo o antes.

Con certeza desató una polémica encendida. «La medida de emergencia representaría la ruptura de un tabú y el abandono del principio de protección de los refugiados», acusó Christoph Pinter, representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Austria. ACNUR teme que «otros países europeos puedan seguir el ejemplo y que personas en fuga de guerras y persecuciones encuentren cada vez con mayor dificultad protección en Europa», dijo Pinter.

Mientras Amnistía Internacional lanzó un llamado alarmante, el temor es que haya «una nueva Indomeni» (campo de refugiados en suelo griego con el cruce bloqueado en Macedonia) en el paso entre Hungría y Austria. (ANSA).