Por Rodrigo Lugones
Los trabajadores de la industria láctea se encaminan a un paro total de actividades. De acuerdo a dichos de varios dirigentes sindicales a partir de las 00 horas del día 23 de julio todas las usinas lácteas se verán afectadas.
Desde hace tres días se encuentran bloqueadas las puertas de la empresa SAPUTO en la ciudad de Rafaela, Santa Fe, por los productores lecheros nucleados en APLA (Asociación de productores lecheros de Argentina). Los acompañan integrantes del gremio de trabajadores lecheros, ATILRA. Protestan por la baja en el precio de la leche cruda llevada adelante por la empresa.
En las últimas horas se difundió el rumor de que ATILRA endurecerá las medidas de fuerza, ya que SAPUTO redobló la apuesta y tomó la decisión de no retirar la leche en los tambos que abastecen a todas sus empresas. Es por esto que los productores deben tirar la leche, con la consecuente pérdida para los tamberos.
De acuerdo a dichos de varios dirigentes sindicales a partir de las 00 horas del día 23 de julio todas las usinas lácteas se verán afectadas por un paro total de actividades.
Con la medida, el gremio busca acercar posiciones con los tamberos, considerados como el eslabón más débil de la industria lechera. La historia es conocida: es abismal la distancia entre lo que cobra el pequeño productor y el precio final que abona el consumidor en góndola.
Por su parte, desde el Centro de la Industria Lechera Argentina cuestionaron al sindicato por «la ilegítima intervención directa en un tema totalmente ajeno a su objeto específico». Sin embargo, esa no parece ser la visión de ATILRA, que quiere acompañar las acciones de los pequeños productores en el marco de su disputa con la patronal. Se espera que la medida de fuerza tenga mucho impacto en el sector.
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