Por Miguel Abálsamo.
El radicalismo actual en la Argentina ofrece menú para todos los gustos, como diría el «Nano»..» cada uno es como es». Sin embargo ninguno parece saber ciertamente cual será el plato preferido final, saber su sabor definitivo y menos aún si será del gusto de todos.
El panorama del Centenario partido tiene variantes y varios senderos que se bifurcan.
Los hay «K, como los alfonsinistas Leopoldo Moreau y compañía, los hay «macristas» como su adversario sparrings en las Paso ,Ernesto Sanz y seguidores, los hay «massistas», en aquellos que quieren colgarse de la boleta del «tigrense» para arrimar el bochin, y siguen habiendo auténticos que sueñan con la utopía, ese lugar donde raramente se llega y menos en política, de presentar correligionarios de afiliación, o al menos sacarse el gusto acompañando una candidatura digna como la de Margarita Stolbizer, tornándose imposible algún tipo de posibilidades de pelea en serio en las presidenciables.
Al igual que el peronismo, el radicalismo comienza a disputarse las banderas de don Raúl, analizando cada uno lo que pensaría el inmenso dirigente que sacó al partido de una pose testimonial o segundo del PJ. para convertirlo en poder, en los comienzos de la restauración democrática, algo que parece historia lejana en el mundo de la UCR-.
Contra gustos, no hay disgustos.
El presente encuentra fragmentación, dirigentes que cuando debaten no se saben a que partido pertenecen, dentro de un clima de anarquía y discusión interna que parece solamente para allegados ante la extrañeza del gran público elector.
Reina el desconcierto.
Colocan a un candidato presidenciable, Sanz, que mide escasamente dejando a un lado a otro, Cobos, que es el único que mueve el amperímetro, dejan en libertad de acción a todos para que se «cuelguen» del colectivo de Mauricio o del tren de Sergio.
Por momentos ni con el mejor GPS del universo parece poder llegarse a destino.
Todo enmarcado en un mapa que debe bajar a cada distrito, donde las situaciones son todavía más complicadas, porque en distritos chicos infiernos internos grandes, donde todos se conocen obra y vida, haciéndose a veces inalcanzables los acuerdos que desde la cúpula mirando por la ventana, café humeante y redes sociales como militancia, parece de una simpleza absoluta.
Y Necochea no es un iceberg en este marco, con sus cuatro candidatos a intendentes (Glen, Amílcar, Diez y Kuhn) tratando de posicionarse, cada uno a su manera, escasa convocatoria comiteril y patrones de siempre, «Perico» Azcoiti-«Beto» Esnaola, simplificando el momento y como cajeros que cierran el día contando números, exigiendo lista única (encabezada por Gonzalo Diez), y todo el rebaño tranquilo, dejando en claro que en el radicalismo local sigue habiendo patrones y empleados.
El deseo casi imposición de los dos caciques sin embargo no llega plenamente a la tropa y varios indios quieren marchar por las suyas.
Roberto Glen ha manifestado que no lo baja nadie, Fernando Kuhn le contesto lo mismo al verticalismo de Esnaola, el quequenense Amílcar piensa y espera el momento «alfonsinista» y Gonzalo Diez llama a lista única con una pequeña salvedad, lista única si el candidato es él. Pequeño detalle, casi insignificante, como si en vez de enviar el mensaje a dirigentes radicales estuviese planificando una chocolatada en un jardín de infantes.
¿Candidato único por temor al «macrismo»?
El radicalismo debate dos posturas.
Lograr un candidato único que les garantice posibilidad competitiva ante el candidato del «macrismo», Leonardo Ruggiero, quien mientras otros discuten camina los barrios, arma su equipo de profesionales técnicos e incorpora independientes a su proyecto político.
Los cuatro candidatos radicales saben que pierden si participan ante Ruggiero, y saben también que entre ellos no existen diferencias, están todos horizontales con un porcentaje bajo de intención de voto al momento.
La propuesta de Azcoiti-Esnaola-Diez es asamblea partidaria en el Comité y elegir un candidato al que todos acompañen, saben que allí esta el fuerte del «sanzismo» casero, el movilizar afiliados para garantizarle a Gonzalo Diez su victoria intra muros, mientras pasea su flamante y costoso micro con su cara a toda sonrisa, como diciendo » muestro mis primeros recursos…ahora muestren ustedes», y de paso un paseo con el intendente de San Cayetano, Miguel Gargaglione, mostrando su foto como exhibición de trofeo, queriendo impresionar correligionarios.
Gargaglione es un intendente de un pequeño distrito que cumple correctamente su gestión, de allí a deslumbrar por esa presencia hay mucho camino por andar.
Roberto Glen, Cantera Popular grita a toda voz que quieren las PASO sin vueltas, o de mínima, muy de mínima una elección interna con el padrón general no solamente de afiliados, ante la pasividad del doctor Bernardo Amílcar, quien espera la Convención de la Provincia de Buenos Aires que tiene como presidente al doctor Ricardo Alfonsín, quien primeramente se puso duro con el acuerdo Pro , luego bajo decibeles y por estas horas estaría punteando los 134 distritos bonaerenses con la intención de colocar al radicalismo en los lugares legislativos y donde estén por encima del «macrismo» directamente el candidato a intendente.
Con paciencia santiagueña venida a Necochea el doctor Fernando Kuhn mostró firmeza ante el pedido de «Beto» Esnaola de que bajará su candidatura. La contestación es ya conocida.
Mientras el presidente del comité Sergio Sampayo la consiguió el celular del conductor del Pro local, Leo Ruggiero, como tanteando algunos acuerdos del presente y consolidarlos en el futuro.
Hoy los números del radicalismo ante el «macrismo» en el orden local son de derrota, más aún en cuatro exponentes distintos que dividirían el voto. Roberto Glen ante esta posibilidad ha sido muy claro..» ellos, se metieron en un problema, ahora que se arreglen».
«Ellos», son los que aprobaron la Convención de Gualeguaychu y el acuerdo con el candidato presidencial Mauricio Macri. Más claro imposible.
Existen cuatro (4) posibilidades en los próximos días para el Centenario partido.
1) Lograr en asamblea partidaria un candidato único, trampa asamblearía que les tenderían Azcoiti-Esnaola, y ese «único» sería Gonzalo Diez.
2) Una interna cerrada con padrón solamente de afiliados en un domingo otoñal en la sede del comité «Emiliano Abasolo».
3) Una interna abierta con el padrón general de todo el distrito de Necochea, votándose fuera del comité.
4) Finalmente que todo se resuelva en las PASO (Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias).
Fuera de estas existe una que crearía un mar de divisiones en el corto plazo, la posibilidad, que algunos buscan, de que la conducción del radicalismo nacional y provincial disponga solamente avalar una lista que se presente a elecciones dejando fuera de la contienda interna a las demás.
Sería un duro golpe a la democracia y el espíritu republicano del que se jacta el señero partido.
La mayoría cree que esto no podría ocurrir, sin embargo…ya vienen ocurriendo demasiadas cosas en el ámbito partidario como para que esto sorprenda demasiado.
Fue Roberto Lavagna el candidato presidencial en el 2007, fue Francisco de Narváez candidato a la gobernación en el 2013, y fue Domingo Cavallo Ministro estrella de Economía en la presidencia radical del doctor Fernando de la Rua. ¿Tanto puede extrañar el presente o las decisiones del futuro, cualesquiera fueran?
Todos estos intríngulis, verdaderas complicaciones o dificultades que tiene una cosa, el radicalismo, sea con candidato único o con varios, desde una asamblea o internas de afiliados o padrón general o todos a las PASO, de algo esta seguro en nuestro distrito, las dos elecciones últimas la cosecha de votos (7000) fue la más baja de toda su historia, siguen tropezando con las mismas piedras, los mismos protagonistas dan vuelta conduciendo la misma calesita donde tienen la sortija, la muestras un ratito y la esconden otro, algunos juegan a ganar otros al negocio de seguir perdiendo, y en el mientras tanto a partir del diez de diciembre quedará un solo concejal, Alberto Esnaola.
Esto no es ficción, pura realidad.
Además, como aditamento, deberán prepararse para acompañar al ingeniero Mauricio Macri, un candidato serio para disputar la presidencia ,quien ya les dijo claramente con honestidad brutal … «el que gana conduce y el que pierda sugiere».
El «macrismo» se prepara para conducir.
¿El radicalismo se prepara para sugerir?
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