viernes, marzo 29, 2024

Justicia, Nacionales

CASO NISMAN: Crecen las dudas después de la conferencia de Lagomarsino

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Diego Lagomarsino es el último que vio con vida al fiscal y está imputado por facilitarle el arma con la que se efectuó el disparo. «Le enseñé a él a usar el arma en el departamento», contó en conferencia de prensa.

Tras haber sido imputado por haberle dado un arma a Alberto Nisman, Diego Lagomarsino, el último hombre que lo vio con vida, rompió el silencio y brindó una conferencia de prensa para «relatar lo que sucedió ese sábado» en la que «lamentablemente» le entregó el arma con la que el fiscal efectuó el disparo que causó su muerte. Sin embargo, se negó a responder las preguntas de los periodistas y las dudas en torno a su relato se acrecentaron.

«No estoy bien porque se fue una persona con la cual trabajé mucho tiempo», afirmó Lagomarsino durante el contacto con la prensa que se dio en el estudio de abogados y tras aclarar que su silencio se debió a que la fiscal del caso, Viviana Fein, le pidió que no hablara con ningún medio.

Junto a su abogado, Maximiliano Rusconi, el especialista en informática de 38 años afirmó que el fiscal le dijo que tenía «miedo por las chicas» y que no confiaba en sus custodios. «Me dijo que estaba preocupado y que tenía más miedo de tener razón que de no tenerla», relató Lagomarsino.

Aunque tanto el imputado, como su abogado, negaron en varias oportunidades que sea un agente de los servicios de inteligencia, no pudo explicar porqué una persona encargada de realizar trabajos de backup digitales era portador de un arma y cobraba uno de los salarios más alto de las Fiscalía Especial AMIA (40 mil pesos).

Luego comenzó a narrar lo ocurrido el sábado 17 de enero, cuando acudió al departamento de Nisman en el complejo Le Parc de Puerto Madero: «El sábado en mi casa, me suena el teléfono y me aparece una llamada privada -que yo no escucho- a las 4.26, y vuelve a sonar y atiendo».

«Era Nisman diciendo ‘por favor, podés venir’. No era infrecuente que el me diga vení. Me vestí y fui a Puerto Madero. Llego a su casa, me identifico en el portón que queda más cerca del río. Hablan con alguien arriba y me autorizan el acceso. Entro por la puerta de servicio como normalmente lo hice. Subo, me abre el la puerta, me hace pasar. Sobre la mesa del living había mucha documentación. Me llamaba la atención que había cuatro resaltadores amarillos», contó Lagomarsino.

Según relató, luego Nisman le preguntó si tenía un arma. «Me dejó totalmente mal parado. Imagínese si su jefe les pregunta eso. No lo podía creer. Lamentablemente le dije que sí».

El momento de la entrega del arma

Lagomarsino contó también el momento en el que el fiscal Nisman le pidió prestada el arma, durante la primer visita de ese sábado.

«Él tenía un orgullo tremendo por sus hijas y me consta. Me dijo que quería el arma para llevar en la guantera por si venía un loquito. ‘¿Sabés lo que es que tus hijas no quieran salir con vos por miedo?’, me dijo», relató.

El experto en informática, según su relato, le respondió que el arma que poseía -la Bersa cálibre 22- era «un tremendamente vieja» y que fallaba. El fiscal le respondió: «Es el único favor que te pido, ¿me lo hacés?».

Largomarsino contó que accedió al pedido, salió de edificio y se dirigió a su casa. «Todavía estaban mi mujer y mis hijos. El arma no estaba a mano, así que esperé un poco que se fueran. Me puse a tomar mate con ellos, ahí mi mujer me preguntó por qué estaba tan pálido».

«Ellos se van siete y pico y ahí me vuelve a sonar el teléfono y era Nisman preguntándome si ya la había encontrado. Le dije que aún no pero que se quede tranquilo. La encontré, junté las partes del arma y las puse en la mochila, junto a una caja empezada de balas y salí para la casa del fiscal», continuó su relato.

«Cuando llego me vuelvo a anunciar y veo a uno de los policías de su custodia. Era Benítez, él al único que nombraba era a Benítez. Subimos juntos por el ascensor. Ahí el custodio me preguntó que pensaba del 4G, yo le respondí que si no andaba el 3G, dudaba mucho que pudieran hacer funcionar el 4G», agregó.

«Sale Nisman con un sobre que le entrega a Benítez, no le dio ninguna dirección delante de mí y se va. Yo entro, me hace pasar al living y yo le digo ‘¿me preparás un café?’ y me dio la cápsula y me dijo ‘preparátelo vos'», recordó.

Lagormarsino explicó que le dijo al fiscal que si bien, él no era experto en armas, una persona le había enseñado las nociones básicas de cómo usarla y que el fiscal le respondió: «No importa porque no la voy a usar». «Yo le dije si la tenés que usar tenés que saber las normas de seguridad», contó.

«¿Vos tenés portación? Yo pensé que estabas calzado siempre», le pregunté, narró Lagomarsino. «Sí, tengo protección, yo soy fiscal», me contestó. «Ahí la deja en el sillón y me voy. Intentó salir por la puerta de servicio y me dice, que salga por la principal. Cuando abre la puerta, y también se abre el ascensor con cinco personas adentro, entonces me apuré a saludarlo y bajé. Agarré mi camioneta y me fui a mi casa», agregó.

«El domingo voy al supermercado y tipo 11 le mando un mensaje: ‘¿Estás más tranquilo ahora?’, pero nunca me contestó. Le voy a pedir disculpas pero yo no quiero hablar más», dijo Lagomarsino, antes de pasarle la palabra a su abogado Maximiliano Rusconi, quien fue el que pasó a responder las preguntas de la prensa.

El polémico abogado de Lagomarsino

rusconiLagomarsino nombró a Rusconi como su abogado tras haber sido imputado por haber facilitado al fiscal Nisman el arma que le provocó la muerte.

El abogado Maximiliano Rusconi, representante de Diego Lagomarsino en la causa por la muerte de Alberto Nisman, tiene una polémica cartera de clientes: es también el encargado de la defensa de Carlos Menem en la causa por la venta de armas a Croacia y Ecuador.

Rusconi tiene en sus manos la defensa del especialista en informática Lagormasino, que es el único imputado en la causa por la muerte del fiscal de la AMIA.

Rusconi es profesor adjunto por concurso de Derecho Penal y Procesal Penal, de grado y posgrado, de la Universidad de Buenos Aires. además, trabaja dando clases en los Colegios de Abogados de San Isidro y de Neuquén.

También fue fiscal general de la Procuración General de la Nación, además de coordinador de la Unidad Fiscal para la Investigación de Delitos Tributarios y Contrabando (UFITCO) y representante del Ministerio Público en la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales.

Asesor de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, del Ministerio de Justicia, de la Procuración Penitenciaria, de la Defensoría General de la Nación y de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Rusconi participó en proyectos de reforma judicial y publicó artículos de la especialidad en varios países.

A la vez, fuera de nuestro país, fue funcionario de la Organización de las Naciones Unidas y consultor no permanente del Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial, del Instituto de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente (ILANUD) y USAID (Agencia Internacional del Desarrollo de los EEUU), además de miembro de la Asociación Argentina de Derecho Penal.

Rusconi, junto a Gabriel Palmeiro, fue designado por el ex presidente Carlos Menem para que lo defienda en la causa por el contrabando de armas a Ecuador y Croacia.