viernes, abril 19, 2024

Nacionales

II Congreso Nacional del Instituto Laico de Estudios Contemporáneos

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Reunido en Córdoba, La Docta, ciudad protagonista de la historia del Laicismo y el Librepensamiento, el 3 y 4 de octubre, no solo porque en 1918 sus estudiantes nos dejaron como mandato el Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria, sino también porque esos mismos estudiantes, junto a los obreros y sectores medios, protagonizaron jornadas históricas por su masividad y contundencia, frente a las “cordas frates reaparecidas desde el fondo del oscurantismo”, con la presencia de representantes de las filiales de Necochea, Mar del Plata, Trelew, La Plata, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Tucumán, Salta y Jujuy, el

II CONGRESO NACIONAL DEL INSTITUTO LAICO DE ESTUDIOS CONTEMPORÁNEOS:

I.- MANIFIESTA:

Su alta preocupación por lo que, a su entender, configura signos negativos de estos tiempos. Los avances legislativos de los últimos años, que se sumaran a la saga histórica de conquistas que consolidarían la laicidad de la sociedad y el Estado, han entrado en un cono de sombra. Porque reivindicamos de las generaciones pasadas la ley de matrimonio civil, la ley 1420 de educación laica, gratuita y obligatoria, la ley de sufragio universal masculino y obligatorio, la Reforma Universitaria de 1918, la ley de sufragio universal femenino, el divorcio vincular y la patria potestad compartida, las leyes de matrimonio igualitario y de identidad de género, las de fecundación asistida y muerte digna, y el fallo de la Corte Suprema con relación al aborto vigente desde 1921, nos preocupa sobremanera que:

a.- se presente como progresista la reciente ley de reforma del Código Civil argentino, que consolida el privilegio –otorgado por dictadura de Onganía, ley de facto 17711 mediante- de la Iglesia Católica Apostólica Romana de ser “persona de derecho público”, con el mismo rango que el Estado nacional, provincial y municipal.

b.- se tolere, en el marco de invocaciones al progresismo, la enseñanza religiosa obligatoria en las escuelas públicas de Salta.

c.- se mantengan textos constitucionales provinciales que hacen que el Estado “tenga” confesión religiosa, como es el caso de la Provincia de Santa Fe, o que aseguran la enseñanza religiosa, como La Pampa, Córdoba y Tucumán.

d.- se tiña, tanto desde los medios masivos de información como de las autoridades estatales, la vida cotidiana de una sobredimensionada invocación de la religiosidad, atento las, al parecer, inevitables muestras de seguidismo al gobierno de la Roma religiosa.

e.- se acepte el deterioro creciente de las condiciones de aprendizaje de los alumnos de todas las jurisdicciones, cuyo rendimiento escolar ha sido medido tanto por los organismos nacionales como internacionales, con resultados altamente preocupantes.

f.- se considere como natural que una importante franja de jóvenes de entre 15 y 25 años no trabajen ni estudien.

g.- se adopten mecanismos en diferentes jurisdicciones educativas, impulsados por el Ministerio de Educación Nacional, que facilitan la promoción de los alumnos y legalizan resultados exitosos al solo efecto de las mediciones estadísticas.

h.- se haya legalizado la desaparición de la palabra “laica” como calificativo de la educación pública, ya que ningún texto legal, excepción hecha de Mendoza, la consagra. Sin embargo, en esta jurisdicción los llamados festejos patronales son obligatorios en el calendario escolar.

II.- RATIFICA:

Su compromiso con la construcción de una sociedad laica que, consolidando los avances legislativos registrados en diferentes campos del entramado social, consagre para las generaciones presentes y futuras la separación clara y precisa del Estado nacional, provincial y municipal de todas las confesiones religiosas. Ninguna de ellas tiene el derecho de imponer su código moral si no es en el ámbito de la vida privada de sus feligreses. El Estado debe atender “los dolores que quedan” en tanto son las libertades que faltan.

En ese contexto, la intromisión religiosa en cuestiones de educación, salud, vida familiar y su consagración legislativa convierte en privado lo que es público que, en tanto tal, debe estar exento de las categorías morales y los preceptos religiosos.

La ética laica parte del derecho de todos a, ejerciendo el librepensamiento, optar por la escala de valores personal que se compadezca con la vida republicana, democrática, con justicia social y movilidad social ascendente. El seguidismo oportunista de la “papamanía” nada tiene que ver con nuestros objetivos. La hipocresía tampoco.

III.- CONVOCA:

A todos los ciudadanos y ciudadanas a acompañarnos, desde su más amplia libertad de pensamiento, en la construcción de la sociedad laica que –como imperativo categórico- nos viene del fondo de la Historia. Las conquistas que hemos enumerado no son patrimonio de un partido político ni de un tiempo histórico. Se fueron concretando a lo largo de los tiempos y encontraron a ciudadanos y ciudadanas de diferentes extracciones políticas, ideológicas y religiosas protagonizando su construcción y consolidación. Sin embargo, observamos con preocupación algunos retrocesos graves, en particular en el campo de las políticas públicas educativas

El ILEC ofrece, a esos fines, su aporte y su disposición a compartir –de igual a igual- con otros sectores sociales y políticos la lucha permanente por los valores del laicismo y el librepensamiento.

Dada en la sede del II CONGRESO NACIONAL DEL INSTITUTO LAICO DE ESTUDIOS

CONTEMPORÁNEOS, la desacralizada capilla de la “cárcel del buen pastor”, recuperada para el espacio público.