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Por Miguel Abálsamo.

La definición de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires determinando la destitución del ahora ex intendente profesor Horacio Tellechea, con trece cargos en su contra, algunos de relativa importancia comparando situaciones de otras administraciones comunales, y sin hacer lugar a un  elemento clave que fue el vital factor de defensa esgrimido ,la incompatibilidad del concejal Alejandro Issin ,presidente de la Comisión Investigadora, a raíz de su alto cargo gerencial en la Usina Popular Cooperativa, dejó  a los pocos minutos conceptos diversos de diferentes actores políticos del distrito.

Con racionalidad el intendente interino José Luis Vidal manifestaba… «es un día muy triste, y en mi caso la segunda vez que lo vivo, la primera en los noventa con mi hermano Alfredo… estas situaciones han llevado al distrito al momento que vivimos», el edil Alejandro Issin… «funcionaron las instituciones», algo inobjetable, las instituciones funcionaron, en cierto,  el presidente del HCD. Pablo Aued….»hicimos lo correcto», enmarcado en una crónica que tenía olor a sabor esperado de hace días, más aún cuando el intento vía Washington, enviando su defensa a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, parecía la última instancia de un peregrinaje que comenzó hace un año y medio.

Horas después el intendente destituido en declaraciones radiales en FM La Radio 93.5, programa «Dalo por Hecho» de Aspiroz  y Moreno, afirmaba que nada lo doblegará, persistirá en sus reclamos (tal vez se refería a la elevación de la nueva instancia en Corte Suprema de Justicia Nacional), mostrando entereza para decir «continuaré  en política, de eso no tengo dudas».

Quien realmente sorprendió con sus declaraciones es el edil radical, doctor Alberto Esnaola, en una dicotomía digna de un análisis «borgiano», por un lado asemejándose a un estudiante universitario con algunos granitos adolescentes marcados en el rostro, y por otro como avezado Maquiavelo de la política folklórica casera, que viene arrastrando a su juego a casi la totalidad del Concejo  Deliberante, afirmando su figura «marketineramente», debilitando cada día más con su accionar a una Unión Cívica Radical que no le encuentra salida a sus vericuetos modos de militar y sinuosas huellas por donde transita.

Esnaola aparece en el discurso como un hombre de vereda de enfrente a sus opositores legislativos y por otro como socio principal accionista, que teniendo un pequeño porcentaje de credibilidad y cero en intención popular, se las ingenia para quedarse con herencias de los demás, comprometer al conjunto, enredarlo en su telaraña y llevarlos, como en la última jugada de llamado a convocatoria para determinar sobre la policía municipal, a una derrota generalizada, de la cual su figura no queda excluida pero en menor proporción. «Beto» terminó quemado pero con heridas de menor grado.

“Sin ninguna duda Necochea esta mejor desde esta madrugada», dijo «Esnaola, al conocerse el fallo que destituía al profesor Tellechea.

Para colocarle un marco, hacer un cuadro y colocarlo en el primer piso del municipio. No tiene desperdicio.

Esnaola es fiel al concepto… «dentro de grandes mentiras siempre queda un pedazo de verdad». Hace valer ese mínimo porcentaje de verdad para esconder esa mayoría de falacias con tono electoralistas y ventaja personal.

El profesor Tellechea ya no esta, y por arte de magia la ciudad ha cambiado, o al menos así la ve Esnaola.

Una tomadura de pelo a los habitantes, provengan de cualquier arco ideológico o se encapsulen en los más variados partidos políticos, una fina broma en momentos delicados donde se tienen que hacer esfuerzos superlativos para pagar salarios, sacando de la alcancía las últimas monedas, donde en lo que va del año cerraron 57 locales comerciales por distintos motivos, donde el ciudadano les dijo en la cara a casi todos, no que se vayan, pero si que se queden y arreglen la casa, cuando apenas un puñado fue a votar en uno de los temas más sensibles como es la inseguridad para determinar el si o el no a la instalación de la policía municipal.

Tal vez haya sido la indiferencia de una ciudad muy especial, pero también es fácil identificar que en el faltante a las urnas hay un mensaje que nuestros políticos deberán entender, ciudadanos hartos de tanta incongruencia, hastiados de escuchar sobre las bondades de nuestro distrito, para que sean sólo palabras sin acciones que cambien para bien nuestra calidad de vida.

Cuando Esnaola dice que la ciudad esta mejor, debería darse una vuelta por nuestros comercios y que les cuenten como se sienten los comerciantes cuando ingresan a fotografiarles sus publicidades existentes para exigirles el pago respectivo por esa utilización, luego de promulgarse por mayoría aquella ordenanza que permite a una empresa «foránea» el brillante negocio de llevarse el setenta por ciento de lo recaudado, dejando el treinta por ciento a nuestros dirigentes,  30 % de reclamos, exabruptos y algún acto de violencia que es de esperar no se produzca, por la irritación comercial existente, y una Cámara Comercial e Industrial que debería aparecer en su dimensión convocando a todos para ejecutar una herramienta de protección ante este «afano» al bolsillo de los comerciantes.

La ciudad que amaneció mejor según la visión radical del abogado sempiterno dueño de puestos rentados, sin embargo sigue sin definir el futuro del parque, la concesión de la Playa de Camiones «El Chiquero», la urgente solución de la salud pública, donde hace casi un año en el «Irurzun» no se opera porque falta un anestesista.

Cuando la culpa es de todos termina siendo de nadie.

Con la salvedad que desde el 2003, cuando Julio Municoy dejó el gobierno con una caja de superavit de 1.500.000, luego de la crisis casi terminal del «aliancismo» 2001, pasando por 8 años del alcalde Daniel Molina, lo corto de Tellechea y lo apretado de Vidal, la deuda municipal se sitúa en 70 millones , pesos más, pesos menos.

Todo dicho.

Todos, incluidos, en menor responsabilidad, la sociedad, tenemos nuestra cuota parte, cuando no podemos unirnos en un proyecto común, nos distraen con discursos floridos sin contenido real, se forman sociedad para afanes in dividuales relegando el conjunto, con dirigentes que en los últimos años nos han  hecho retroceder al más bajo escalón  sin siquiera ponerse colorados o esgrimiendo  una autocrítica.

La rueda de la calesita sigue dando la misma vuelta, pasamos nosotros, después nuestros hijos y vendrán nuestros nietos, la sortija la tienen los mismos y se la reparten un ratito.

Dirigentes especiales en buscarle problemas a las soluciones.

Buscarle problemas en el estacionamiento medido, en vez de  contar con una empresa clara y concreta, profesional en la materia, empiezan con  el crucigrama de celulares por medio, negocios que deben estar abiertos para las tarjetas, siendo fácil imaginar los reclamos que vendrán y las broncas que se acumularán, problemas a las soluciones como cobrarle a los comerciantes publicidades nacionales que tienen sus negocios, como dos claros ejemplos de que nos pasa lo que nos pasa, precisamente por todo esto.

Ahora vendrá el tiempo eleccionario que queda a la merced del señor gobernador de Buenos Aires, determinando el adelantó o no de la elección a Intendente por un plazo de pocos meses.

¿En que cabeza cabe dar elecciones con plazos tan acotados, donde el gobernador tiene 120 días para determinarlas… y estaríamos votando en pleno verano para que por unos meses se siente en la intendencia el nuevo Jefe Comunal?

Hasta para aquellos dos que tienen las mayores chances, Roberto Rago (el de mayores posibilidades) y Facundo López, por ser quien menos conflictos internos tiene y viene en ascenso, se plantean interrogantes muy severos de quemar etapas que puede volver a costar caro a ellos mismos y fundamentalmente al distrito.

Elección anticipada donde estratégicamente  diversos candidatos le sacarán el cuerpo, puesto que nadie arriesgará su futuro en una anticipada elección perdida, donde debe pelear en el mano a mano, en desigualdad de condiciones, sin tener en cuenta que hasta puede producirse unas PASO (Primarias Abiertas Simultaneas Obligatorias), determinando el ganador de sus partido para convertirse en el candidato.

Necochea es el distrito de la inestabilidad,  donde planificar el mañana parece imposible y proyectar en conjunto una utopía.-

Al menos es de esperar que no haya anticipación de elecciones, y pueda afirmar su continuidad hasta el final del mandato el actual intendente interino José L. Vidal, quien de ser así debería abrir las puertas a la participación en un equipo de gobierno que necesita oxigeno, donde algunos no están a la altura de las circunstancias y merecerían por un tiempo volver al banco de los suplentes.

En esta radiografía sintética observamos una gran problemática distrital, sumado a la naturaleza imparable que nos ha dejado gente humilde perdiendo sus cosas, cosechas diezmadas y lo mucho a ayudar  no alcanza para paliar las necesidades.

Esta es la Necochea que un edil dice «amaneció  mejor desde la destitución hace unas horas del intendente Tellechea».

Parece ser cierto aquello… «para muchos cuando más peor, más mejor…».