martes, abril 23, 2024

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CIENCIA: Mareas, geotermia y litio, la apuesta nacional a las energías renovables

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«A menos que la Luna se vaya, el flujo seguirá», explica Gustavo Bianchi, titular de Y-TEC, sobre el proyecto de fuerza mareomotriz con las corrientes de los mares patagónicos. También se aprovecharía el vapor caliente de la cordillera.

YPF es un mundo, una de las principales fuentes de riqueza de la Argentina, y también un símbolo. Cuando hace dos años se anunció la renacionalización del 51% de sus acciones, retornaron las imágenes de la empresa que fue un ícono del desarrollo nacional durante décadas, y también el paradigma del fracasado movimiento privatizador de los ’90. Hoy es la puerta de acceso a un mañana energético que puede encontrar al país en una situación de privilegio, si la sabe aprovechar: el futuro no tan lejano es el de los combustibles no convencionales y el de las energías renovables.

Eso lo sabe Gustavo Bianchi, presidente de YPF Tecnología SA (Y-TEC), una empresa estatal creada entre la petrolera y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). «No hay nada parecido en el mundo, y lo digo con razón porque trabajé en todos lados», aseveró en diálogo con Tiempo Argentino. Entre YPF y el CONICET se reparten las acciones de esta compañía de innovación y desarrollo, creada hace 17 meses, cuya misión es «brindar soluciones tecnológicas y formar especialistas para el desarrollo de la industria energética».

La Argentina –sostiene Bianchi– se encuentra frente al desafío histórico de cambiar el paradigma energético y diversificarlo, además de lograr el autoabastecimiento que, estima, se dará en unos tres años. El país cuenta con ventajas competitivas, al tener la segunda mayor reserva mundial de shale gas y la cuarta de shale oil. En este contexto, tres ejes son claves para Y-TEC: conocer el combustible no convencional, recuperar campos petroleros, y uno que asoma con cada vez mayor fuerza, el de implementar energías alternativas. Limpias, sustentables y más accesibles.

FACTOR DE CARGA. La energía del mar la aprovechan pocos países en el mundo, que tienen «diferencia de marea». La primera fue La Rance, en Francia, hace más de 50 años, y sigue funcionando. Y-TEC comenzó la búsqueda propia. Se compraron dos boyas por 2,3 millones de dólares, que serán colocadas en la región del Estrecho de Magallanes, en el Canal de Beagle y en el estuario del río Gallegos. Las corrientes de la Patagonia austral son tan fuertes que su potencial energético oceánico y mareomotriz es considerado «enorme». Las boyas medirán el recurso marino: temperatura del agua, altura de la olas, presión, velocidad de las mareas. De forma paralela, se trabaja junto a la empresa nacional INVAP en el desarrollo de turbinas hidrocinéticas para generación eléctrica a partir de corrientes marinas. La clave será saber si la velocidad del flujo de la corriente es constante. «Si tengo un flujo constante es como si fuera una hidráulica. Pongo una turbina, y arriba el generador. Es muy simple. Por eso queremos ver el factor de carga y la eficiencia», explica el titular de la pata tecnológica de YPF. Lo que prevén es que el factor de carga alcance un 70%, o sea, que de 100 días trabaje 70, mejor que la eólica, que genera 40 días sobre 100, y que la hidráulica, que es del 65 por ciento. Además, no depende de lluvias o sequías. A menos que la luna se vaya, el flujo va a seguir caminando», razona Bianchi.

La primera boya se colocará a principios de julio, en Punta Loyola, cerca de Río Gallegos. En cuestión de días se podrá determinar la velocidad de las corrientes y mareas. «En un año podemos tener resultados. El potencial es muchísimo, estamos hablando de gigawatts de potencia, podría dar energía a todo Río Gallegos.» Mientras, para evitar accidentes, Y-TEC firmó un convenio con un grupo de oceanógrafos de Puerto Madryn para conocer el movimiento de los animales que transitan esas profundidades.

Otras de las principales líneas de la Gerencia de Energías Renovables de Y-TEC es la energía geotérmica, que busca aprovechar el gran potencial del vapor caliente del interior de la cordillera para que brinde generación eléctrica, por ejemplo a emprendimientos mineros. «En Jujuy podemos llegar a generar de dos a cuatro megawatts de potencia en la montaña. Lo bueno es que es renovable y podemos ponerla en funcionamiento en poco tiempo», plantea Bianchi. Y se animó a proyectar: «Incluso, por la zona, se puede llegar a vender energía a Chile.» También se apunta al biogás: la generación de energía a partir de desechos biológicos de cultivos energéticos, como sorgo, maíz, césped o ensilados, y desechos orgánicos de instalaciones industriales.

EL MINERAL DEL FUTURO. Con el litio se producen las baterías para celulares, computadoras, satélites o transportes eléctricos. Y la Argentina se encuentra en una situación de privilegio, al ser junto a Chile el segundo país con más reservas en el mundo, detrás de Bolivia, acaparando un 20% del total.  Hasta el momento, el crudo es extraído por una decena de empresas extranjeras que se lo llevan como materia prima y producen las baterías en sus países. La idea de Y-TEC, que ya firmó un convenio con Jujuy, es investigar y desarrollar el ciclo completo del litio, desde los salares hasta las celdas para la fabricación de baterías, y evitar así la importación de un producto que se basa en un material originado en el propio país.

«Lo importante acá es que uno tenga el conocimiento para el desarrollo de la pasta, el cátodo, el ánodo y de la membrana. Es un proyecto ambicioso, porque si uno tiene el conocimiento y fabricación de esto, tiene el mercado; el resto de la batería se puede ensamblar», remarca el titular de Y-TEC. En menos de dos años –calcula– estará funcionando la planta piloto, que será la primera de Latinoamérica en dominar esta tecnología. Apelarán a una patente del CONICET basada en un desarrollo electroquímico que permite ahorrar consumo de agua para obtener el carbonato de litio, uno de los principales problemas de las empresas extranjeras en la extracción del mineral, que generaron inundaciones en las zonas jujeñas y salteñas, y por lo que varias de ellas fueron denunciadas en la Justicia por más de 30 pueblos originarios. Bianchi, químico y doctor en Ciencia de los Materiales, lo grafica: «Lo que viene es el litio. Hoy los autos son a nafta, el futuro es con baterías.»

GENERACION INTERMEDIA. En sólo un año, Y-TEC cuenta con tres patentes que se están tramitando en Estados Unidos, desde geles para evitar el contacto entre capas que ayudan a mantener la estructura, al igual que cementos, hasta una fibra óptica que mide rápidamente la presión, temperatura y caudal en cada capa del pozo, un equipo de perforación no convencional y un software donde trabajan con modelados predictivos y simulación de fracturas de roca 3D para el no convencional.

Bianchi hace una observación sobre la planta de investigadores: falta la generación intermedia. Están los senior, de reconocimiento internacional, y los junior, jóvenes con doctorados en el CONICET y menos de cinco años de experiencia en el petróleo. «Los seniors los están formando en distintas líneas para conseguir la generación intermedia que no tenemos.» Y refleja otro problema: en el país hay pocos geomecánicos, geoquímicos y geofísicos: «Entonces, tomo un doctor en geología y uno en ingeniería mecánica, o uno en física y otro en geología, los mando a congresos, cursos, los capacitamos por videoconferencia, y obtengo dos geomecánicos y dos geofísicos.» «

Pozos recuperados y más producción

Para limpiar y reacondicionar pozos que habían sido cerrados durante los últimos años de la gestión privada, Y-TEC buscó desarrollar tecnologías baratas de recuperación de pozos que evitaran salir a comprar al mercado. Y luego apuntar a la llamada recuperación «terciaria», es decir, agregándole al agua productos como polímeros, para aumentar su viscosidad y mejorar el «barrido».

De este modo, las mejoras tecnológicas que aportó Y-TEC ayudaron a que la extracción de gas natural y petróleo haya aumentado en los primeros tres meses de 2014 un 18% y un 6,8%, respectivamente, en comparación con el mismo trimestre del año anterior.

Lejos de las napas

Cuando se habla de petróleo y extracciones, la situación medioambiental es un tema fundamental. El principal yacimiento, Vaca Muerta, cuenta con el beneficio de estar alejado de los centros urbanos y el hidrocarburo. Está a más de 2500 metros de profundidad, muy distante de las napas acuíferas, “lo que evita cualquier tipo de comunicación y contaminación entre las distintas capas del subsuelo”, según indican desde YPF. Sobre los posibles riesgos del fracking, el método de extracción por fractura hidráulica, Gustavo Bianchi, presidente de Y-TEC, considera que “la fractura ya tiene 80 años de historia. Se fractura con agua, pero se utiliza muy poca cantidad, que luego se reutiliza. Y es técnicamente imposible generar un sismo con eso. Después se habla de los productos químicos contaminantes, pero sólo usamos el 0,5%. Se agregan productos como la goma guar, biodegradable, que está en cremas y caramelos; usamos bicarbonato de sodio que está en los dentífricos, y los mismos surfactantes que están en los detergentes de cocina. Son las mismas concentraciones”.