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El Sumo Pontífice dijo hoy, durante el Ángelus en la plaza San Pedro, que «no bastan las normas jurídicas para obtener comportamientos buenos y honestos, sino que hacen falta motivaciones profundas, expresión de una sabiduría oculta, la Sapiencia de Dios, que puede ser acogida gracias al Espíritu Santo».

Frente a miles de personas, Francisco observó que «Jesús no da importancia simplemente a la observancia disciplinaria y a la conducta exterior. El va a la raíz de la Ley, apuntando sobre todo a la intención y por lo tanto al corazón del hombre, donde tienen origen nuestras acciones buenas o malas», según reproduce la Agencia Ansa.

La reflexión del Papa partió del Sermón de la Montaña, en el capítulo V del Evangelio de San Mateo, «sobre la actitud de Jesús respecto de la Ley judía».

«Jesús nos recuerda que también las palabras pueden matar. Por lo tanto, no sólo no hay que atentar contra la vida del prójimo, sino tampoco volcar sobre él el veneno de la ira y atacarlo con la calumnia», explicó.

«Jesús propone a quien lo sigue la perfección del amor: un amor cuya única medida es no tener medida, ir más allá de todo cálculo», agregó. TELAM