viernes, marzo 29, 2024

Opinión

¡RÁPIDO… SACÁ, CAMBIÁ, PASÁ…!

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Por Guillermo R. Sturla – grs@telpin.com.ar

¿Qué Argentina supimos conseguir? ¿Cuál es la calidad institucional? ¿A qué nivel llegó la degradación ética? ¿Existe la confianza en los que nos gobiernan?

Muchas personas; más de las que nos imaginamos; vomitan las palabras del título cuando aparecen en las pantallas de los televisores, las imágenes de la actual presidente, su esposo, o algunos de los succiona calcetines más cercanos a ellos (y cada vez más lejanos a la gente).

La bronca surge de bien adentro, de las tripas, del alma, de la piel y el “RÁPIDO, SACÁ, PASÁ, NO QUIERO VERLOS” demuestra una inquina profunda que no es buena para el sistema democrático; pero que es bien merecida y ganada por “ELLOS”; por acción u omisión.

¿Qué esto no es cierto o exagero? No crea, pregunte, investigue, ahonde.

Es penoso que el estilo sobrador, autoritario, confrontativo, agresivo, despectivo, impune y pusilánime, ataque desaforadamente a la conciliación y a la búsqueda de parámetros CONVENIENTES para el bienestar común de absolutamente todos los argentinos.

La política debe ser debate, no ataque.

El poder es verdadero cuando se convence, no cuando se agrede para aplastar al que piensa diferente.

Más temprano que tarde, la destemplanza en las palabras, las actitudes patoteriles y las agresiones de cualquier tipo, terminan convirtiéndose en un “BOOMERANG”. Y esto les está pasando al KAISMO y sus laderos de ruta.

En la actualidad, la imagen negativa sigue creciendo – mejor ni hablar de otros como Moreno, Delía, Kunchel, Aníbal, Moyano, etc. ¿Podrían entrar en una medición sana de todas sanitud?

Pero ¡Cuidado…!

Esta forma despótica disfrazada de democrática sólo puede suceder cuando no hay participación ciudadana activa y comprometida con su sociedad.

Cuando la corrupción es tomada como anécdota y no como veneno del cuerpo social,

Cuando la violencia y sus matices están institucionalizados,

Cuando resulta más fácil criticar que tomarse el trabajo de controlar al funcionario,

Cuando renunciado o alejado del cargo nadie lo investiga,

Cuando se usurpan títulos y todos “calladitos la boca”,

Cuando no condenamos de por vida a los que nos arruinan la misma,

Cuando nos RESIGNAMOS, nos RESIGNAMOS y nos RESIGNAMOS,

Cuando vivimos permitiendo que nos toquen el trasero y lo tomamos como simples caricias,

Cuando no nos preocupamos y ocupamos de inundar a los partidos políticos de personas honestas y trabajadoras de verdad.

“¡SACÁ, CAMBIÁ, PASÁ, APAGÁ!” ¡Qué pena para mi patria, qué lástima para mi nación, qué bochorno para mi país, qué vergüenza para nuestros hijos, qué peligro para nuestro futuro!

Es necesario que cualquier dirigente se sienta con el aliento en la nuca y recuerde el FUENTEOVEJUNA de Lope de Vega…

“¿Quién castigó al comendador?”

“¡Fuente ovejuna, TODO el pueblo señor!”