jueves, abril 18, 2024

Opinión

OPINIÓN: A los aprietes y agravios los periodistas respondemos con pruebas.

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Por Horacio Castelli

En la última semana periodistas de Necochea recibieron cartas documentos de supuestos “empresarios” por informaciones vertidas en sus programas y medios donde trabajan. Las informaciones se confirmaron con documentación y ahora la justicia recibió una fuerte denuncia contra Rafaél Mujica Lázaro y Fernando Vicente Plastino.

Estos sujetos que se autodenominan como “empresarios” y que han intentado silenciar a Marcelo Aspiroz y Miguel Abalsamo con cartas documentos se han encontrado que la sociedad no les cree y sí defienden a sus comunicadores sociales.

El Sindicato de Prensa de Necochea, rápidamente respondió con la contundencia de la verdad y la defensa de la libertad de expresión a quienes intentaron amedrentar a nuestros colegas.

La verdad siempre triunfa aunque lleve tiempo y haya que sortear caminos sinuosos y con momentos de zozobra, si lo sabrá Marcelo Aspiroz que muchas veces fue hasta menospreciado por alguno de sus propios colegas.

Pero, justo allí es donde reside el error de quienes creen estar en el sector “profesional” del periodismo y desprecian a quienes desarrollan su labor de comunicadores sociales alejados del calor de las “empresas” periodísticas.

Quién llevó adelante la investigación sobre el Camping Miguel Lillo y otros temas similares fue Marcelo Aspiroz, siempre presentando pruebas concluyentes a sus dichos. Jamás enarboló la calumnia, siempre (mal que les pese a muchos) habló con las pruebas en las manos. Que sus afirmaciones dolían no hay duda. Pero quién comete un delito de corrupción formando parte de su accionar debe atenerse a la consecuencias si es descubierto.

La mayoría de los corruptos y delincuentes quieren las ventajas de su accionar pero no las consecuencias. No aceptan las reglas de juego que muchas veces ellos mismos crearon, las quieren cambiar permanentemente para que los beneficie.

La intención es clara, amedrentar a quienes se animan a informar sobre hechos que suceden en nuestra comunidad entre sombras y cuando la luz de la información los saca a la intemperie la reacción es el ataque.

Pero la realidad es una sola. Ni Marcelo Aspiroz ni Miguel Abalsamo son periodistas que se dejen amedrentar fácilmente, sus convicciones son demasiado fuertes como para que una parva de impresentables los asuste.

Y detrás de ellos somos muchos los que los apoyamos en su trabajo diario de hablar de las cosas que otros callan.