viernes, abril 19, 2024

Opinión

Lo esencial es no ser invisible a los ojos

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Por Miguel Abálsamo

Dicen que frente a la plaza hay una intendencia, y dentro de ella un intendente. Más de 4000 personas marcharon allí a reclamarle a nuestro alcalde ponerse al frente de la inseguridad. Molina recibió el petitorio, sin inmutarse, manifestando que las marchas solucionan poco. ¿Tenemos un intendente invisible?

La gran frase de «El Principito» es …» lo esencial es invisible a los ojos..».

Con referencia a nuestro intendente doctor Daniel Molina podríamos decir que…”lo esencial es que no sea invisible a nuestros ojos».Necesitamos ver un intendente en toda su dimensión.

En verdad nuestro alcalde narra la realidad como comentarista detrás de un escritorio y no como máximo responsable de nuestra seguridad.

Con cara de no entender lo que debiera entender, como si no tuviera nada que ver con la realidad, las quejas son de los otros y las culpan también ajenas, Molina cree que los reclamos llegan al municipio por casualidad, por mala intención ciudadana o por equivocación. Los reclamos llegan por una causalidad.

Mientras la «conurbanización» llegó a Necochea, el intendente cree estar en Suiza recibiendo a simpáticos ciudadanos que con la vida solucionada y sin contratiempos le traen un petitorio para que con todo el tiempo del mundo y las pausas de siestas provincianas «delarruistas» las lea el fin de semana, las analice el año que tiene y las resuelva cuando Dios quiera.

Molina no puede tomarse cinco minutos y tomarse un té, saliendo por una puerta lateral del municipio ante 5000 personas, con tibias declaraciones de compromiso, sin asumir responsabilidades.

Molina debió acompañar la marcha desde su comienzo en la rotonda, abriendo las puertas del municipio de par en par y no protegerla por fuerzas policiales, como si llegarán ordas salvajes a tomar el palacio y terminar con los Zares. Tuvo la oportunidad de hablarle al pueblo de Necochea, con firmeza, convicciones y la seguridad que pretendemos de alguien que conduce políticamente la ciudad.

Ayer el pueblo se fue mal, desmotivado, llevándole un petitorio a un hombre invisible, a un intendente que no pudo ver.

A los ejércitos los conducen los generales, a los barcos los capitanes, a las empresas sus empresarios emprendedores, a un pueblo en conflicto, motivado por una bronca contenida y cierta, no se les puede no dar la cara y menos de dejar de afrontar las responsabilidades.

Nadie puede hacerse el distraído en la inseguridad reinante.

Nuestros legisladores, el diputado nacional Pedro Azcoiti y el senador Javier Massa tienen algo por decir y mucho por hacer en el cambio de leyes que necesitamos imperiosamente, nuestros concejales deberán estar a la altura de las circunstancias, los mandos policiales no sólo exhibir estadísticas, y nuestros jueces especialmente de garantías, darles esas garantías a los ciudadanos comunes y no a delincuentes del elenco estable regional.

Si hay robos hay compradores, también esos son responsables, si hay drogas hay consumidores, si hay droga es porque alguien la introduce en nuestro medio, no solucionamos atrapando al perejil, tenemos que ir un poco más arriba.

Se pueden en el mientras tanto hacer camino al andar, colocar cámaras de seguridad, a las que se opuso el intendente y no fue a buscar el dinero conseguido por el doctor Gastón Guarracino, perdiéndose esa partida , se pueden acotar las guardias en los Juzgados y destinarlas al plan calle seguras, conseguir finalmente la alcaidía , planes de resocialización, operativos concretos en áreas problemáticas, compromiso general de hablar menos y hacer más. Tal vez el único plan de seguridad serio y realizado durante un año por profesionales en la materia lo exhibió en su momento la línea política «Primero Necochea». Pues bien, si sirve utilicémoslo, no importa de donde vienen las soluciones ni el pensamiento ideológico de quien las estudio, si vale la calidad de las mismas para resolver los problemas.

La marcha tuvo una multitud de caminantes, un sinfín de bronca contenida, generalidades de acusaciones, y la sensación de un intendente demasiado silencioso, casi invisible.

Los habitantes de nuestro suelo necesitan dialogar y reclamar ante un intendente, ayer se encontró con una sombra perdida en la noche de una puerta lateral municipal. Lo único que dejó es más dudas que certezas, más debilidad que entereza.

Lo sintetizaba una señora de edad cuando al alejarse de la manifestación exclamaba…» con este intendente y su inacción política, me siento más desprotegida que antes…».