El gobierno bonaerense acaba de dar el OK para que la Legislatura avance en la discusión de un polémico proyecto que demandará no pocas discusiones, cuyas implicancias exceden lo meramente institucional y se meten de lleno en los avatares de la política. Se trata de una ley que puede terminar modificando el mapa político de la Provincia porque lo que está en juego es nada menos que el mecanismo que deberán seguir aquellas localidades que pretenden convertirse en municipios.
El tema fue analizado por un grupo de diputados y senadores con el secretario de Asuntos Municipales, Alejandro Arlía. Y el funcionario y los legisladores acordaron avanzar en la definición de una ley marco que establezca los requisitos básicos que deberán cumplir las poblaciones que están buscando su autonomía.
El presidente de la comisión de Asuntos Municipales de la Cámara de Diputados, Ricardo Montesanti, le dijo a este diario que el tema será analizando en conjunto con los senadores en procura de llegar a una síntesis. «La idea es unificar los proyectos que ya existen: el aprobado por Diputados de Julio Alfonsín y el presentado en el Senado por Federico Scarabino», señaló.
La definición del gobierno de Daniel Scioli sobre el tema es por demás novedosa. Hasta el momento, los gobiernos provinciales se habían esmerado en eludir una discusión espinosa, que se contrapone en general con las aspiraciones y necesidades políticas de no pocos intendentes.
Darle marco a una discusión que se da desperdigada, en la cual cada población con aspiraciones secesionistas juega su propio rol y puja frente a una Legislatura en general impermeable a este tipo de reclamos, significa al menos encausar un debate del que no sólo toman parte funcionarios y legisladores, sino también no menos de 40 poblaciones del Conurbano y el interior con intenciones de independencia.
Antecedentes
Durante el gobierno de Eduardo Duhalde, se crearon nueve comunas, la mayoría en el Conurbano. En los sectores rurales sólo tuvo vía libre Punta Indio, escindida de Magdalena. Pero tras esa administración de 8 años, los diversos intentos chocaron una y otra vez con la negativa del Ejecutivo de turno.
Uno de los pueblos que más insistió en lograr su independencia fue Huanguelén. Incluso, el proyecto tuvo aprobación en una de las cámaras, pero finalmente naufragó. Recientemente, el que pudo avanzar es el que promueve la escisión de Lezama de Chascomús, pero quedó varado en el Senado.
Pero en la comisión de Asuntos Municipales de Diputados existen «por lo menos 30 proyectos», según dijo Montesanti. Incluso, el legislador sostiene que es «necesario» avanzar con la ley marco porque «hay intentos de independencia que no tienen sustento».
Puja de proyectos
Pero los legisladores no tendrán una discusión fácil. De hecho, los proyectos del ex diputado Alfonsín y del senador Scarabino, chocan en un punto central: la cantidad mínima de habitantes que requieren las localidades para ser partidos independientes.
Por caso, la iniciativa de Alfonsín exige un mínimo de 50.000 habitantes para los casos del Conurbano y el Gran La Plata, mientras que esa exigencia se reduce a 2.000 para el Interior. En cambio, Scarabino estira ese requerimiento a 60.000 y 10.000 pobladores, respectivamente.
La cuestión es central: si prosperara la propuesta del senador, Lezama, con 5.000 habitantes, quedaría impedida de ser municipio. Y no sólo Lezama, sino también varias poblaciones pequeñas que buscan escindirse de sus cabeceras. Además, habrá que esperar que el Ejecutivo sume algunas sugerencias.
Otro aspecto de análisis central será la viabilidad financiera del proyecto de independencia. Si la propuesta no es sustentable, no pasará el filtro de la comisión bicameral que será creada para analizar, precisamente, la viabilidad de los proyectos separatistas.
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