Plan Federal en Lobería.
Por Juan Ignacio Agarzúa*
El fin de toda persona, o la gran mayoría, es tener un trabajo de ingresos medios que le permitan vivir – y no sobrevivir – dándose ¿por qué no?, un gusto cada tanto. Dentro de esa ideología de cómo llevar adelante la vida, también se contempla tener un techo, propio o no, pero cuatro paredes que sean testigo del día a día de una familia, que ve a sus hijos crecer, ir a la escuela, luego a la universidad, un ascenso en el trabajo, cumpleaños, recuerdos.
No todos son los que hoy en día tienen una casa. O más bien, tienen casa, pero no un hogar. Que no es lo mismo. No todos tienen la ¿suerte? de poder tener un terreno, y mucho menos una propiedad.
Si bien han disminuido las tasas de interés, resulta complicado enfrentar un préstamo bancario. Caso contrario sucede en los Estados Unidos, donde la base de la economía se ha sostenido históricamente en la emisión de préstamos y créditos para la adquisición de propiedades, pero que llegó a una especie de colapso en los últimos meses cuando los economistas del mundo detectaron una caída del consumo, la construcción y la creación de empleo. Factores que están llevando a la potencia del norte a una casi indeclinable recesión.
Por caso contrario, la inmejorable situación de la macroeconomía, producto del precio del bruto, y el sostenido crecimiento/demanda mundial de China en el último lustro, han impactado en nuestro país de una manera más que favorable.
Algunos pudieron comprar el auto que tanto ansiaban. Otros, consiguieron su hogar. El Plan Federal de Viviendas lanzado por el Gobierno ha cosechado sus frutos durante los últimos tres años. El Plan Federal I y II son un hecho en nuestra ciudad. Y este éxito es resultado de una decisión política tomada por el Municipio, articulada con los planes de acción de
Pero como hay familias que realmente necesitan un techo propio, están aquellas que siempre van a sacar provecho personal ante cualquier acto de solidaridad. Me refiero a aquellas familias que, primero que nada, usurparon casas del plan que se encontraban a medio construir, que entraron a estos nuevos barrios de la ciudad armados hasta los dientes, desafiando a
Pero para con esa clase de gente no debe haber sumisión, y se debe actuar con la inteligencia, la responsabilidad, y en nombre del deber. Desde el Municipio se envió la orden de desalojar a todas aquellas familias causantes de disturbios y que estén usando las viviendas del plan federal como fuente de ingreso. Dirán que no se puede desalojar a una familia de su casa. Pero no confundamos los términos y ubiquémonos en un contexto.
En estas últimas semanas el Intendente se reunió en
¿Significa tanto tener un hogar? ¿Cambia el estilo de vida de una familia? No seré yo, sino las familias que hoy están cada más cerca de adquirir su vivienda, quienes respondan a esas preguntas.
*D.N.I.: 35.123.488