martes, abril 23, 2024

Opinión

Un voto conservador

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Por Miguel Abálsamo

El distrito esta partido en votos. Los humildes y aquellos
que pensaban en cuatro años distintos votaron por
Guarracino, los que quisieron conservar al alcalde lo
reeligieron sin ponerle pasión. Ni vencedores ni vencidos.

El distrito de Necochea en votos está partido por el medio. Ni vencedores ni vencidos. Una elección para leer detenidamente.

Los intendentes en un noventa por ciento son reelegidos y con porcentajes altos al finalizar el primer mandato, aquí también pasó, aunque en forma exigua, perdió  Molina en el interior y  fue  ampliamente superado en Quequén, donde se conforman las capas más humildes y los sectores del agro. Los humildes se sienten desprotegidos por este gobierno y la gente del campo no es bien tratada.

Pudo revertir en Necochea ciudad, en final apasionante, por un puñado de votos. La denominada clase media B, terminó dándole la victoria.

Desaparecieron los demás partidos, escasísimos votos para todos, con un flojo tercer puesto para la Agrupación Comunal Transformadora. La lucha hace dos años venia estableciéndose entre dos, el intendente y el joven abogado. Así se polarizo.

Ganó el voto conservador.

Lo cual no es una definición que menoscabe el voto, simplemente una clase media B necochense que prefirió conservar antes que renovar, como en aquel concepto ..¨más vale malo conocido que bueno…¨.

Nadie se apasionó por el doctor Molina, la mayoría de aquellos que lo conservaron tienen exacta dimensión de un intendente que hizo algo, no mucho más que algo, pero en  este presente no se atrevieron a cambiar. Una manera de no cortar el cordón umbilical en esta instancia.

Molina venció y fue vencido. Sabe muy bien el rechazo del interior y el gran rechazo de Quequén. Sin dudas, razones no les faltan a esos ciudadanos del interior.

Y sabe también que comienza a correr el segundo mandato de tiempos difíciles y apuros generalizados. Sus propios votantes le demandarán en el corto plazo el doble de lo que hasta ahora le exigían, y los que silenciaban actitudes comenzarán a hablar.

Nada cambió en el distrito, la continuidad del alcalde dependiendo de un hilo después de cuatro años de mandato, no tapa el déficit enorme comunal, los problemas próximos de pago a trabajadores del estado, o las viviendas del Plan Federal de Quequén, con setenta familias esperando por un nuevo barrio, sin más explicaciones. Tampoco tapa las diásporas internas de un radicalismo casi desplazado en la campaña electoral. Aguardándose que el presidente del HCD, el joven Sebastián Ebi no sufra una embestida que lo traté desplazar.

Y lo urgente será cumplir la gran promesa, dada por dos veces en campaña  primero en el 2003 y luego en el 2007…ELECCIÓN DE DELEGADOS  EN EL INTERIOR POR EL VOTO POPULAR. En  seis  meses tendríamos que estar votando en cada localidad del interior, si el intendente cumple su promesa de campaña y no busca nuevas excusas como hace cuatro años.

Ya no será tiempo de añorar el crecimiento de Tandil, la renovación de Tres Arroyos, el desarrollo de Rafaela, y el aporte turístico de Pinamar o Gesell, basta de comentaristas de realidades ajenas y envidias exteriorizadas, vayamos a lo nuestro. El distrito necesita mucho más que alumbrado, barrido y limpieza , el proyecto ABL es muy limitado, casi sin ambiciones, nuestro potencial es mayúsculo , como para seguir mirando la vida desde la pequeñez.

Los pueblos tienen los gobiernos que votan. Y la voluntad popular es la democracia. Esto no se discute.

Después podemos teorizar sobre oportunidades perdidas, creo hemos perdido una enorme.

Ojala este sacudón que gran parte de la ciudadanía le dio al intendente Molina lo haga reflexionar.

Contemplar el presente sin sectarismos, comprendiendo que a este distrito lo salvamos entre todos o no lo salva nadie, más en estas circunstancias de empate técnico. Todos los dirigentes tienen una cuota-parte  responsable  de lo que vivimos, tomando en cuenta el 83 hasta hoy. Todos  tuvieron claros y oscuros, Taraborelli, Aloisi, Municoy, Molina, Azcoiti, Venegas, etc… Nadie tiene verdades absolutas, sólo parciales, hablando y analizado desde cada idea, con aciertos y errores.

Esperemos anime a todos un espíritu de unidad por sobre las mezquindades, y nos aferremos a una identidad, dejando de ser voluntades individuales para pensar en el conjunto.

La gente expresó con su voto el domingo lo que pretende de Molina. Los humildes ser atendidos en sus necesidades de justicia social, los hombres de campo un mayor reconocimiento de sus esfuerzos, una parte de nuestra clase media A, que llegue la hora del desarrollo y crecimiento y el interior saber que existen.

La clase media B, quien lo votó masivamente, que se anime a más, por eso le dio un cheque de confianza, tampoco firmado en blanco.

Es de esperar que todos lean el mensaje de las urnas.