viernes, abril 19, 2024

Agro, Nacionales

AGRO: Pérdidas en el rinde de la soja

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Las zonas más afectadas son La Pampa, el centro de Buenos Aires, Entre Ríos, centro-norte de Santa Fe y sectores del NEA

Los meses de verano son fundamentales para definir cuál será el volumen de cosecha, porque durante el periodo estival se terminan de definir los rindes de los cultivos de gruesa, en donde sobresalen la soja y el maíz, que en conjunto componen más del 50% del total de granos producidos en el país.

En esta campaña 2018/19 el clima juega su partido y tras los daños ocasionados en los cultivos de invierno, con un trigo que perdió algo de espacio, el exceso de precipitaciones impacta en los lotes sojeros.

De acuerdo a una estimación de CONINAGRO, la entidad que nuclea a las cooperativas argentinas, las pérdidas económicas para la producción de la oleaginosa ascienden a 2.200 millones de dólares-

Este cálculo, realizado por el Área Económica de la entidad, se obtuvo a partir de la proyección por parte de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) de que el 13,8% de la soja sembrada a nivel nacional contaba con excesos hídricos, lo que equivale a 2,4 millones de hectáreas.

Esta cantidad de hectáreas es «equivalente a 6,5 millones de toneladas que restaría a la facturación del sector en US$ 2.200 millones», teniendo en cuenta el precio FOB de la oleaginosa en US$ 340 la tonelada.

Según la entidad, las pérdidas en la soja corresponden a zonas con excesos hídricos de La Pampa, el centro de Buenos Aires, Entre Ríos, centro-norte de Santa Fe y sectores del NEA.

De todas maneras, desde CONINAGRO advirtieron que “sería temprano para hacer estimaciones con impacto económico teniendo en cuenta que los pronósticos no son alentadores en cuanto al tiempo en las zonas afectadas y que hay lotes que pueden recuperarse».

El presidente de la entidad agropecuaria, Carlos Iannizzotto, sostuvo que la «falta de infraestructura genera al campo un daño con altos costos» y reclamó la implementación de un seguro antirriesgo para los productores.

En este sentido, agregó que «las precipitaciones han sido intensas y han perjudicado a nuestros productores.

Los años pasan, falta planificación y las obras no se ejecutan. Hoy la falta de infraestructura genera al campo un daño con altos costos».

Además, opinó que «con la emergencia no alcanza ni es suficiente, aunque es necesario que se aplique lo antes posible.

La magnitud del desastre es compleja y esto se agrava, aún más, porque para ayudar al productor tenemos tasas de interés que están fuera del alcance de la gente, ante su escasa rentabilidad».