Por Horacio Castelli
No es soberbia, ni la creencia que la verdad está conmigo, ni que tengo las soluciones a nuestros problemas, simplemente es una reflexión de lo que la experiencia me dicta.
Nuestro distrito necesita una definición clara, concreta y rápidamente, entre agropecuaria, portuaria, turística o todo.
El lograr un todo, está en nosotros como sociedad, dejando de lado las peleas sectoriales, que solo nos hunden en la desesperanza y en la pérdida de proyectos, futuro y presente.
Los que hayan leído hasta el párrafo anterior, dirán que solo expreso temas reiterados y sin llegar a ningún lugar.
Es verdad, pero debemos insistir hasta lograr que la conciencia colectiva despierte y comencemos a ser lo que queremos y debemos ser.
Queremos para nosotros y se lo debemos a nuestros hijos y nietos, a las generaciones futuras que no pueden sufrir la dejadez que nuestras generaciones tuvieron, desperdiciando lo que lograron nuestros mayores.
No debemos ser hipócritas y hacernos cargo de como dejamos decaer nuestro distrito, sin luchar para impedir que se fuera desgajando de a poco, lo que lograron generaciones precedentes.
En Necochea se construyeron dos escolleras en el puerto, nosotros apenas pudimos alargar unos metros a una de ellas.
Nuestros mayores, pavimentaron avenidas y calles en forma permanente, nosotros tenemos que rogar durante años para que nos pavimenten dos avenidas y encima, a una la hacemos muy mal, eso si, la llamamos «la obra del siglo».
En Necochea se colocaron caños para el agua corriente y se construyeron las cloacas y los caños pluviales, logrando hace años que no se anegaran las calles.
Nuestros mayores llegaban a Necochea en Tren, bajaban en una Terminal de Ómnibus moderna, casi única en la provincia de Buenos Aires.
Viajaban turistas internacionales y aterrizaban en el Aeródromo para luego ir a jugar a uno de los Complejos Casino más importantes del mundo.
Varias temporadas la AM debía solicitar a los habitantes que informaran si tenían disponibilidad para albergar turistas porque las plazas (que eran más que en la actualidad), no alcanzaban.
Teníamos industrias metalúrgicas, una Radio AM que era envidiada por varias ciudades, fábrica de colectivos, un campo pujante y remates de hacienda todos los meses con media docena de casas consignatarias.
Esta apretada síntesis de las cosas que TENÍA la Necochea que construyeron nuestros mayores, y que nosotros acostumbrados a recibir todo en bandeja, no lo sostuvimos y mucho menos lo mejoramos.
Si quieren, pueden comenzar a escribir en los comentarios las EXCUSAS que siempre hemos interpuesto ante nuestra incapacidad.
La realidad es que la mayoría de la generación que nacimos en los años 60 y 70, despilfarramos el laburo de nuestro antecesores. Hagámonos cargo y empecemos a trabajar pensando en nuestros hijos y nietos. Al menos tengamos esa dignidad.
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