jueves, marzo 28, 2024

Economía, Nacionales, Opinión

ECONOMÍA: Una bola de nieve con destino incierto

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Por Cristian Carrillo

En doce meses, la cuota y el capital adeudado de los créditos UVA se incrementaron 52 por ciento. En el mismo período, las tasas de interés se duplicaron. Pese al empeoramiento de las condiciones, el monto prestado en créditos UVA creció en más de 20 veces encendiendo luces de alerta sobre la sustentabilidad del sistema.

La promesa de una solución habitacional a partir de la implementación de créditos hipotecarios atados a la inflación se convirtió en un dolor de cabeza para quienes accedieron a este tipo de préstamos. En los últimos dos años, la cuota y el capital adeudado se incrementó un 52 por ciento. A su vez, en el mismo período las tasas de interés se duplicaron, mientras que la devaluación complicó el acceso al crédito debido a la diferencia entre el monto otorgado en pesos y el precio de la vivienda en dólares al momento de realizar la operación. Pese a ello, el monto prestado en créditos UVA creció en más de 20 veces encendiendo luces de alerta sobre la sustentabilidad del sistema. Los datos surgen de un informe elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

En 2016, la cuota inicial de un crédito tradicional resultaba dos veces y media más alta que la del crédito UVA (2,64 veces la cuota del UVA). Esta tentación inicial llevó a que en dos años el monto total de créditos UVA pasara de 142 a 3024 millones de pesos, con un crecimiento de 2029,6 por ciento. Sin embargo, en los últimos dos años esa diferencia se redujo a un 73 por ciento.

La promesa oficial era que, a medida que la inflación bajara, el costo de estos créditos acompañaría el proceso y se llegó a especular con una indexación total (componente de tasa de interés fija más ajuste por UVA) de un dígito. El valor de la unidad UVA desde marzo de 2016 aumentó en 58 por ciento. “La tasa de variación del UVA, anualizada y acumulativa para el periodo, se ubica en torno al 25,61 por ciento, levemente superior a la mediana de la inflación histórica desde 1943 a la actualidad que se sitúa en 25 por ciento (23,79 por ciento si se exceptúan las crisis hiperinflacionarias)”, señala el CEPA.

Los préstamos UVA no sólo se utilizan para la compra de viviendas, sino también en créditos prendarios, como para la compra de vehículos, o en personales. De acuerdo con datos del Banco Central a marzo, nueve de cada diez créditos otorgados a personas físicas se hicieron bajo el sistema UVA. Entre marzo de 2016 y marzo de 2017 el número de créditos hipotecarios UVA creció en 142 por ciento y los prendarios, en 62 por ciento. Del total de stock de créditos bajo el sistema UVA, el 72 por ciento fueron hipotecarios, el 25 por ciento personales y el 3 por ciento restante préstamos prendarios.

El riesgo inflacionario, producto del sostenimiento en el tiempo y de manera generalizada, involucra tanto el incremento de la cuota como del monto adeudado en un crédito bajo el sistema UVA. El Gobierno informó que en marzo la inflación minorista fue de 2,3 por ciento y en la comparativa interanual el aumento fue del 25,4 por ciento. “Con niveles de inflación similares a los del bienio 2016-2018, en los siguientes 30 meses las dos cuotas (crédito UVA y tradicional) llegarían a equipararse”, advierte el informe realizado por Hernán Letcher, Eva Sacco, Lucas Villani y Julia Strada. Luego de ello, de acuerdo con la simulación realizada por los economistas, la cuota del crédito UVA continuaría creciendo en su valor, mientras que la del crédito tradicional se mantendría estable.

Por si fuera poco, el escollo para los tomadores de crédito UVA, los bancos aumentaron también el componente de tasa fija sobre los créditos, en línea con la política de tasas altas del Banco Central. El Banco Nación hizo punta, con 46,7 por ciento de participación en el sistema UVA. En diciembre elevó del 3,5 por ciento de tasa de interés fija al 5,5 por ciento, aunque sostuvo el costo inicial para los beneficiarios del Programa Progresar. Ahora anunció que la llevará 6,5 por ciento en mayo para los clientes y a 8 por ciento para deudores sin cuenta en la entidad. Este aumento rige para los nuevos tomadores de crédito UVA. La tasa de interés para créditos tradicionales en el mismo banco aumentó del 14 al 17 por ciento en los últimos dos años.

Un tercer factor es el alza el dólar, lo que genera un descalce entre el momento de solicitar el crédito y el de concretar la operación, ya que se necesitan más pesos para comprar la misma unidad en dólares. “Durante los primeros dos años de vigencia del sistema UVA, hubo 278 situaciones en las cuales el peso se devaluó al menos 1 por ciento en 20 días hábiles, 78 en las que lo hizo más de 5 y tres en más de 10 por ciento. Las perspectivas no lucen alentadoras si no se baja la inflación, empujado por constantes ajustes en las tarifas de servicios públicos, aumentos de precios regulados y por impacto de la devaluación. “El escenario de alta inflación y escasa recomposición salarial alerta sobre la sostenibilidad del sistema”, advierten desde el CEPA.