Al menos 9 millones de mujeres en México han sido víctimas de acoso digital, según un estudio reciente sobre uso de Internet entre las personas, en el cual se ubica a personas entre 20 y 29 años como las más vulnerables.
La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares, levantada por Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), arroja un panorama inquietante sobre el hostigamiento digital.
La magnitud de este fenómeno ya había sido anticipada en otro reporte previo, denominado «La Violencia en Línea Contra las Mujeres en México», elaborado por la organización civil Luchadoras MX y otros grupos afines.
En sus conclusiones, señalaba que el ciberacoso engloba «actos de violencia de género, cometidos, instigados o agravados, en parte o totalmente, por el uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)».
Al referirse a sus efectos, el nuevo análisis indica que causan «daño sicológico y emocional, refuerzan los prejuicios, afectan la reputación, causan pérdidas económicas, plantean barreras a la participación en la vida pública y pueden conducir a formas de violencia sexual y otras formas de violencia física».
Según el relevamiento del INEGI, las formas de acosar que más afectan a las mujeres son el «spam» (correo basura) o virus (23,7%), recepción de contenido multimedia (13,8%), llamadas telefónicas (13,5%) y contacto con identidades falsas (13,4%).
Otros modos destacados son el registro en sitios web (10,7%), recepción de mensajes (9,7%), robo de identidad (7,7%), rastreo de sus sitios web (3,9%), daño a través de la divulgación de información personal (3,2%) y robo de contraseñas (0,5%).
Los activistas y especialistas consideran varios tipos de ataques digitales que a veces se combinan entre sí, entre los que figuran acceso no autorizado, control y manipulación de información, suplantación y robo de identidad, monitoreo y acecho, expresiones discriminatorias y acoso.
También resaltan las amenazas, difusión de información personal o íntima sin consentimiento, extorsión, desprestigio, abuso o explotación sexual.
Algunos estados del país, entre los que destaca la capital mexicana, han creado cuerpos de policía cibernética, que han resultado positivos para castigar a los responsables.
Según un sondeo de las ONGs Luchadoras MX y La Sandía Digital, el fenómeno puede provocar daños a la integridad física, emocional y sicológica y una amplia gana de sensaciones negativas, desde «sudoración, náuseas y dolor de cabeza, hasta pérdida de apetito, entre otros.
En algunos casos su estado mental puede incluir afectaciones nerviosas, estrés, angustia, ira, enojo, depresión, paranoia, confusión e impotencia. El ciberacoso «puede llegar a ser más destructivo emocionalmente que el acoso cara a cara debido a que las víctimas tienen que tratar con la intimidación en su propia casa y no tienen escapatoria», asegura el Consejo Nacional de Prevención del Crimen.
El Informe La Violencia en Línea Contra las Mujeres señala el hostigamiento es originado por desconocidos (86,3%) seguidos de personas cercanas a la víctima (11,1%), entre los que destacan amigos, compañeros de escuela, parejas o ex parejas y familiares.
El Consejo Nacional de Prevención del Crimen señala que el 81% de los acosadores intimidan a la gente porque creen que sus reacciones son divertidas.
Por lo tanto, especialistas del sitio en línea Techlandia considera que podrían detenerse si nadie les sigue la «broma». Los expertos brindan algunos consejos para prevenir el fenómeno como «el cambio en la configuración de cualquier programa de mensajería instantánea para permitir sólo a los amigos especificados».
«Nunca le digas a nadie tus contraseñas ya que no sabes si la usarán en tu contra. Cambia tus nombres de usuario o direcciones de correo electrónico para que sea más difícil contactarte», aconsejan los expertos para evitar el flagelo del acoso por Internet. (ANSA).
