jueves, marzo 28, 2024

Generales, Nacionales

DEFINICIÓN: En las próximas semanas se definiría la caída de Centrales de la Costa

Sharing is caring!

La compañía energética estatal cerró el año 2017 con un déficit cercano a los 100 millones de pesos. Durante aquellas últimas semanas de diciembre, un equipo de funcionarios bonaerenses se acercaron, por orden de la gobernadora, a mantener tres conversaciones con el directorio de la empresa.

En las mismas, se interiorizaron en los mecanismos internos de la central y regresaron a Buenos Aires con la conclusión de que la empresa estaba mal manejada y que había, como mínimo, 300 empleados de más.

En aquel momento, María Eugenia Vidal tomó la decisión de privatizar la compañía. No lo dijo, claro está, porque el costo político que aquella palabra tiene en el imaginario popular argentino es muy elevado, pero sí procedió a poner una condición, que ya sabía de antemano que Centrales de la Costa no podía cumplir: Cerrar el año 2018 sin déficit.

En efecto, la decisión de la casa de Gobierno bonaerense es la de no solventar más las pérdidas de la compañía, que es estatal y no privada. En caso contrario, la privatización de la compañía que maneja las cuatro centrales termoeléctricas costeras más importantes de la provincia sería poco menos de un hecho.

“No es ninguna novedad. Mauricio Macri decidió privatizar las seis centrales termoeléctricas que dependen del ministerio de Energía de la Nación. Esto iría en sintonía con las decisiones de la Nación”, explica uno de los miembros de la mesa directiva de Centrales de la Costa. “El problema acá es que los gobiernos van y vienen con las decisiones y los que sufren son los trabajadores. El gobierno anterior mantuvo esta empresa como estatal. Eso le da un rol social, además del productivo. Ahora cambió el gobierno y Cambiemos busca como objetivo la rentabilidad. Se acabó el rol social, entonces hay que privatizar. Pero eso implica dejar a más de 500 trabajadores en la calle”, enfatizó.

Desde Gobernación, no obstante, aseguraron que “la gobernadora no tiene en mente purgar una empresa y dejar en la calle a tanta gente. Además, la privatización tiene que ser planteada primero en una reunión de directorio, y eso no ha pasado”. La salida más probable para el Estado, en este escenario, es la desprenderse de la participación accionaria en la compañía, buscando algún accionista privado. El proceso, de todos modos, incluiría un ajuste en materia de recursos humanos, pero cuyos costos ya no asumiría el gobierno sino un privado.

No será fácil, de todos modos, conseguir un inversor. Durante la década del 90, el gobernador Eduardo Duhalde intentó privatizar las cuatro centrales termoeléctricas, pero no consiguió quien quiera quedarse con el botín. Para la mayoría de los empresarios, la propuesta era inviable. Fue entonces que la provincia decidió quedarse con la compañía.

Por el momento, en las centrales de Mar del Plata, Necochea, General Madariaga y Mar de Ajó continúa desempeñándose el mismo plantel laboral. Pero ya quedan pocas dudas: los trabajadores tienen las horas contadas.