Con la llegada del verano, el buen tiempo y las horas de sol, lo más habitual es que nos preocupemos por hidratarnos bien y por proteger nuestra piel. Pero además de estos cuidados especiales de verano, los ojos también deben tenerse en cuenta. El verano es una época en la que nuestros ojos pueden sufrir mucho y por ello no deberemos olvidar unos cuidados concretos. A continuación os damos unos consejos para cuidar vuestra salud ocular en verano.

Cuidados especiales para los ojos en verano

Utilizar siempre gafas de sol
Las gafas de sol son básicas para que nuestra vista no sufra. Desde principios de primavera hasta finales de verano estaremos expuestos durante muchas horas al sol y podremos sufrir de irritación si no las utilizamos. Es importante que las lentes de las gafas de sol sean de calidad.

Gafas de sol para niños
En el caso de los niños pequeños, es importante hacer hincapié en el uso de las gafas de sol. Los ojos de los más pequeños son mucho más sensibles al sol y deberemos evitar los efectos nocivos con el uso de las gafas de sol.

Gafas para el agua
Además de proteger los ojos del sol con unas gafas de sol, también deberemos proteger los ojos del agua de la piscina o el mar. En caso contrario, podríamos sufrir escozores, picores o infecciones. En este caso, al igual que en el anterior, los más pequeños también deberán utilizar gafas de buceo al sumergirse en el agua.

Evitar largas exposiciones al sol
Tanto si vamos a la playa, a la piscina, al monte o a cualquier otra zona en la que vayamos a estar muy expuestos al sol, hay que intentar evitar en la mayor medida posible las largas exposiciones al sol.

Cuidado con las cremas solares
Sabemos que una protección solar en nuestra piel es fundamental. Tanto el cuerpo como la cara deberán estar bien protegidos. Pero a la hora de aplicar la crema solar en la cara, deberemos hacerlo con cuidado para evitar que la crema entre en los ojos. En caso contrario, podríamos sufrir irritación.

Utilizar los lentes de contacto en el agua
Si utilizamos lentillas, se recomienda no entrar en el agua con ellas. Al ponerse en contacto con el agua, estas se pueden infectar con hongos o bacterias y después provocar infecciones oculares.

Evitar tomar el sol con lentes de contacto
Al igual que no se recomienda meterse al agua con lentillas, tampoco se recomienda tomar el sol con ellas. Una opción es utilizar lentes de contacto con filtro para rayos UV. Así todo es importante tomar el sol con los ojos cerrados, tengamos las gafas de sol puestas o no.

Hidratación de los ojos
Por culpa del aire acondicionado o el ambiente seco, puede ocurrir que el ojo se seque más rápido que en invierno. Una opción para evitarlo es intentar aumentar la humedad ambiental del hogar. Para ello, se pueden colocar por ejemplo, unos recipientes con agua o unas plantas. También se pueden utilizar gotas para hidrtar el ojo cada cierto tiempo. Siempre, consultando con un especialista.

Además de estos consejos, es importante realizar con control anual con un especialista para que compruebe la salud ocular. Y en caso de notar algún tipo de irritación o visión borrosa, lo más recomendable es acudir al oftalmólogo.

Por último, es muy importante no mirar directamente al sol. Tengamos las gafas de sol puestas o no, y sea un día nublado o soleado, hay que evitar mirar al sol de manera directa.