jueves, marzo 28, 2024

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REFORMA: Los senadores peronistas desoyeron las críticas de la CGT y aprobaron la reforma jubilatoria

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Fue con 43 votos a 23. Pichetto y sus laderos fueron claves. «Que la CGT se ocupe de los activos», dijo el rionegrino.

El grueso de los senadores peronistas se alió a Cambiemos y logró aprobar la reforma previsional, cuestionada por la CGT y por la Pastoral Social, cercana al papa Francisco.

Lo consiguieron con 43 votos y 23 en contra, varios del bloque PJ y cercanos a Cristina Kirchner y otros de fuerzas provinciales y de centroizquierda.

También se opusieron otros peronistas como Eduardo Aguilar (Chaco), Hilda Aguirre (La Rioja), Liliana Fellner (Jujuy), Mario Pais (Chubut), Omar Perotti (Santa Fe) y Carlos «Camau» Espínola (Corrientes), ninguno con diálogo habitual con la ex presidenta.

Claro que este grupo había permitido más temprano habilitar el tratamiento del proyecto ayudando a juntar los dos tercios, trámite que era necesario por no haber trascurrido siete días del dictamen.

Con esa votación también incorporaron a la sesión la ley de responsabilidad fiscal y el consenso fiscal de las provincias, acuerdos firmados entre los gobernadores y Mauricio Macri, que incluyen ajustes en los gastos, pautas para reforma tributaria, renuncias a los juicios contra el Estado y cambios graduales en los sistemas impositivos de cada jurisdicción. Sólo no se adhirió Alberto Rodríguez Saá (San Luis), que siguió el debate desde un palco del Senado.

Pero la reforma previsional acaparó la jornada y el grupo K lideró la voz en contra, en sintonía con el planteo ratificado este martes en el Consejo directivo de la CGT y expresado por la CTA y Pablo Moyano en una marcha frente al Congreso cuando empezó la sesión.

«Con la nueva fórmula de actualización la jubilación llegará a 7.660 pesos, mientras que con la actual ganarían 8.200 pesos», denunció la chubutense Nancy González.

«Y con la corrección que le hicieron en comisión le agregaron 43 pesos, que no sirven ni para comprar una tira de Bayaspirina», se burló.

Esos cambios, propuestos por el peronismo y aceptados por Cambiemos, convirtieron la fórmula en una combinación de la inflación (70%) y el régimen salarial (30%).

El gobierno prefería mezclar precios con el 0.5% del PBI. Pero ante todo quería eliminar la variable de la recaudación y en eso el peronismo dialoguista acompañó sin chistar.

«Estamos ante un estado ausente y atacan a los jubilados, por no estar sindicalizados», gritó el sanjuanino Ruperto Godoy, uno de los interlocutores de Cristina desde año pasado.

Los otros kirchneristas rebeldes fueron Ana Almirón, Anabel Fernández Sagasti, Marcelo Fuentes, Silvina García Larraburu, Virginia García, María Ester Labado, María Inés Pilatti Vergara, Marina Riofrío y María de los Ángeles Sacnun.

Miguel Pichetto le puso la cara a la ruptura con críticas al Gobierno y a sus detractores. «El año sumamos 1.7% de déficit por la reparación histórica. La pidieron para hacer el blanqueo. ¡Y se los íbamos a votar igual! ¡Votamos uno por año!», cuestionó.

«Esto es un acuerdo que hicieron los gobernadores e incluía el tema previsional. Acá cualquiera opina de cualquier cosa, porque no hay un ordenador del gobierno en los grandes temas».

Y apuntó contra sus nuevos críticos: «La CGT tiene que hablar de los activos. Y las curas tienen que ocuparse de los problemas de la iglesia y mi visión del Estado es laica. La iglesia tiene una tarea pastoral, humanística», contraatacó.

La defensa de Cambiemos duró varias horas, con voces de todas las provincias. «Esta es una fórmula que, a nuestro criterio, va a permitir la protección de una movilidad adecuada en relación a los sueldos de los trabajadores en actividad, y también en relación a lo que se puede perder en poder adquisitivo», sostuvo la macrista Laura Rodríguez Machado.

«Lo que queremos es resolver el déficit fiscal y el esfuerzo que están haciendo los gobernadores de la oposición y el presidente de la Nación consiste en establecer bases sanas que garanticen a todos que la Argentina no va a explotar dentro de cinco, diez o quince años», agregó Federico Pinedo.

Pero todos querían hablar de la reforma previsional y había más voces en contra como las de los puntanos Adolfo Rodríguez Saá y Liliana Negre, los neuquinos Guillermo Pereyra y Lucila Crexell, y los representantes del interbloque Progresistas Fernando «Pino» Solanas y Magdalena Odarda.

Los cierres tuvieron la particularidad de que los jefes de Cambiemos y el PJ defendieron las leyes en una votación que no fue tan holgada como esperaban.

«La esencia de la movilidad es no perder el poder adquisitivo, y no se pierde. El sistema tiene señales de alarma, hay que decir las cosas como son», sostuvo el radical Luis Naidenoff. Pichetto ya se había descargado.

LPO